Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de Thuy, titulada: All Night Long. 😋
«Las marcas...» me había olvidado de ellas. Me giré hacia el espejo y las observé espantada. Mi expresión emanaba pánico por todos sus poros.
—¿Fue por... Fue por eso? —dijo Justin al percatarse de mi estado.
—Olvídalo, Justin. Por favor. —le pedí suplicante e intenté salir del baño corriendo. Sin embargo, sus manos me lo impidieron, me detuvieron ante la puerta e hicieron que me girara para mirarle.
—Acepto que no me lo quieras contar ya, pero no lo pienso olvidar, algún día me lo tendrás que decir.
—Algún día. —me zafé de sus manos y fui corriendo a cubrirme con la primera prenda que se me antojara antes.
—Toma, cariño, creo que vas a necesitar esto. —"cariño" ¡Me había llamado cariño por primera vez!
Me lanzó unos pantalones de chándal de color negro y los pude coger al vuelo.
—Esto me va a dar mucho calor, ¿no crees? —sostuve la prenda en el aire. —Por cierto, me gusta ese vocativo. Es cariñoso. —sonreí y noté como se me subía el calor a las mejillas.
—¿Prefieres el cuero? Porque yo creo que te va a dar más calor. Pasaré por alto lo de que mi vocativo suena cariñoso, no soy un hombre de rosas y corazones.
—Ja, eso habrá que verlo, porque yo creo que sí lo eres, pero no lo quieres dar a conocer. —le pegué amistosamente en el brazo con el puño cerrado y me reí mordiéndome la lengua por el gesto.
—Pues creo que entonces crees mal. —alzó ambas de sus cejas.
Me coloqué mi polo blanco y sus pantalones de chándal.
Me miré al espejo y di media vuelta para poder ver cómo me quedaba la ropa que lucía, contenta con el resultado, inspeccioné mi cara.
Mi moño desordenado continuaba sobre la cima de mi cabeza y ahora tenía más de un pelo suelto que rodaba mi cara.
Me dio igual el aspecto que llevara, así era yo, a quien le molestara mis defectos, que no me mirara, simple.
—Estás perfecta, Eden —Justin volvía a estar en la misma posición que esta mañana, apoyado sobre el marco de la puerta y con sus ojos fijos sobre mí. He de reconocer que me intimidaba. —. Creo que esos pantalones te quedan mejor que a mí.
—No lo creo —me reí mientras recogía el baño.
Los pantalones me quedaban demasiado largos, teniendo en cuenta que Justin era diecisiete centímetros más alto que yo, era de esperar; no obstante, encontré la manera perfecta para arremangármelos por dentro como si se tratara de la propia goma del pantalón.
Debido a que de la cintura también se me caían, tuve que darle tres vueltas a la cuardecita alrededor de mi cintura para que no se me cayeran.
Volví a rodearle y cuando lo metí todo en una bolsa, me dejé caer sobre el colchón, posé las manos a mis costados y le miré con la cabeza ladeada.
—Ahora bien, ¿qué vamos a desayunar? Me muero por ir a la playa contigo, quiero ver la cara que pones cuando te hunda bajo el agua. —sonreí maliciosamente.
—Claro, si no te hundo yo primero —puse los ojos en blanco e hice un gesto con la mano restándole importancia a ese, tan, verdadero comentario. —. ¿Sabías que cocinar es una de mis especialidades?
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ÉL - Un Verano En California [US #1#]
Novela JuvenilLos polos opuestos se atraen, pero... ¿quién elimina la opción de que los polos iguales también lo hagan? Completamente diferentes, pero; jodidamente iguales. Así eran ellos. Su alma era negra y su vida demasiado atormentada como para saber a ci...