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Luego de esa charla, decidimos que lo mejor sería dormir y arreglar el asunto en la mañana, cuando estuviéramos tranquilos y pudiéramos pensar con claridad. Nos aseguramos de que Megan estaba bien atada y cada uno fue a su habitación.

Me desperté totalmente desorientado por un sonido que se oía a lo lejos. Rápidamente tomé mi arma y salí de la habitación, apuntando y mirando hacia todos lados. Al mirar el sillón vi que Megan no estaba, así que seguí caminando por el departamento hasta que la vi, tirada en el piso, arrastrándose como podía ya que aún se encontraba atada de pies y manos, y tenía el pañuelo en su boca. Me acerqué a ella y pude ver como se tensaba al verme, nuevamente con lágrimas saliendo de sus ojos. Dejé mi arma sobre la mesa y la levanté, cargándola hasta llegar al sillón. La deposité en el mismo y le quité el pañuelo.

 -  Escucha Meg… - no pude continuar porque me interrumpió.

-  ¡Déjame salir, maldito imbécil! – volví a tomar mi arma y le apunté en la cabeza.

-   Quiero hacer esto por las buenas, así que te conviene callarte y dejarme hablar.

-  ¿Por qué? - ¿qué clase de pregunta era esa?

- Porque necesito hablar contigo y las cosas se hacen a mi manera, pero primero debes desayunar algo, estás pálida. – dije mientras me levantaba e iba a preparar café. - ¿has visto a Luke?

- ¿Quién?

- Luke, mi mejor amigo. – su mirada era confusa. – el rubio.

- Ah, sí, lo vi salir temprano.

                                                                                            ••••

Llevé la bandeja con las tostadas y el café y la apoyé en la mesa.

- Te desataré las manos para que puedas comer pero si intentas algo te juro que te mataré, ¿de acuerdo? – asintió. Desaté la cuerda que cubría sus muñecas y me senté en frente de ella. Al mover sus manos, instintivamente se miró, tenía colorado. – come.

- ¿Qué harán conmigo? – dijo y tomó una taza de café.

- Eso no es de tu incumbencia. Necesito que me digas qué hacías tú anoche en ese club.

- ¿Qué tiene de malo que estuviera ahí? Tengo 18 años.

- Mira, tienes que colaborar conmigo y todo saldrá bien para ambos. ¿En dónde estaba Brooke?

- En su casa, Thomas me dijo que anoche no fue porque se sentía mal.

 - Bien.

Un celular empezó a sonar y maldije al no haberme acordado de sacarle su teléfono.

- Dámelo. – le dije tendiendo mi mano. Ella me miró dudosa y finalmente me lo dió. Miré la pantalla. - ¿Quién diablos es Juliet?

- Mi mejor amiga. Ella estaba conmigo anoche.

- Cierto, la rubia hueca, la recuerdo.

- Oye, deja de ser un maldito idiota por un segundo.

- Te conviene callarte princesita. – arrojé el celular contra la pared haciendo que estallara en mil pedazos. Vi a Megan presionar sus labios, conteniendo todo lo que tenía para decirme.

- ¿Van a matarme?

- Eso no está en los planes, pero si te vuelves un jodido grano en el culo, podría cambiar de opinión. – escuché la puerta abrirse y me giré. Luke venía cargando bolsas.

- Acabo de hablar con David. – dijo mi amigo. – le expliqué todo lo que sucedió. Me dijo que conservemos a la chica porque la quiere igual.

- ¿Qué? – gritó Megan. – Por favor, déjenme ir y busquen a Brooke, se los ruego. – Vaya que odiaba a su hermana.

- Lo lamento princesita. – respondí. – lo que dice el jefe se hace, así que empieza a acostumbrarte a nosotros porque vamos a estar juntos mucho tiempo.

- Pero…

- Pero nada. – dijo seco Luke, sin mirarla. – Ashton, hay que teñirla, solo por si acaso, ya sabes. Traje la tintura.

-      - Yo me encargo. Vamos nena, camina. – Ella sólo me miraba llorando. En este momento me sentía una mierda porque ella no tendría que estar aquí y era mi culpa, pero debía cumplir con mi trabajo.

- No… no puedo caminar. – dirigí mi mirada a sus pies. Había olvidado desatarla. Me acerqué y quité la soga.

- Ahora sí, ven. – me siguió en silencio. Mientras que teñía su cabello, ella sollozaba.

- ¿Puedo bañarme? – preguntó luego de terminar de teñirla. – ya sabes, debo lavarme el cabello y  necesito asearme.

- Está bien. Espero que no intentes saltar por la ventana, estamos en el piso número 17 y te romperías la cabeza. – dije riendo.

 - No lo haré, lo juro.

- Entra, buscaré algo para que te pongas, luego compraremos algo de ropa.

- Oye Ashton. – la miré. – gracias por no matarme.

Si tan solo supiera el infierno que le espera… 

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Esto es raro, quien le agradece a su secuestrador por no matarla? ENCIMA ELLA NO TENDRIA QUE ESTAR AHI. ALGUIEN PEGUELE A MEGAN!!!!

this is wrong... or not? - a.i.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora