El orbe erótico de la sumisión

Confesión Al Atardecer

Confesión al atardecer

Debo confesar que no puedo olvidar esas arremetidas que provocaba su pronunciada longitud en mi interior, pero también debo confesar que en él encontré el amor.

Debo confesar que mi piel arde en sus manos de manera inquietante, usted es un deleite embriagante también alucinante.

Debo confesar que usted humedece no sólo mis cacheteros también lo hace con mi corazón, es que usted es una peligrosa adicción.

Debo confesar carajos que su mirada no la puedo soportar sin que me den ganas con usted de pecar.

Debo confesar que quiero sus manos en mis caderas para que usted las tome a su manera, que haga de mí una ardiente quimera.

Debo confesar que lo amo demasiado que nubla mi razón, que es la causa de mi perversión, pero sobre todo de la dulzura de un frío corazón.

Debo confesar que no puedo olvidar que usted me enseñó el arte de amar, pero también a erotismo derramar, donde jamás lo he de olvidar.

Mile Morales "Dulce Cayena '" 🌺
Bitácora de una dulce Cayena
Barranquilla - Colombia
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