Barrios bajos, Ciudad Domino, Lunes 02 de Septiembre de 2019.
El despertador sonó a las cinco de la madrugada sin piedad alguna, haciendo que una mano tanteara en la mesita hasta encontrar al causante de su abrupto despertar, dándole un par de veces hasta que consiguió apagar el insistente y molesto pitido, conteniendo las ganas de estamparlo contra la pared, sobre todo porque si se lo cargaba no tendría dinero con que reponer el dichoso aparatito. Tratando de no remolonear demasiado, empezó a deshacer el capullo de sábanas en el que se había envuelto durante la noche. Hacía años que tenía que dormir así, se sentía más seguro, además de que de esa forma no sentía tanto el frío que amenazaba con causarle un resfriado. Una vez en pie se vistió rápido, cogió su mochila revisando primero el tener todo lo necesario y bajó con cuidado, silencioso, hasta la cocina para dejar preparado el desayuno del mayor, el cual aún dormía la mona en el sofá del salón. No tardó mucho en dejarlo todo listo, pues solo dejó hechas unas tostadas de pan y una jarra de café junto a un bote de aspirinas que ya estaba por terminarse. Sacó de su mochila una pequeña libreta y apuntó "Aspirinas" en una lista que tenía para hacer la compra y no olvidarse de las cosas de primera necesidad... O en este caso del tipo prioritario.
Salió de su casa procurando que la puerta no diera un portazo y echó la llave con cuidado, sacó su bicicleta de donde la tenía escondida en el pequeño, y mal cuidado, jardín lateral que tenía la destartalada casa, se acomodó la mochila a la espalda y, pedaleando rápido, se fue a su primer trabajo del día: la imprenta. No tardó ni diez minutos en llegar. Hacía años que se sabía de memoria los caminos más rápidos para llegar, prácticamente desde su primer año. En la puerta de la imprenta "Domino Times" ya se encontraba el encargado de la repartición de los periódicos, preparando los fajos y paquetes que les tocaba entregar a los empleados. Se trataba de un hombre de mediana edad, estatura baja, apenas le llegaba por el hombro al rubio, cabello muy corto de color negro y ojos también negros, pero con una capa grisácea. En cuanto le oyó llegar levantó la cabeza de la caja que estaba abriendo y le dedicó una somnolienta sonrisa.
- El primero como siempre, Wheeler –se incorporó haciéndose crujir la espalda y, en cuanto el joven estuvo a su lado, le tendió la mano para estrechársela con fuerza.
- Ya me conoce, señor Moriya –le estrechó la mano, admirando la fuerza que demostraba tener incluso a esas horas estando aún medio dormido- ¿Qué tal las vacaciones? –se bajó de la bicicleta para colocar en esta las alforjas que usaba para guardar los periódicos.
- Bastante bien, me llevé a mi mujer y a mi hija a la playa. Tenías razón, niño, les encantó –Joey soltó una ligera carcajada al recordar la última conversación que mantuvo con aquel hombre antes de que se cogiera las vacaciones que prácticamente le habían obligado a tener.
- ¿Si? Me alegro de que le fuese bien –el señor Moriya empezó a pasarle los fardos de periódicos una vez que la bici estuvo lista- ¿Y qué tal lo de sus ojos?
- Aún nada. Estoy por pedir un crédito, aunque de momento no me molesta demasiado, y el oculista me ha dicho que no me corre prisa, que no me voy a quedar ciego de la noche a la mañana. Además, son solo unas cataratas, nada serio... Pero gracias por preguntar, muchacho.
- Tenga cuidado con eso –mencionó con preocupación mientras terminaba de cargar todos los periódicos. Entró un momento al edificio para poder dejar propia mochila en el cuarto del responsable de seguridad, el cual le saludó con una simple inclinación de cabeza. Sabía que si la llevara sería solo un estorbo, además de añadirle un peso que solo le retrasaría- Todo listo. ¿Algún cambio en la ruta?
- Tranquilo, sabes que lo tengo –se colocó las gafas que usaba cuando sentía la vista demasiado cansada- Y no, no hay ningún cambio que yo sepa. No ha llamado ningún repartidor para notificar ausencia alguna.
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TERMINAL
RomansaLa vida no es fácil, y menos para quien sabe que la suya tiene fecha de caducidad. Esta historia la estoy subiendo también en amor-yaoi como Kidah