chapter seven

8K 276 81
                                    

El fin de semana posterior a la noche de películas del viernes decidieron salir con sus amigas a desayunar churros con chocolate, aprovechando que el sábado por la mañana había amanecido despejado y con un poco de sol, a pesar de que igual tuvieron que recurrir a las bufandas al rededor del cuello y los gorros cubriéndoles las orejas para escapar de la helada mañana. Charlaron y bromearon con ellas hasta que llegó el almuerzo, donde la mayor víctima de las bromas fue Maria al estar con resaca de la noche anterior, y como Marina aún estaba en casa de Miguel Ángel y Alba no quería molestar a su madre quien había llegado por la mañana, Natalia la invitó a su casa.

Mikel Lacunza estaba de viaje de negocios en Barcelona, por lo que no tuvieron que preocuparse por él cuando llegaron a casa de la chica más alta y fue la razón por la cual Natalia se decidió a invitar a su mejor amiga, escapándose del frío al sentarse en frente del calefactor en el salón. Allí las pilló Maria, riéndose al verlas con las manos hacia la fuente de calor y las narices coloradas del frío.

"Hola mamá," la saludó Natalia con una enorme sonrisa antes de ponerse de pie y acercarse a abrazarla.

"Hola cariño." Le contestó su madre mientras le acariciaba la espalda a su hija. "¿Lo habéis pasado bien anoche?" Preguntó, y Natalia comenzó a sentir sus mejillas arder y las palabras quedándole atascadas en la garganta al recordar lo que ocurrió antes de que se fuesen a la cama.

Por lo que no supo cómo contestar, y Alba, quien observaba la situación divertida aún sentada en el suelo con las piernas dobladas debajo de su cuerpo, decidió echarle una manito a su amiga a quien le daría un mal si su madre seguía preguntando.

"La pizza estaba fría cuando llegó y tuvimos que calentarla," dijo la pequeña rubia al ponerse de pie para acercarse a saludar a la madre de su mejor amiga. "Pero aparte de eso, todo genial, ¿verdad Nat?" Preguntó para molestarla un poco, con una pequeña sonrisa que escondía picardía detrás. Natalia sólo atinó a asentir mientras sus mejillas ardían, provocando que la chica de los ojos miel soltase una carcajada antes de lanzarse a sus brazos para abrazarse a su cuerpo, acomodándose en su pecho.

"¿Os vais a quedar a almorzar?" Preguntó la madre de Natalia un par de momentos después, mientras observaba como su hija se relajaba en los brazos de su mejor amiga. Algo que ella misma recuerda que sucede desde que las dos chicas delante suyo eran dos crías que revoloteaban jugando a las escondidas.

Ambas asintieron, y luego de que Natalia le avisase a su madre que no se preocupara porque ellas cocinarían, se adentraron en la cocina murmurando cosas que la mujer no logró entender, por lo que se encogió de hombros y caminó de vuelta a su despacho para seguir trabajando.

Y por suerte que no lo hizo, porque era Alba torturando a su hija al recordarle que no podía entusiasmarse demasiado ahora que tendrían que estar pendientes de cocinar y con sus hermanos pequeños pudiendo aparecer detrás de ellas en cualquier momento, y acompañó sus palabras dándole un juguetón golpecito en la pierna mientras caminaban, uno que fue demasiado cerca de su entrepierna. Natalia tuvo que detenerse en seco al sentirla, y Alba soltó una risita mientras se colocaba de puntillas para mirar la alacena y ver qué podían cocinar.

Y aunque fue ella misma quien a veces se colocaba delante de su mejor amiga mientras ella, y la rozaba sin querer en esa zona tan sensible de Natalia, no ocurrió nada más aparte de los suspiros que soltaba la chica.

Por lo que la siguiente vez que se dejaron llevar, fue en el instituto.

Fue durante el horario de almuerzo del lunes cuando Alba se sentó en su regazo tras terminar su tupper de arroz con verduras mientras Natalia comía una manzana y charlaba animadamente con Maria. Estaban haciendo planes para quedar el viernes, el día en el que Natalia no tenía que cuidar a sus hermanos porque su madre llegaba temprano de la oficina, luego de que salieran de la academia de danza. Natalia le rodeó la cintura con el brazo izquierdo atrayéndola más hacia su cuerpo, provocando que una pequeña sonrisa se formase en el rostro de Alba al sentir los dedos de su mejor amiga incrustándose en su costado, dejando unas pequeñas caricias en su cuerpo.

Remember everything will be alright || (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora