ojitos tristes.

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él muchacho de los ojos tristes, ha encontrado al fin una razón, para hacer que su mirada ría, con mis besos y mi gran amor

¡!

llevaba muchísimo tiempo preguntandose cual había sido su crimen.

que era lo que esta vida castigadora intentaba hacerle pagar.

viendo a su único amigo salir de la mano de una familia aquel día, para probablemente no volver a ese infierno a salvarle.

para no volver.

mientras él, aquel niño despeinado y risueño se quedaba alli, imaginando una familia a la que nunca había conocido;
el calor de un amor que jamas nadie había querido entregarle.

¡!

rich se había despertado mucho antes que su chico ese día.

había preparado un delicioso desayuno y había batido crema para poner sobre esas dos tazas de café, porque era un día especial.

ya no serian cuatro en esa casa.

había despertando al albino con besos y pequeños mimos, mientras sus manos sostenían sus caderas desnudas y las acercaban a su pecho.
había escuchado sus pequeñas risas silenciosas y había confirmado que le elegiría a él una y mil veces mas si tuviera que.

"buenos días mi amor" había susurrado contra su pecho mientras perseguia ese olor a masculinidad y sexo que había en su cuello, recibiendo a cambio, las manos de ruben acariciando su nuca.
”¿que huele tan bien? no me digas que eres tu porque no voy a creerte" él susurro del albino acaricio su oreja.
"hice el desayuno. espero que él café te prepare para la importante noticia que tenemos que darle hoy."
sintió las manos del mayor desprenderse de sus caricias y se pregunto si habría cambiado de parecer, si quizá, seria demasiado.
"¿crees que este listo?" le escuchó decir.
"él... él realmente lo desea." contestó.
"claro, rich, pero hay una abismo de diferencia entre desear algo y tenerlo. es un niño, a veces siento que lo olvidas."
"solo quiero que él sea feliz. pero esto es una decisión que tomamos tu y yo hace mucho tiempo, ruben, no quiero desistir ahora." sus palabras parecían estar teñidas de imperceptible miedo mientras se escondía en él pecho de su pareja.
ruben alzo su cabeza y le beso los labios, sereno, con toda esa calma que él sabia transmitir, y acaricio sus mejillas levemente. "tranquilo, rich, no voy a tirarme atrás ahora, sólo estoy bastante acojonado. te prometo que todo saldra bien."

minutos más tarde, cuando habían terminado de besarse los labios y se habían acomodado sobre las sabanas para comer, escucharon los pasos silenciosos de su pequeño niño de dientes de ratón.

los pequeños golpesitos en la puerta terminaban de prepararles para la noticia, cuando un pequeño niño de pijama de dinosaurio se asomo a verles y corrio para llegar a su cama y subirse de un salto.

"¿van a llevarme al colegio hoy?" pregunto mientras besaba las mejillas de sus padres y se acomodaba entre ellos, robándole una dona a rich cuando este no le miraba.

ruben les miro pelear por la dona con ternura mientras contestaba.
"no, bebe, hoy tenemos algo muy importante que hacer y tenemos que hablar contigo de ello."

"si van a sacarme sangre para mis estudios mensuales prefiero morirme aqui mismo." contesto él pequeño mientras le mostraba la dona masticada en su boca al moreno.

"hijo, mirame."

él pequeño dejo lo que quedaba de fritura sobre la bandeja, y se enderezó sobre su espalda para mirar a los mayores con desconfianza.

"¿si, papá?"

"vas a tener un hermanito." susurro.

"vamos a tener otro hijo, y todos vamos a conocerle hoy."

sus ojos se llenaron de esperanza.

¡!

allí estaban, los tres, mirando la imponente figura de ese edificio, sabiendo que salndrian de allí con una vida diferente, dándose las manos y sonriendo al futuro con esperanza.

cuando le vieron.

su sonrisa formaba dos medialunas, tenia los ojos mas tristes del mundo y un buzo celeste.

en sus manos, había un muñeco que parecía estar hecho de pelusa azul y dos ojos torcidos.

en realidad, fue su niño quien le vio, y por azar o suerte, corrió hacia él.

estaba solo.

le gustaba que le digan vandal y tenia ocho años, uno menos que su conejito, y parecía un ángel.
un bonito ángel.
era alto y delgado, y les explicó que su pequeño muñeco se llamaba chinche, y que se lo había dado su mejor amigo rosado antes de irse de allí.

"¿chinche puede hablarte?"
"¡claro que si! pero solo lo hace cuando nadie nos ve. como los días en los que él resto de los niños no me invita a jugar afuera."
"y... ¿que te dice?"
”suele decir chistes horribles y siempre habla sobre un lugar mejor que todavía no hemos visto. le gusta hablar sobre amor."
"chinche parece ser bueno."
"lo es, aunque a veces dice que odia a mis padres por haberme dejado aqui solo"
"¿tu los odias también?"
"¡claro que no! no puedes obligar a la gente a quererte, incluso si tu si les quieres."
"yo creo que tienes razón, y mira, yo te quiero, vándal, ¿quieres ser mi hermano?"
"¿podra chinche venir con nosotros?"

"claro que si dulzura, vámonos a casa."

¡!

that's all.
Kuma-Mimi vandAL. uwu.

xoxo, gloss.

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