SUCESOS EN ESPERA

Parte sin título

"Los caminos de la vida siempre se bifurcan y contrastan con las paralelas de la existencia"

(Ozark debatiendo su diario vivir en medio de la violencia del barrio que lo vio crecer hasta alcanzar su transformación espiral violácea en algún lugar de la Ciudad de México, invierno de 2000).

Dedicando momentos inspiradores a quienes, como él, truncaron sus vidas confundiendo dichas paralelas con la bifurcación de caminos donde acontecimientos no escasos, por cierto, quedaron en las cunetas de ambas direcciones e incluso, en tiempos más favorables que los que ahora se viven en esta ciudad, la celebrada por Alejandro Von Humboldt, como "Ciudad de los Palacios"...

ESPEJO RETROVISOR

Mi nombre es Ozark, pero mis conocidos me llaman simplemente "Oza"; mis detractores "Ozar" y los escasos amigos como los dedos de cualquiera de mis manos, me llaman "Ozark", a modo o señal de amistad cabal, segura y certera.

Ahora tengo veinte años y un indómito espíritu viajero me calcina la existencia día a día. Me parece que esa sensación brotó espontánea cuando dejaba el caparazón de la adolescencia.

Quienes me reconocen como hijo de una familia disfuncional comprenden a medias cuanto encubro en mi exterior amenazado por el medio o contexto: el barrio y la cuadra donde nací, crecí y "me perdí" por la voluntad maestra de amistades mayores a mis doce años.

Siempre ha sido así y no había reflexionado cuanto bueno, malo, regular e indiferente se ha proyectado en mi modo de ser y de concebir el mundo inmediato: familia nuclear, familia extensa y conocidos del barrio y de la cuadra, mi contexto o micro mundo humano.

Colocando mis ojos en esperanzas de cambio personal, mis padres, hermanos y medios hermanos habían hecho un molde de buena pasta respecto a mi persona y a la manera en que la conducía antes de ingresar a una parte de juventud que refulgía en todo mi ser.

Esas perspectivas ideales se truncaron ante la necesidad de probar mi hombría tanto con los puños, como con el sexo entregado a la prostituta seleccionada por las amistades mayores de la temeraria calle de Libertad donde, sin condón de por medio debía iniciarme sin tardanzas y con debidas prolongaciones, que ese hecho requería la noche de mi transición adolescente a juventud.

Acto seguido, la bebida de iniciación ya reposada bajo la toma de cervezas de bautizo ("Caguamas") desde la media noche hasta el amanecer, preludió la juerga de las que hubieron de continuar semana a semana donde, de manera increíble se sucedían desde bautizos o confirmaciones; bodas civiles o religiosas; velorios o jolgorios; quince años o baby shower -vedada toda presencia masculina- acompañando a las mujeres reunidas pero en las calles, a flor de banqueta y con música de todo género, lo que motivó, en el correr de esos días, las tres maneras de ser nombrado como ya lo comenté hace unos momentos