Capítulo 27: Vivir mi vida de otro modo.

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Vivir mi vida de otro modo.

Bella.

Estuve dos días sin poder dormir bien, todas las noches tenía pesadillas con el accidente de Edward, necesitaba saber si ya había despertado.

No había recibido mensaje alguno, cosa que me alertó, esperaba que no hicieran un problema, Tanya no merecía estar ahí.

Me vestí, iría al hospital. Me importaba muy poco si me querían ahí o no, tenía que hablar con Edward y también con Tanya, esto no se quedaría así.

—Bella no deberías de ir— Leah trató de detenerme, me giré a verla.

—Tengo que ir, no puedo dejar esto así. Deben de saber la clase de persona que es Tanya, quiere culparme a mí, también tengo que hablar con Edward— tomé mi bolso caminando hacia la puerta, ella me siguió tomando sus llaves.

—Te acompañaré, pero esperaré en el auto— me advirtió, abrí la puerta. Nos subimos al auto de Leah, iba ansiosa y nerviosa durante todo el camino al hospital, no tenía idea de que me esperaba.

Bajé del auto al llegar.

—Ten cuidado, Bella— Leah parecía algo preocupada, asentí cerrando la puerta del auto, caminé hasta recepción para después subir por el ascensor, mi respiración estaba agitada y los nervios no desaparecían, las puertas se abrieron dando vista al enorme pasillo y a la sala de esperaba, en donde estaba Alice recargada en el hombro de Jasper.

Caminé hasta ellos, quienes al verme se incorporaron.

—Bella, ¿qué haces aquí?— preguntó Alice en un susurró, dejé mi bolso en una silla que estaba libre.

—Dije que vendría, ¿cómo está Edward?— eso era lo único que me importaba, saber si él había reaccionado o no.

—Lo pasaron a una habitación, ya despertó, quedó inconsciente por algunas horas— respondió Jasper sobando con lentitud la espalda de Alice, me senté junto a ella, mirándolo.

— ¿Ya lo vieron?— me dirigí ahora a Alice, ella asintió incorporándose en la silla, sentí tranquilidad, al menos había despertado.

—Sí, mis padres están con él. Tiene demasiados golpes, pero los doctores dicen que estará bien— musitó con una pequeña sonrisa, suspiré relajada, nos quedamos en silencio esperando a que Carlisle y Esme salieran de la habitación.

— ¿Está de mejor humor?— cuestionó Alice dirigiéndose a ellos, Esme asintió acomodando su cabello.

—Dice que se siente bien, pero conoces a Edward, él nunca quiere aparentar que algo le duele— se sentó en uno de los sofás.

Carlisle me miró, rápidamente bajé mi mirada jugando con mis dedos, quería verlo pero no sabía si era lo mejor.

—Deberías de entrar, Isabella— comentó, levanté mi mirada viéndolo, después miré a Esme quien asintió. Tragué saliva levantándome de la silla, no me fui de ahí sin antes darles una última mirada, parecía que estaban de acuerdo.

Antes de entrar, cerré mis ojos controlándome, respiré profundamente y entré.

Él estaba recostado sobre la camilla, su rostro estaba volteado hacia la enorme ventana que daba vista a los edificios de Nueva York.

Me acerqué a él con pasos temerosos, quería echarme para atrás y salir cuanto antes pero se giró a verme, su rostro tenía algunos golpes  y rasguños, sentí dolor al verlo así.

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