Somos uno mismo [Editando].

Capítulo 4: Besos color cereza.

Marinette se despertó cuando el atardecer ya se hacía presente en la ciudad del amor, se estiró en su cama, tenía la sensación de haber soñado algo aunque no lo recordaba con certeza.

Al mirar la hora se transformó en Ladybug, su traje rojo con motas negras contrarresto con el resplandor vespertino de la cuidad, la chica corrió con agilidad hasta el punto de reunión que está vez era la cima de la torre Eiffel, para encontrarse con su fiel compañero de batallas.

La figura gatuna de su compañero se perdía en la recién oscuridad que cubría París, al igual que ella se dirigía a la torre Eiffel, Ladybug lanzo su amuleto para llegar antes que el felino a la cima.

—Hola gatito, ¿cómo estás? —saludo ella cuando el otro llegó.

—Mi lady —el chico hizo una reverencia a modo de saludo —Estoy muy bien, ¿cómo estás tu?

—Estoy bien —contesto antes de sentarse en el barandal de la cima —Pero hay algo que tengo que decirte —murmuro en un tono bajo casi melancólico.

Le ponía triste el hecho de no volver a combatir junto a Chat noir.

—¿De que se trata, mi lady? ¿Vas a confesarme que siempre estuviste enamorada de mi? —bromeo el gatuno al sentir el ambiente triste.

—Gato tonto —ella suelta una pequeña risa y un tono rosado adorna sus mejillas por debajo del antifaz —Es algo muy importante, Chat noir.

—Te escucho, hermosa dama —sonrie con coqueteo.

—Mañana salgo de viaje, gatito —la chica suspira con tristeza —Me voy por algunos meses y no voy a regresar pronto —mueve el rostro en otra dirección para no ver al chico.

—¡¿Que?! —su repentino asombro provocó que se tambaleara en donde estaba sentado —¡Pero…! ¡Pero…! ¡¿Que sucederá si pasa algo malo?! —exclamo él con cierto temor por quedarse solo.

—Confió en qué puedes arreglar la situación tu solo —comento ella con seguridad de sus palabras.

—Gracias, mi lady —bajo de un salto del barandal, acción que copio Ladybug —Espero volver a verte muy pronto —le sonríe cuando están de frente.

Chat noir acortó la distancia entre sus cuerpos, ambos hipnotizados por el rostro del otro, ella anclada a sus ojos esmeraldas y él cautivado por sus labios color cereza, no paso mucho tiempo para que se besaran, sus labios danzando en una suave melodía llena de un dulce sabor, el beso no duró mucho en realidad pero para ellos fue suficiente y se quedaron ahí, abrazados con cariño.

Las sensaciones que aquel beso mando a ambos jóvenes los dejo abrumados, Marinette se sintió especial de compartir aquel roce de labios con él y para Adrien era su sueño hecho realidad, el sonido que provocaron sus aretes los separó del abrazo, Ladybug extrañada se llevó una mano a su miraculous, no había razón para que su transformación se esfumara, no había usado su amuleto encantado.

—Lo siento, me tengo que ir, gatito —murmuro con prisa.

—¡Espera, mi lady! —Chat noir se apresuró a tomar la mano de Ladybug —Quiero que sepas... —de nuevo el sonido de los aretes los interrumpió.

—De verdad me tengo que ir —ella se libero del agarré con aún más prisa.

Marinette le dio una última mirada antes de volver a su casa, apenas puso un pie en su balcón la transformación se evaporó por completo, preocupada le dio algo para comer a tikki, se adentro a su habitación para dejar a la kwami sobre su almohada y volvió al barandal de su balcón para observar el cielo nocturno, recordó el beso que había tenido con su compañero de batallas.

En eso estaba cuando una figura gatuna llamo su atención, Chat noir llegó justo hasta su balcón y la observo con una sonrisa.

—Buenas noches, prrincesa —saludo el de traje negro con una reverencia —¿Cómo te encuentras?

—Oh, hola Chat noir —la chica corresponde el saludo con una sonrisa —Estoy bien, ¿y tú?, pareces contento —agrego fingiendo sorpresa.

—Lo estoy, al fin mi lady me regaló un beso —conto soñador el chico.

—¿Ah, si? —Marinette dio unos pasado hacia él, la repentina declaración del chico envío una sensación de adrenalina a todo su cuerpo —¿Alguna vez te he dicho lo lindo que me pareces? —su voz llena de coqueteo alerto al chico, ella acorraló su cuerpo contra el barandal del balcón.

La risa nerviosa que brotó de los labios de Chat noir solo aumento el coqueteo de Marinette, si, no estaba actuando como ella misma pero tampoco podían culparla, ni siquiera la misma chica sabía porque se comportaba de esa manera.

—¿Eeh? Yo... —la voz del chico se hizo presente llena de nerviosismo —M-me tengo que i-ir —giro el rostro en otra dirección, el sonrojo en sus mejillas era bastante notorio, su antifaz no lograba cubrirlo.

Antes de que el héroe pudiera escapar de esa faceta nueva por parte de Marinette, ella tomo entre sus dedos el cascabel que colgaba del traje del felino, atrajo su rostro lo más que pudo al propio con intención de sentir la respiración temblorosa de Chat noir, de un momento a otro los brazos del chico rodearon la cintura de ella, unieron aún más sus cuerpos, está acción provocó que la chica dejara el cascabel y tomara con fuerza los hombros de él.

Segundos después unieron sus bocas en un beso que comenzó dulce y suave pero que de a poco fue aumentando su intensidad y pasión, el sonido característico de los miraculous se escuchó e interrumpió el beso, se separaron con las respiraciones agitadas.

—Lo siento prrincesa, tengo que irme —murmuro agitadamente provocando un dejá vu en Marinette.

—¡Espera! —su grito detuvo las acciones del felino —Tengo algo que decirte.

—¿Que sucede?

—Mañana salgo de viaje...

—Lo se, un pajarito me lo dijo —interrumpe él guiñando un ojo —Mañana antes de que te vayas vendré a verte.

—Esta bien, gatito.

El héroe tomo su bastón y le dio una mirada a la chica.

—¡Adiós, prrincesa! —salto del balcón activando su bastón de inmediato.

Marinette lo observo alejarse antes de volver a su habitación con una sonrisa, se cambió por una pijama la ropa que llevaba y se acomodo en su cama dispuesta a dormir.