𝑺𝒆𝒏𝒔𝒊𝒕𝒊𝒗𝒆 𝒕𝒐 𝒚𝒐𝒖𝒓 𝒕𝒐𝒖𝒄𝒉 (𝑷𝑱𝑴)

Unique

Me sentía helado y totalmente extasiado, sintiendo entre mis dedos la energética adrenalina correr con tanta ímpetu por mi sangre y volverse parte de mi, casi tan normal como respirar.

Estaba hecho un pequeño desenfreno de emociones constantes que me volvían más estúpido e idiota de lo que soy, demostrando con mis facciones que no todas mis sonrisas de labios extendidos no eran por nada.

Al verte allí, parada frente a mi con tu hermoso cabello apenas atado en una cola alta que dejaba caer en cascadas los mismos con tanta belleza sobre tu espalda, tus perfectos ojos apenas cubierto por una suave capa de maquillaje ligero y delineador perfecto que hacía entonarlos tan hermosamente, me sentía dichoso de que me vieras con ellos como si fuera tu luz, tu aspiración y liberta.

Era casi lo mismo que veía yo en ti, pero más fuerte, tan costoso de cargar y pesado que me dolían las entrañas no poder gritar a los cuatro vientos estás emociones revoltosas en mi.

Tus pequeñas mejillas cargaban ese suave tinte color rosa teñido naturalmente que te hacían ver tan adorable, tus precioso belfos de labios rojizos y rellenos como las cerezas despertaba una pequeña sed en mi, provocaba ese sueño prohibido de probarlos hasta el amanecer y volverlo a hacer por ese adictivo sabor tan único y ardiente.

Mi garganta pudo quedarse seca justo al ver cómo una maravillosa sonrisa brillante iluminaba mi mañana justo allí y no podía contener esto, ¿Por qué tenía que ser tan jodidamente sensible ante ti?

Tan débil y poco innovable, era doloroso para mí cargar tantos sentimientos.

¡¿Acaso no tienes piedad de mi?!

Mi corazón era poco fuerte para muerte tan deslumbrante, era difícil. ¿Es que acaso no había piedad?

¡Terminarás matando me unos días de estos, pequeña!

Andar con ese contorneo de caderas tan suave, esa falda de uniforme que hace ver a todas las chicas tan aburridas con la misma hasta las rodillas y abultadas, pero el simple hecho de ser tu quien la sostenía se veían tan perfecta, tan explendorosa. Era extraño, ¿Por qué tenías que verte tan brillante tan solo con unas medias que apenas cubrian tus piernas largas, una camiseta blanca de botones y ese molesto moño en el cuello color café que no provocaba emociones de nada?

Era cuestionable para mí no evitar sentir tanto con tan solo escuchar tu delicada voz suave que apenas y era audible para algunos pero tan deleita te para mis oídos al momento de decirme algo, era difícil, Dios.

¿Por qué?

Causas tantos estragos en mi desdeñosos que tengo miedo, ¿Acaso no podía evitar un poco este sentimiento?

- ¿Listo, JiMin-Ah? - a pesar de que era tan pero tan obvio, tú no lo notabas, no te pecartabas de mi mirada de chico estúpido que te veía por horas admirando tus delicadas facciones, el pequeño brillo de mis ojos al ver tun sonrisa para mí, las horas que solía dedicarte y las constantes señales de enamorado que expulsaba por cada poro de mi piel, pero tú por alguna razón no veías.

A pesar de haberte escuchado no respondí nada y tan solo tome tu pequeña mano entre la mía y nos arrastre al abismo de las calles solitarias de Seul por tempranas horas y no presté atención a nada más que el delicado tacto de tu piel chocar y tocar la mía al momento que la fría brisa se colaba por nuestros cuerpos alterando nuestros sentidos y removiendo nuestras ropas y cabellos con tanta libertad, y joder. Amaba tanto sentirmd así, como si fueras mía.

El tiempo a tu lado era tan efímero pero perfecto, tan valioso y reconfortante para mí loco corazón que no conseguía más cura que solo tú dulce presencia, a veces me sentía egoísta porque me gustaba sentir eso y no quería que nadie más lo hiciera, no quería que los demás supieran cuan importante y considerable eras, solo quería ser el único que tuviera un bombeo acerlerado y sudando frío a tu lado mientras se imaginaba un futuro a tu lado.

Pero no todo es como lo deseo, no cuando se trata sobre ti, mi pequeña.

Tan solo unos minutos entre risas que provocaban Miles de burbujeo en mi pecho, pudimos llegar a nuestro destino y no pudo ser más doloroso soltar tu mano.

- Nos vemos luego - alcance a pronunciar antes de dejar de sentir tu pequeña mano sobre la mía y como tú cercanía causaba estragos en mi.

Apenas fueron unos segundos cuando ví tu pequeña silueta correr en una sola dirección y gritar con tantas emociones mientras sonreias sin parar.

Y dolió.

Joder que si dolió.

Casi sentí mi pecho doler tanto hasta el punto de no poder respirar al ver cómo ese chico de ojos oscuros como la noche tomarte entre sus pálidos brazos venosos y estrechar tu pequeño ser en un efusivo abrazo que terminó en donde ustedes de compartían una enamorada mirada y terminaban sellando sus labios con los mismos en un suave beso.

Sentí tanta envidia, porque él era dichoso de probar esa boca que decía tantas cosas hermosas y tenía siempre un leve brillo por culpa del bálsamo labial que te había regalo un septiembre al ver los resecos que estaban, sentía envidia porque él tomaba tu corazón y habría tu alma con tan solo su presencia y podía tomar tu mano para hacer explotar tu corazón y volverte un hermoso tomate.

Sentía envidia porque él te tenía y no tenía que hacer nada para hacerlo.

Sentía envidia porque lo amas y el lo hace contigo.

Sentí envidia por Min YoonGi al tenerte y amarte, pero también se lo agradecía. Tu lo mereces, mereces todo el amor del mundo y lo sabes.

Dolió pero tenía que aceptarlo.

Tu no eras para mí.

- Nos vemos luego, pequeña - repetí para mí mismo antes de bajar la mirada y dejar que mis labios de elevaran un poco en una suave sonrisa rota al momento de soltar un bufido y exprender camino a mi aula de clases.

Hoy sería un día largo y ajetreado. Lo necesitaba para olvide este pequeño dolor pulsante en mi pecho.

Te amo pero todo era tan pequeño y torrencial, efímero y corto como la muerte de las hojas secas en verano que caen suavemente al suelo con un aterrizaje justo.

Lo supe desde el momento en que supe que caería y no sería en tus brazos.

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Te amo, pequeña.
Park JiMin