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•21 años después•

《NAHALIA 》

-¿Quien creería que las constelaciones me atraen más de lo llamado "normal"?.-No permito expresar la opinión de la otra, cuando yo misma respondo, como suelo hacer siempre para sacarla de sus casillas.

-Bien, no hay ser en esta tierra de mi edad que sepan de ellas más que yo. A excepción  de mi tía Ana y mi tío lohel, pues ¡Son científicos!-sonrio- Y los admiro demasiado- suelto mientras mi amiga Haruhi suelta un suspiro de aburrimiento- Y yo admirando que los Japoneses eran personas cultas con  ganas de aprender y ser los más ricos del mundo- la observo, gruñe mientras mira hacia  otro lado, mi querida amiga es todo lo contrario a una  "japonesa normal", sus rasgos asiáticos  son muy notables, sin embargo sus labios son gruesos, siendo bella a mi vista,  me es interesante como un 80% de la población humana  tienes sus ojos "normal" y ellos de algún  modo marcan la "diferencia"-Suelo ser muy crítica ante todo. Ya, lo siento- Le  digo con mi mirada de cachorrita regañada.

-Crees que no me doy cuenta que  me quieres irritar tomando una actitud "egocentrica" y, sí no hablaras 3 idiomas, cantaras como los mismos dioses del olimpo, fueras tan lista y tuvieras la belleza de una diosa, no estaría  aquí, la reputación  ante todo querida.- dice mirando sus uñas. Ahora soy yo la que puja con cara de enojo/aburrida- disculpa, yo no soy la "diferente" aquí,  querida amiga- me dice en modo sarcástico.

De un momento a otro vuelvo a sentir enojo en mi ser, un enojo incomprendido para mí ¿Y ahora que? Le digo a  mi cuerpo  esperanzada de que me diga ¡Que mierdas le pasa!, sin embargo esa respuesta no llegará  jamás.

-Nahalia, ¡¿Estás bien?!-Veo en sus ojos una chispa de  preocupación, se que el comentario anterior fue dicho con sarcasmo, así como mi actitud, ella suele estar ahí  cuando tengo crisis emocionales sin sentido alguno.

-Eh, creo que sí, solo me duele mi cabeza- Me despido de ella con un beso en la mejilla y salgo para mi casa, la cual queda al frente.

-¡TÍA! ¡Llegué!-Espero a que conteste, después  de unos minutos sin respuesta, me empiezo a preocupar, ella siempre esta pendiente de mi llegada.

-¡¿Tia?! ¡¿Estas arriba?!-Voy subiendo las escaleras mientras mi pulso toma una velocidad no muy agradable para mi gusto, al fondo escucho como empieza a llover fuerte ¿Acaso no estaba haciendo sol?, qué día tan loco.

-¡¿DONDE ESTAS?!-Grito mirando que en su oficina no esta- Tía, voy a pasar- Abro el cuarto de su habitación suavemente, cuando observo en el suelo un cuerpo-¡TIA!- Grito con todas mis fuerzas, asustada, erizada y escuchando  fuertes relampagos.

Llegó hasta su cuerpo y la volteó lentamente, empiezo a golpear sus mejillas intentando que despierte -¡la ambulancia!-tomo mi  celular rápidamente  marcando al número de emergencias-Ho..Hola, por favor vengan, mi tia se ha desmayado, cla.. claro, casa 2 Ana Walth, rápido, gracias-.

El pueblo en el que vivo, es un pequeño escondite, lleno de científicos y pueblerinos, cada uno con una casa, en sí, una pequeña ciudad, perfecta para ellos, con mucho espacio, demasiado a mi parecer, para que cada uno pueda hacer sus experimentos en sus lugares, sin ningún problema de llegar a hacer daño.

Suena el timbre de mi casa sacándome de mis pensamientos.

-¡Arriba!, ¡en su cuarto!- digo mientras varias personas ingresan a la habitación  y bajan al mismo tiempo para llevarla al hospital científico central-Voy con ustedes- No chistan nada, tengo una especie de poder gracias  a mi tía y mi ti ¡mi tío! ¡Debo llamarlo!, tomo mi teléfono buscando su numero, timbra, timbra y no responde.

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