Cap 03 Lalisa Manoban Part 1

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Lisa estaba sentada en el escritorio, escuchando atentamente las palabras
de la persona que estaba hablando. Las reuniones no era lo más divertido de su día, pero era algo necesario para la posición de una mujer como ella, la reina, la líder máxima de los Alfas.

Hablaban de inversión, de estadísticas y de proyectos de esparcimiento.

La ciudadela estaba en crecimiento y el florecimiento de los Alfas se
proyectaba favorablemente. Por dentro, Lisa, estaba contenta. Cada día quedaba como una líder importante y, de paso, popular.

Lo cierto es que recibió una educación estricta desde su infancia para prepararla para el rol que estaba desempañando en la adultez. Así que estaba acostumbrada a la presión, a la responsabilidad y a las situaciones complejas.

Se sentía capaz de lograrlo todo porque había nacido para ello.
Desde la instauración del nuevo orden social y político, sus abuelos
fueron artífices de la consolidación de los Alfas en la ciudad-estado en donde
nació. Su padre ayudó a fortalecer la posición de los mismos y en dejar en
claro que los Betas y Omegas debían quedarse a las órdenes de ellos porque así correspondía. No hubo discusión al respecto.

Era la mayor de dos hermanos, así que su padre y madre celebraron el
hecho de que su primogénito era una niña con pene. Eso, para la cultura Alfa, era más que una buena noticia, principalmente porque el legado de la familia podía descansar en los hombros de la nueva heredera.

Desde los primeros años, demostró un increíble ingenio y sensibilidad por
el conocimiento. Era curiosa y le gustaba investigar por su cuenta. Por
supuesto, esto significó que su educación sería simplemente la mejor para seguir cultivando esa actitud natural.

Cuando aprendió a leer, comenzó a hacerlo casi con fanatismo. Podía
devorar libros de todo tipo, aunque sus favoritos eran de ciencias. De hecho, era una fanática empedernida de los dinosaurios y de los fósiles de plantas.

Podía pasar horas y hora leyendo al respecto y ser completamente feliz.

No sólo era brillante, sino también era notable sus dotes para el deporte.
Adoraba correr y nadar, así que también recibió educación al respecto. Sus padres, cada vez que la miraban poner el máximo de su desempeño, sentían que su corazón se inflaba de orgullo, Lalisa Manoban era la representación perfecta de lo que debía ser un Alfa. Sin duda.
Inteligente y buena deportista, Lisa también se hizo nombre por su belleza física. De por sí era alta, pero se hizo aún más durante la adolescencia.

Blanca, de ojos avellana grandes y el cabello tan rubio que parecía blanco con el reflejo del sol. Al contar con 15 años, aparentaba de más edad gracias a su voz gruesa que pocas mujeres poseían y a ese aspecto intimidante que había adquirido gracias a su característica aura de misterio.

Aunque era silenciosa y observadora, Lisa gozaba de extrema popularidad.
No lo tenía muy claro pero tuvo la sensación de que aquello tenía que ver con el hecho de su influencia familiar. Por lo que también desarrolló ese rasgo cínico y sarcástico que formaría parte esencial de su personalidad.

Sin duda, era diferente al resto de las chicas Alfas y de los hombres  también. Su hermana menor, por ejemplo, si bien era tan bella como ella, difería por su dulzura y amabilidad, cuestiones que contrastaban seriamente con las de Lisa. Parecían agua y aceite, aunque la verdad los dos se la llevaban
muy bien.

La familia Manoban era la más admirada de todos los Alfas. Eran el
símbolo inequívoco del éxito y de la prosperidad. Una ascendencia gloriosa y una descendencia que parecía ser lo mismo. Eran el sueño a imitar.

Lisa disfrutaba de la admiración de la gente, le gustaba que la miraran
como si fuera casi como un ser mítico. Le resultaba divertido y también
curioso. Le llamaba la atención la capacidad de la gente de idolatrar a
desconocidos. Pero así era la vida de los Alfas, cargada de pretensión y de
esnobismo.

Finalizada: Mi pequeña esclava [Jenlisa G!P]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora