Monstruos ⸽ The Promised Neverland

Monstruos

Los miraba en todos lados; ya no lo soportaba, ya no quería vivir.

One-shot Yuugo.

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𖥸

Ahí estaba él. Un hombre casi llegando a los treinta años abrazando sus piernas. Llorando.

Ya no podía más. Juraba que en cualquier momento esos monstruos aparecerían frente a él. Lo asfixiaba, lo comía por dentro, y... Y...

También los miraba a ellos.

No sabía que era peor, alucinar con aquellos seres de apariencia demoniaca o con los que alguna vez fueron sus amigos, su familia. Quienes dieron su vida por él y... Eso lo hace más miserable aún. Aún más tétrico que antes.

— ¡No No No! ¡Alejate!

Gritaba ante el ser imaginario que le atormentaba tanto.

(Recordaba cuando era un niño, no le temía a nada. Ah, que lindos recuerdos. Ahora esta aterrado y no hay ninguna luz que le pueda salvar)

Cubría sus cabeza con sus manos y a su vez, jaloneaba sus cabellos azabaches. Él seguía llorando.

— No... No me mires Dina.

— ¡Oh! ¿¡Puedes callarte, Lucas!?

— Nicolás, Pedro ¡Ya dejen de reírse de mi! ¡Maldita sea!

Y así nombraa a cada uno de sus compañeros mientras le gritaba a cada rincón de la vacía –y triste– habitación.

Por que para él, ellos estaban ahí, viéndolo. Juzgándolo. Enviándolo al infierno.

Y... ya nos los quería ver, ya no los quería oír, ya no quería temer. Él quería...

Él quería...

Quería morir, quería morir, quería morir.

E iba a morir. Y no a manos de los poachers, no les daría tal gusto; después de todo, aún estaba cuerdo para no cometer ese último error, solo un poco cuerdo.

Llora un poco más.

Y aunque fuera contradictorio, él trataba de pensar en sus fallecidos amigos, en Dina. Para que por lo menos se lleve un lindo recuerdo de su rubia cuando este en el más allá; y sabe que no la verá nunca más, por que a donde él va, solo van los pecadores.

— Perdonenme, Lucas, Dina... Todos.

Toma el arma y la sostiene contra su cabeza... Esta listo.

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1

¡Bang!

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•

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No pasa nada. Nada de nada.

No hay sangre en la pared ni en el suelo. Ni él mismo llegando al infierno -pero no comparado con el que vivía a diario- por el pecado tan macabro que supuestamente cometió -pero el que ellos cometían era peor-.

¿Incluso para morir era un inútil?

Había fallado. Siempre falla.

— ¡Maldita sea!

Golpea violentamente la pared con su puño y luego suspira, cansado. Aún tiene el arma en mano, quiere hacer un segundo intento.

Pero... Algo pasó.

Visualizó una antenita naranja asomándose. Luego, a muchos pequeños seres, niños atrás de la cabellera alborotada. Esta confundido y decide ver que diablos pasa en su búnker. Y...

Oh. Su nuevo (comienzo en el cual será feliz) Infierno ha comenzado.

Oh Yes! ¡Hace tanto tiempo que quería escribir algo sobre Yuugo! Y debo admitir que me gustó mucho.

Y bueno, me inspiré en la canción "Monsters" de Seafret. Escuchenla, es muy buena y me da ese feeling que representa a Yuugo (?)

Y nada más para contar sobre esto.

Ps: ¿qué tal su cuarentena? Ahq