P33: La última cena.

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—La verdad es que no tienes que hacer nada de esto, Alfie.—le dijo Erick tomando un trozo de zanahoria de un plato de porcelana.

La mujer chasqueó la lengua, lo miró fugazmente y luego volvió su atención hasta la olla de presión que descansaba encima de la estufa eléctrica.—¿Qué no?

—Es decir, te lo agradezco mucho en verdad pero…

—Sí, no te sientes con ánimo de celebrar nada.—respondió ella.—Pero…esto no es una celebración, corazón.—le recordó lanzándole una media sonrisa que él correspondió de inmediato.

—¿Y entonces que es..?—cuestionó en voz baja.

—Es la última cena con tu familia antes de partir a Brasil por seis largos meses.—anunció con una expresión de nostalgia instalada en su rostro.—Erick…vas a hacernos mucha falta por aquí. ¿Lo sabes, verdad?

—Supongo que si—murmuró.

—¿Por qué no vas y te das una ducha?—le preguntó sin dejar de sonreírle.—Los muchachos no tardarán en llegar y aun no estás listo…—observó y él dejó escapar un largo suspiro.

—¿Sabes? Hoy en la oficina intenté hablar con Danna.—soltó y automáticamente los ojos de Alfie se posaron en él.—Es decir; sabía que estaba ahí desde el momento en el que comencé a cruzar palabras con Maya, ella me lo dijo y después charlando con Christopher me dijo que tenía un plan para que hablase con ella…solo que no sé que fue lo que pasó.—le explicó.—Estuve esperando en el piso inferior como él dijo por una hora entera y nunca aparecieron…y Christopher tampoco dijo nada…—Alfie suspiró.

—Bueno…tal vez el destino todavía no quiere que ustedes se vean porque aún no es el momento para que hablen y arreglen las cosas…todo siempre pasa por alguna razón, Erick…—respondió ella tratando de animarlo.

—Supongo que si.—repitió.—¿Pero sabes quién si apareció?

—¿Quién?—cuestionó volviendo su atención a la olla con comida. Vertió un poco de pimienta molida y Erick siguió con sus ojos verdes cada uno de sus movimientos.

—Nicol Olsen.

—¿Qué? ¿Y que quería esa mujer?—le preguntó de inmediato tratando de mantener la calma y tratando de ocultar que cada vez que escuchaba su nombre o incluso la recordaba se le revolvía el estómago. Y es que nadie; absolutamente nadie que hiciera sufrir a Erick era de su agrado.

—Me dijo que entre nosotros esa noche en la que mi vida de arruinó no pasó nada realmente.—confesó.

—Dios…

—Por un lado me siento feliz de saber que nunca le fui infiel a Danna ¿sabes? Pero por el otro me siento completamente frustrado porque gracias a su maldita mentira mi hijo ya no existe y mi relación con mi esposa se fue por un abismo…directo a la mierda…—Alfie negó un poco.

—Pero al menos ahora sabes que nunca le fuiste infiel a Danna y con eso puedes recuperarla, Erick. ¿Eso es bueno, no?—él negó.

—De todas maneras mañana me iré a Brasil y no la volveré a ver en seis meses…y para cuando regrese nuestro matrimonio al igual que la fusión de las empresas de nuestros padres habrá terminado así que…

—De acuerdo, entendí el punto—respondió la mujer dejando escapar el aire de sus pulmones de manera lenta.—Pero si me permites darte un consejo; no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy; Erick…Danna y tú se aman y así pasen cien años más el amor que se tienen el uno al otro seguirá ahí…porque es puro. Y sincero.

—Puro y sincero…

(…)

—Dios, en serio te vamos a echar mucho de menos, Er…—susurró Paulina ofreciéndole una pequeña sonrisa. Erick también le sonrió débilmente y luego apartó la mirada.

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora