❝Drugs❞ ❘ LuzuPlay

V

Look who's here, pink t-shirt
Oh, you met him last year?

  —¿Y bien?.

Sus labios dejaron a un lado su piel, las manos de Borja volvieron hacia las muñecas de Raúl para forzarlas a estar sobre su cabeza para verlo con una intensidad molesta.

  —N-No sé de que me hablas...—Respondió desviando la mirada.
  —¡¿No lo haces?!—Gritó soltando de tirón sus manos.—Vaya zorra acosadora estás hecho gilipollas.

Se sentía débil, sus piernas comenzaron a flaquear en cuestión de segundos en los que solo escuchaba la rabia en la voz de Borja.

Ambos estaban drogados, Raúl tenía miedo a pesar de todo, de que su mundo daba vueltas, tenía miedo de lo que podía hacerle el de cabellos lacios estando en ese estado.

Auron se tuvo que sostener de la puerta para poder levantarse.

  —Devuélveme mi camiseta—Exigió con la mano estirada sin importarle el hecho de que hace unos instantes temblaba de miedo.

Luzu notó que había puesto la camiseta del menor sobre su hombro, una sonrisa apareció en su rostro mientras la tomaba, tambaleándose ligeramente en el acto.

  —Tómala—Respondió con una mirada retadora.

Raúl no era una persona a la fuera bueno retar, y apenas con un ligero temblor en su cuerpo por su mente perdida, se acercó a Luzu.

Al tratar de tomarla Borja alzó su brazo.

  —Te dije que la tomaras chaval.
  —Dámela entonces—Respondió ya sin mucha paciencia.
  —Alcánzala.

Los brazos de Raúl se alzaron para tratar de alcanzar la dichosa camiseta de color negro, pero Borja hacía lo posible para que esta apenas rozara con los dedos del menor, quien, ya harto, se inclinó aún más sobre el contrario para poder finalmente tomar la prenda.

El movimiento de Raúl solo causó que ambos torsos chocaran, haciendo erizar la piel del más pequeño debido al tacto de su desnudez con la tela de la camiseta de Borja.

Silencio en el que sus ojos se conectaron, sus cuerpos tambaleándose haciéndolos buscar una manera de sostenerse de algo; Borja apoyando las manos en el lavabo detrás suyo y Raúl aprovechando el pecho del otro.

¿Acaso el color azul se estaba escurriendo de su camiseta?; Se cuestionó Raúl al dejar sus ojos tanto tiempo observando las prendas que vestía el mayor.

Las drogas son muy malas...

En ese instante, la puerta del baño se abrió de golpe. El sonido repentino retumbó en los oídos de ambos, causando su separación.

  —Uy perdona, me dijeron que no había otro ba-... ¿Raúl?.
  —¿I-Isma?.

¿Qué mierda hacia el ex del chico con tatuajes ahí?.

Los ojos serios de Borja viajaron lentamente hacia el chico que acaba de irrumpir en el lugar, resaltando en sus ojos una camiseta color rosa pálido.

El rosa tenía una voz muy chillona... ¿Y el chico?, una cara de imbécil.

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Samuel había dejado un momento a Rubén para subir a darle su maldito celular a Borja, bufó con molestia; ¿Es que acaso el tío no podía tenerlo él mismo?.

No había necesidad de preguntarse dónde se había metido el mayor, ese rutina no era nada nueva para él.

Subió las escaleras y se dirigió al final del pasillo, encontrándose enseguida una escena que le puso la piel de gallina; la puerta del baño abierta con un desconocido frente a esta.

Oh dioses, que Luzu no haga una tontería en dos segundos, por favor; Pidió en sus adentros.

Apresuró el paso llegando un poco antes al recinto, asomándose a la puerta y siendo visto previamente por el joven que vestía una camiseta color rosa. Bastante linda en la opinión de Samuel.

—Borja—Lo llamó, asegurándose de que no había asesinado a alguien en ese estado.
—Hombre Samu, ¿Qué tal?—Le preguntó con una sonrisa y voz alegre.

Pasó un instante de silencio en el que todo se había tornado incómodo; viendo con detalle el panorama Borja y Raúl estaban en el interior del baño bastante juntos y este último sin camiseta con un tío que parecía algo conmocionado de igual forma por la situación.

—Anda ven, no voy a cuidarlo más tiempo—Se acercó aún más para tenderle su teléfono.—Ahora cogele el móvil a tu novia.

Luzu no pareció sentarle muy bien esa frase, miró el aparato aún con la pantalla en negro.

—¿Lanita me ha llamado?—Cuestionó con ilusión.
—No solo llamadas Borja, está preocupadísima por ti... ¿Qué hiciste esta vez?.

Ya nada podía ser peor, ¿Cierto?. La mirada envuelta en oscuridad de Borja le había dicho lo contrario. Lo recordó.

—Terminé con ella, no tiene porque llamarme.
—¿Hiciste... qué?.

Samuel había sido espectador del inicio de la relación de Borja y Lana, una relación tóxica sin duda, sobretodo por parte de su colega, siendo que este engañaba a la dulce chica en la más mínima oportunidad y que sus arranques psicóticos debido a las sustancias que consumía solo eran generadores de peleas.

Sabía que las cosas al final no iban a resultar.

Pero después de una dependencia tan fuerte por parte de ambos en cuatro años de relación... dejó de pensar que existía un fin para esta.