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Empezaron a caminar por una calle rodeada de edificios. Cinco cuadras después llegaron a una casa blanquita con pasto al frente un camino hasta la puerta principal bordeado de flores.

Germania, la moza del tren, abrió un cerco y llegaron por ese camino hasta la puerta principal.

Ella introdujo una llave la hizo girar y entraron a la casa.

- ¿Quienes son? – Se escucho la voz de una anciana.

- Soy yo mama.

Los niños vieron esa anciana con el pelo blanco sosteniendo un jarrón.

- ¿Y estos niños?

- Son los hijos de Michael, mi hermano. ¿Te acuerdas de el?

- No.

Germania se llevo a su madre a su habitación cuando volvió les dijo.

- Mi madre tiene una enfermedad siquiátrica.

La venganza del omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora