23.

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Mientras que San encontró su refugio, Haneul no lo consiguió.

Ella quería quedarse con su hermano porque pensó que todo sería más fácil, que sería como aquellas historias en las que los hermanos se apoyaban y salían adelante. Pensó que San le ayudaría. Ella más que nadie podía comprender la situación por la que estaba pasando su hermano, sabía que era difícil, que dolía.

Buscó en muchas ocasiones formas de pasar tiempo con él, le insistió muchas veces en ver una película juntos, en salir, pero siempre recibía una negación por su parte o incluso llegaban a discutir.

Ella quería entenderlo, quería compartir con él como se sentía y viceversa. Pero aquello nunca pasó, y se convenció así misma de que aquello estaba bien, que cada quien tenía sus formas de llevar las cosas.

Salió de casa tomando las llaves de su hermano, avisando de que se iría y sin recibir ninguna respuesta.

Suspiró una vez más y pensó qué hacer hasta que llegase la noche, porque no quería quedarse en casa una vez más.

— ¡Hey! ¡Espera!

— ¿Es a mí?

— Sí, ¿eres la hermana de San?

— Uh... sí, ¿quién eres?

— Soy Mingi, uno de sus mejores amigos. ¿Cómo está?

— No sé ni qué responder ante eso...

— ¿A qué te refieres? Bueno espera, ¿tienes tiempo?

— Antes que estar en casa, tengo tiempo para cualquier cosa, ¿vamos a algún lado?

Mingi asintió, después de todo su intención era hablar con ella.

Fueron a un parque que no quedaba muy lejos de casa de San y se sentaron en el primer sitio que vieron.

— ¿Y bien?

— Está fatal. Desde aquel día no sé quien es, al principio decía que estaba estresado por sus exámenes y que en cuanto terminasen pasaría tiempo conmigo, pero lo único que ha hecho desde entonces es encerrarse en su cuarto.

— ¿Sabes lo que hace?

— Jugar.

— Y... ¿habláis?

— He intentado hablar con él en muchas ocasiones, sacar conversación o convencerlo de pasar tiempo juntos, pero siempre pone alguna excusa o no contesta directamente. No sé qué hacer...

Haneul empezó a llorar.

— Yo creía que quedándome con él todo sería mejor, pensé que podríamos ayudarnos mutuamente pero ha sido todo lo contrario, creo que incluso con mis tíos estaría mejor...

— ¿Tus tíos?

— Sí, en un principio iba a quedarme con ellos ya que yo vivía con mis padres y soy menor de edad, pero San quiso hacerse responsable y le dieron unas semanas y si todo iba bien, podríamos vivir juntos.

Mingi posicionó su brazo derecho alrededor de la chica dándole suaves caricias, intentando reconfortarla.

— Pero nada funciona. Lo he intentado todo y ya no sé qué hacer, mañana por la mañana viene nuestra familia a casa y en cuanto vean el estado de San, me sacarán de ahí... 

Mingi no supo qué decir.

— ¿Puedo pedirte un favor, Mingi?

— Claro, lo que quieras.

— ¿Puedes ayudarle? Dijiste que eras uno de sus mejores amigos, no quiero verle en ese estado... Aún si no es con mi ayuda, quiero verle salir adelante, quiero que vuelva el hermano feliz que siempre he tenido, quiero que San vuelva.

Mingi la abrazó.

— Lo haré. Todos lo haremos. Haremos que San vuelva.

game ; woosanWhere stories live. Discover now