THE NIGHT SHIFT [trad] || s.cb + l.f [changlix]

❥forty six: don't leave

Changbin logró convencer a Felix para que durmiera en la cama en lugar del suelo del baño. Y él también logró sentirse lo suficientemente cómodo como para descansar también. No había pasado nada malo, y no parecía haber ninguna señal de ningún tipo de amenazas entrantes.

La única parte sospechosa fue que no habían podido ponerse en contacto con Jumin, aunque ambos pensaron que no era realmente algo por lo que preocuparse, y que el hombre estaba simplemente ocupado ocultándolos. Después de todo, contactar con ellos era muy arriesgado.

Pero, las cosas en la casa prácticamente se estaban cayendo a pedazos. El personal, así como Yuriko y sus hijos, habían sido evacuados del lugar, enviados a quedarse en una extensión de la casa que se encontraba más lejos en el campo. De esa manera, nadie podría interrumpir al padre de Changbin, ni a ninguno de sus asociados, mientras torturaba a Jumin para obtener información de la que ellos mismos no tenían pruebas seguras de si él sabía o no.

Jumin estaba desnudo, con las dos manos atadas a la espalda de una manera dolorosa. La piel de sus muñecas comenzaba a llegar más allá del punto de la irritación, y ahora se estaba abriendo en algunos lugares debido a la fricción del cinturón de cuero que estaba firmemente envuelto alrededor de sus muñecas.

Se vio obligado a arrodillarse sobre granos de arroz, que ahora se clavaban en su piel. Los tenía incrustados, pero Jumin se había vuelto insensible al dolor. Afortunadamente, su cuerpo se había adaptado a él, por lo que el dolor constante ya no se registraba de esa manera dentro de los nervios de su cuerpo y, en cambio, no era más que un flujo constante de nada.

Solo le causó náuseas cuando se movió y, por lo tanto, el sirviente estaba haciendo todo lo posible para permanecer lo más quieto posible. El dolor, la incomodidad, podría vivir con eso. Estaba acostumbrado a esas cosas, ya que habían sido parte de su vida desde que podía incluso recordar. Nunca había vivido un momento en su vida en que ese tipo de cosas no fueran un temor constante. Siempre le acechaban en cada esquina, y Jumin era dolorosamente consciente de ese hecho.

Estaba acostumbrado a ello.

Podía adaptarse al dolor y al sufrimiento. Se había adaptado a eso. Pero lo único a lo que nunca pudo acostumbrarse sería a la humillación que vino con su cuerpo expuesto para que esos espectadores lo vieran. Su pecho, espalda, muslos, brazos y abdomen estaban llenos de cicatrices y marcas de muchos tipos. Los lugares visibles siempre los habían evitado en su mayor parte, simplemente porque las partes visibles del cuerpo, como la cara, el cuello o las manos, provocarían una disminución en el valor de su precio.

Seo había comprado a Jumin en una red de tráfico de personas, sabiendo que el joven ya estaba mentalmente debilitado como para ser un sirviente. Jumin haría lo que le dijera, sin hacer preguntas y sin ningún tipo de desafío. Esa fue la principal razón por la que fue comprado para la casa. Pero nadie sabía cuán fuerte era la voluntad de Jumin. Al crecer, se encontró con muchos tipos de personas. En su mayoría monstruos que tomaron la forma de seres humanos, con ojos fríos y muertos y sin una brújula moral. Sin embargo, el hombre de cabello negro también había encontrado una buena cantidad de mentes inocentes; los que le contaron del mundo exterior que nunca había tenido la oportunidad de vivir. Se le habló de la familia, la felicidad y el amor. Se le habló de los lazos con otras personas, se le habló sobre las maravillas del cielo nocturno estrellado y sobre los placeres que la vida podía provocar.

Jumin sabía mejor que nadie cuánto mal había en el mundo que lo rodeaba. Sabía muy bien las cosas habían pasado todos los días, y que las personas buenas son a menudo violadas y explotadas de las maneras más desagradables que uno podía imaginar. Pero Jumin también se dio cuenta de que también hay mucho bien en el mundo. Incluso si nunca hubiera llegado a experimentarlo de primera mano, el sirviente decidió mantener su creencia en las cosas beneficiosas. Encontró consuelo en la idea de que tal vez, solo tal vez, algún día encontraría a alguien que lo amaría incondicionalmente. Encontró un poco de consuelo en la idea de que las cosas buenas realmente existen, y esperaba que algún día pudiera vivir de tal manera que sus ideas se convirtieran en su realidad.