Un bosque lleno de un bonito marrón, és otoño y la brisa te acaricia suavemente la cara, el cuerpo, hace que tu ropa se mueva levemente, puedes oír a las hojas susurrantes causadas por el suave viento sobre ellas, las hojas, del precioso marrón otoñal crujen al pisarlas, se pueden oír a las cigarras y, también a los pájaros como los jilgueros cantar, uno de los sonidos favoritos de Rosa, que ella justo pasa por aquí. Ella es una chica joven, de pelo castaño como el propio otoño que es largo hasta sus codos pero que siempre lo lleva recogido y sus ojos teñidos por la dulce miel, viste una prenda blanca, una falda larga, con volantes en capas le envuelven la cintura, las piernas y un poco de sus pies. Lleva un lazo en el pelo que, también es blanco pero este, esta en una diferente tonalidad que el vestido, en este caso parece un poco más oscuro, supongo que el vestido es más nuevo que la tela del lazo y esa es la razón por la que esta tela está más descolorida. Va camino a un pequeño rincón, con suelo blando de un mosgo verde, amarillos dientes de león entre muchas otras flores de distintos colores y árboles que ahora tienen las hojas marrones. Es allí donde a ella le gusta pasar el tiempo, leyendo libros o sentada mirando a los pájaros, los que comen las semillas que Rosa especialmente les deja cada dia, acción que, al pasar los meses los pájaros se acabaron bien acostumbrando y, cuando la ven llegar ya descienden de los árboles a esperar a la comida. Su casa está muy cerca del rincón en el que Rosa está sentada. Cuando está enmedio de las líneas de el libro que está leyendo, inmersa en la lectura, olvidándose de la realidad, de golpe oye los gritos de una mujer reclamando que vuelva a casa y, ella obediente, cierra el libro que estaba leyendo, de hecho ese libro se titula Jane Eyre y con cuidado se levanta, da pequeños golpecitos a su falda para quitar aquellos restos de musgo que se quedaran en los pliegues de su falda, se despide de los pájaros que la acompañaban en su lectura y con sus botines de color marrón canela camina entre la vegetación otoñal hacia su casa. Era la hora de sus clases de piano, a Rosa le gusta tocar el piano pero no es lo que realmente le apasiona. Entra en casa y ve a la señorita Diane, su profesora de piano. Rosa la saluda amablemente y Diane con rostro serio le riñe levemente por haber estado distraída en el bosque cuando se acerca la hora de sus clases, que ella no es la responsable de su comportamiento y tiene que estar lista en todo momento. Las dos se sientan y con una expresión seria, Diane le ordena a Rosa tocar la pieza de Bach, titulada "Sarabanda de la Suite Francesa nº 1 en Re Menor" . Rosa estira sus finos y delicados dedos y los coloca cada uno en su tecla correspondiente. Empieza a leer la partitura y sin mirar sus manos comienza a hacer sonar la melodía. Las notas graves, combinadas con las agudas comenzaron a formar así una melodiosa composición digna de ser escuchada por buenos oídos, cuando Rosa se equivoca de tecla o de ritmo Diane la corrige, haciéndolo ella perfectamente. Diane es, desde la sincera opinión de Rosa, la mujer que mejor sabe tocar el piano. Cuando ella empieza a tocar el instrumento y cierras los ojos, es capaz de hacerte sonreir. Todas las notas que ella toca son perfectas, así mismo pasa con el ritmo. Aunque Diane tenga una expresión seria es una persona digna de admirar.
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Flores en Agua
ФэнтезиUna historia ambientada en el 1870, una joven, a la que le gusta la naturaleza, leer y tocar el piano, conoce a un amor que no es aceptado por la sociedad