Llegó el momento de presentar al mundo la historia de una persona que perdió a un ser muy importante en la vida, su padre, y no hablo de que lo perdió a causa de la muerte, es aún más triste, porque lo perdió simplemente por... ¿Por qué lo perdí? ¿Por qué me perdió? Esas eran las dos preguntas que marcaron gran parte de mi infancia y adolescencia, bueno me marcaron hasta hoy... Realmente a la fecha aún no soy capaz de responder ninguna de las dos interrogantes.
Cuesta mucho comenzar a escribir esta historia y se me hace imposible hilar palabras sin que mis ojos se llenen de lágrimas... No pretendo con esto responder a las grandes dudas de mi vida, sé que jamás lo conseguiré, pero creo que me sirve para liberar, para dejar ir, para hacer catarsis.
Empecemos por el principio...1. Salida sorpresa
Tengo muy vagos recuerdos, pero los de mi infancia, hasta cierta edad, más menos los 8 o 9 años, fueron muy bellos... Jugar, hablar, abrazar y hasta incluso rezar eran las constantes actividades que hacíamos. Un día cualquiera, estando en el colegio me avisó la inspectora que me venían a retirar, recuerdo que me asusté un poco porque pensé que era porque tenía que ir al médico y eso no me gustaba para nada, esto es algo que mantengo hasta la fecha... bajé al hall del colegio y estaba mi papá esperándome, cuando me acerco a saludar me dice que tiene una tremenda sorpresa, que íbamos a ir al cine, me puse muy feliz, era un panorama poco habitual y a la vez demasiado entretenido... Caminamos al paradero de la micro y mientras esperábamos que llegara el bus hablábamos sobre las películas que nos gustaría ver, todo estuvo perfecto, llegó el bus y nos fuimos al cine. Al llegar al lugar, la sorpresa fue mayor porque el cine era rotativo, eso significaba que estaríamos muchas horas viendo películas y eso me motivaba muchísimo. No estoy 100% seguro, pero recuerdo que vimos unas tres películas de acción, donde Rambo era el gran protagonista y luego nos devolvimos a la casa. Al llegar a mi casa, saludé a mi mamá y le conté lo increíble que había sido mi día.
2. Chuteemos
A él siempre le gustó el fútbol, tanto para ver partidos, como también para jugar...era muy bueno pa' la pelota. Por mi parte, siempre fuí un ñurdo en temas deportivos, hasta el día de hoy soy lento y tengo muy baja resistencia... Creo que se puede entrenar, pero eso definitivamente no es lo mío.
Mi papá siempre trató de que pudiera jugar de mejor manera, por lo que constantemente me decía "vamos a chutear" a mí me cargaba, pero ojo que no el chutear, sino lo que venía después, porque siempre terminaba con una pichanga y con ello los momentos vergonzosos que le hacía vivir a él y que obviamente me frustraban a mí.
Recuerdo claramente la vez que nadie me eligió y tuve que ser, por lástima, de su equipo... Intenté ser arquero y no pude, ser defensa, tampoco era lo mío y que decir de ser lateral o delantero, simplemente las piernas no me daban, corría más lento que todos y me moría de vergüenza... Creo que esas instancias pudieron haber gatillado la actual lejanía.3. ...
Es muy triste llegar a este número, porque no tengo nada más que decir... Finalmente, mi infancia se divide en dos grandes momentos:. La dicha y emoción que sentí cuando fueron por mí al colegio y por otra parte, con las constantes situaciones en las que me di cuenta que para él no era más que una vergüenza, era el hijo que no jugaba bien al fútbol, era el que no aprendió nada sobre trabajos manuales que se deben hacer en casa... Que lo único bueno que hacía era sacar notas destacadas.
Muchas veces he pensado que quizás no fue él quien se alejó de mí, sino que yo, al sentir que no daba el ancho, o simplemente fuí el responsable de que se alejara.
Me gustaría preguntarle directamente, pero no puedo, juro que me da un miedo terrible, de echo solo por escribirlo lloro, mi corazón se acelera y no paro de llorar... A veces quisiera ser más fuerte y atreverme, pero es mucho... no puedo y creo que jamás podré, como dice mi cantante favorita como primavera entrecorta, yo me quedé a la mitad y hasta el día de hoy y para siempre me sentiré en soledad.
Ojalá pueda algún día completar un tercer o cuarto punto con bonitos recuerdos.
ESTÁS LEYENDO
A La Mitad
Short StoryHay ciertas experiencias en la vida que te van dejando además de las huellas, grandes interrogantes ¿Seré capaz algún día de responderlas?