Dios Bendiga a la Gente Solitaria [ChanSoo- OS]

One and Only

✨ Capítulo dedicado a olxnks por la portada tan hermosa que hizo. Espero que te guste la historia. ❤️

ChanYeol tenía dieciocho años cuando conoció a KyungSoo: ChanYeol dormía en Seúl, KyungSoo en Toronto.

Se encontraron en sueños.

KyungSoo caminaba por un puente de madera, sobre un río que reflejaba destellos de sol, y las mariposas danzaban alrededor de su camisa blanca y se posaban en su sombrero lleno de flores.

ChanYeol lo esperaba al otro lado del puente, con un traje antiguo, del siglo diecinueve, y cuando KyungSoo sonrió, él le preguntó su nombre, y juntos se sentaron a contemplar las montañas que los rodeaban, y que fueron creadas para ellos.

Se tomaron de las manos, y sus labios se rozaron dulcemente, pero antes de besarse cada quien despertó en su país y, sabiendo que no había sido un sueño, que ambos existían, (aunque no se les permitió conocer en qué lugar) y deseando que algún día estuvieran juntos hasta el final.

Dios bendiga a la gente solitaria, Dios le dé paz al soldado que lejos de casa ve brillar las estrellas, al anciano que en un asilo llora con rencor, al hombre que trabaja sin cesar engañando a su corazón roto.

Los años pasaron, y ChanYeol aún pensaba en KyungSoo, sobre todo cuando su padre, borracho, mató a su madre y a sus dos hermanos, y cuando tuvo que identificar los cadáveres.

Y KyungSoo recordaba a ChanYeol cuando los primeros síntomas de una extraña enfermedad aparecieron, y no pudo estudiar más, porque su sangre se iba consumiendo mientras su padrastro lamentaba los gastos médicos.

Dios bendiga a la gente solitaria, Dios le dé paz al hombre inocente que en la cárcel espera su ejecución, al niño príncipe que desearía menos gloria y más amor, a la mujer desengañada que se resuelve a vivir libre.

ChanYeol entró a la universidad a pesar de todo, consiguió un trabajo en un despacho, una familia, y un bonito departamento, pero de pronto se dio cuenta de que su mujer tenía un amante, pero ChanYeol nunca le reprochó nada.

Y a veces pensaba en KyungSoo, en especial cuando se preguntaba por qué seguir así, al lado de una mujer cuya alma nunca vestía de blanco.

Dios bendiga a la gente solitaria, Dios le dé paz a la multitud vacía que aguarda en el andén del metro, al hombre que busca su salvación en una iglesia corrupta, a los que nunca encontraron a su verdadero amor.

KyungSoo murió solo en una cama de hospital, a los veinte años de edad, pensando en que un chico llamado ChanYeol lo encontraría de nuevo, a la orilla de un río con destellos de diamante. En su luna de miel, ChanYeol había visitado Toronto, y el autobús turístico pasó junto al cementerio donde KyungSoo había sido enterrado años atrás.

Porque en todas partes hay gente solitaria que anhela otra vida, otro lugar, otras personas y cuando sonríen, debajo mueren de melancolía: tú los conoces, tienen un poco de ti y de mí.

Transcurrieron cinco, diez, quince años, ChanYeol terminó siendo alcohólico, una noche se fue a un hotel de mala muerte con una hoja de afeitar en el bolsillo, y en el baño del cuarto, solo, pensó en KyungSoo y en lo estúpido que había sido al creer que existía en algún lugar, esperando por él, y su cuerpo fue encontrado al día siguiente pero nadie lloró en su funeral.

Si ChanYeol y KyungSoo se encontraron después, no lo sé, pero es posible que en la muerte ya no existan sueños y que ellos habiten hoy en lugares diferentes completamente solos, y en silencio, llenos de frío y de tristeza.

Pero eso solo es una posibilidad, y quizá, ellos estén juntos, al fin, viviendo la eternidad como lo habían visto en sus sueños: ambos vestidos de blanco, tomados de la mano y caminando sobre el puente de madera con mariposas volando a su alrededor y con sonrisas llenas de amor pintadas en sus labios.

Dios bendiga a la gente solitaria, Dios le dé paz y cure sus lágrimas.