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Buenas a todos mis lectores, aclaro que esta historia solo es creación mía, los personajes originales les perteneces a sus respectivo escritores, yo solo los uso para entretenerlos. También aclaro que no he leído los libros ni de Crepúsculo ni Harry Potter (bueno solo el 1er libro y parte del 2do), solo he visto las películas. Algunas cosas que se verán son invenciones mías, espero no se enfaden al fin y al cabo lo principal es divertirse con esta historia. De igual forma estaré investigando antes de realizar los capítulos para ser lo más fiel posible.

Si me llego a equivocar en algo pueden avisarme, solo les recuerdo que es pura imaginación y entretenimiento y sin motivos para hacer enfadar a sus respectivos fans de las sagas.

Sin más, diviértanse.

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Hospital Forks, Sala de maternidad

2 de mayo de 1960

2:30 am

La habitación 17 estaba llena de gemidos, la mujer acostada en la cama se encontraba sola. El dolor de las contracciones solo era momentáneamente calmado por el sonido de las gotas de lluvia chocando contra la ventana. Afuera todo estaba oscuro, solo un luz al otro lado del edificio pero apenas iluminaba un tramo del pavimento.

Tenía alrededor de 4 horas en el hospital, la enfermera iba a verla cada 15 minutos, pero todavía no tenía la dilatación necesaria. El hecho de dar a luz sin la compañía de su esposo la entristecía pero era mínimo ese sentimiento. Volvió a sentir el dolor ahora más agudo. Grito con fuerza, justo en ese momento la puerta fue abierta, dejando ver a un hombre de cabellera rubia, la piel pálida haciendo que la bata blanca resaltara.

-Su doctor no podrá llegar a tiempo para su parto, Señora Solver. A partir de ahora yo estaré a cargo del cuidado de usted y su próximo nacido bebé.-le dio una sonrisa, mostrando una blanca y brillosa dentadura.

-Muchas gracias, cuánto tiempo más tendré que esperar? Siento que pasa muy lento el tiempo-otro agudo dolor, ahora arqueo la espalda y su cabeza choco con la almohada.

El medico se acercó y empezó a examinar la mujer, poso su mano en su vientre, había mucho movimiento, se aproximó para ver cómo iba la dilatación.

-Sera una niña, estoy segura.

-¿ya eligió un nombre?-pregunto mientras seguía revisando a la mujer. Ella volvió a quejarse y sonrió.

-le borde el nombre en esa gorrita. Espero que no sea muy grande aunque seguramente le cubriría las orejas.

-estoy seguro que estará a la talla

-¿usted tiene hijos...?-el rubio asintió con un sonido proveniente de su garganta.

-5 hijos adoptivos, mi esposa tuvo una complicación en su primer embarazo y nos dijeron que una segunda ves no nada mas seria fatal para ella, si no para el bebé. A pesar de eso amamos a nuestros hijos, aunque nos hubiera gustado criarlos desde que estaban en pañales.

-los bebés son un milagro, siempre he pensado eso. Mi esposo por el contrario...-otro quejido mas doloroso.-podría pasarme el gorrito.

El hombre asintió, se levanto y se quito los guantes que se había puesto antes de entrar a la habitación de la mujer. Se acerco a la pañalera, y visualizo la gorra con el bordado en letras doradas. Le pareció un nombre adecuado y esta por decírselo cuando escucho que la mujer nuevamente se quejaba.

Se disculpó y salió de la habitación, llego hasta el centro de enfermeras y aparto a la encargada de la mujer.

-¿Cuánto hace que llego la mujer de la habitación 17?

-hace 4 horas, solo ha dilatado 3 centímetros desde entonces.

-lo normal seria de 5 a 6, debe dilatarse centímetro por hora no por cada dos... preparen la sala de partos, hablare con ella para que acceda a cesaría

-Si Doctor

Al entrar nuevamente a la habitación, la mujer ya no gritaba, solo estaba recostada. Corrió rápidamente a su lado, grito por ayuda y la llevaron rápidamente a la sala.

La mujer había tenido una recaída, sus sabanas en menos de un minutos se habían manchado de sangre. Anestesiaron la zona indicada y procedieron con la cesárea, 10 minutos después todos en la sala se sentían gozosos al escuchar el llanto del infante. Pero sus semblantes cambiaron al escuchar la alarma con respecto a al salud de la mujer. El bebé fue entregado a una enfermera para llevárselo a los cuneros, el doctor y enfermeros trataron por todos sus medios mantener con vida ala mujer, pero a las 2:55 am la mujer falleció.

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A la misma hora que fue declarada muerta la mujer, un hombre aparecía saliendo del recinto. En su mano aferraba una varita de madera y la guardo bajo su túnica. Camino un par de metros más hasta que la oscuridad lo cubrió y con una última mirada, escupiendo y maldiciendo a la mujer, desapareció para no volverse a ver por mucho tiempo.

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Cuando el chico entro –el cual se veía de 17 años para toda la población, menos su familia- fue saludado por las enfermeras y otros doctores que estaban en servicio, subió por el elevador hasta el vigésimo piso y se dirigió a la oficina de su padre. Al entrar se cubrio la nariz con una mano, volteo a ver una maleta que esta encima del sillón, el olor a sangre lo inundo, respiro para tranquilizarse y cuando sintió que se controlaba se adentro por completo en la oficina.

-¿asumo que tuviste una noche muy movida?-murmuro el chico al ver a su padre salir del baño. El rubio llevaba unos pants negros y una simple playera blanca.

-una mujer tuvo complicaciones en el parto, al llevarla a la sala de maternidad me manche de su sangre, igual tenia que cambiarme para la cesárea.-le contesto mientras se acercaba y el chico le entrego otro maletín con un cambio de ropa limpia.

-y conociéndote todo salio bien-lo dijo con una sonrisa pero el rostro serio del rubio hizo borrar la sonrisa-lo siento por la mujer

-mas bien la hija, la madre falleció en el parto-entro nuevamente al baño, tardo 10 minutos y salio. Su hijo se había sentado un poco apartado del maletín con ropa impregnada de sagre.

-son frágiles, fáciles de lastimar... y aun así anhelan vivir mucho tiempo. Mientras que nosotros...

-y aun así no cambiaría nada Edward, ven conmigo. Iré a verla.

Pronto se les podía ver caminar a los cuneros, el sutil llanto de infantes se intensificaba conforme seguían caminando. Varias parejas veían a sus recién nacidos, Edward estaba seguro que a uno de esos niños los terminarían dejando ciegos por los flash de las cámaras.

Fijo su vista a los infantes, al primero que vio lloraba y se quejaba, movía sus brazos ferozmente, uno de los padres decía "Miren a mi muchacho, tiene excelentes pulmones!", el siguiente bebé chupaba la tela que cubría su pequeña mano, otro solo hacia pequeños gemidos y movía la cabeza tratando de enfocar su vista.

Estaba por preguntar cual era el bebe que debía buscar cuando lo sintió. La 2da hilera de cunas, la 3ra de derecha a izquerda, una pequeña dormía plácidamente. Apenas tenia una motita de cabello oscuro, su piel era blanca –su padre susurro que obscureciera levemente mientra iría creciendo- era la mas pequeña de todos, alcanzo a leer 2.100kg, los otros niños pesaban alrededor de 3.400kg y solo uno mas pesaba 2.600 kg.

Miro detenidamente a la pequeña, una enfermera se acerco y cargo a la bebe, Edward quiso reñir a la mujer en cuanto vio que la niña se quejaba pues había sido sacada de sus dulces sueños. La mujer acerco al bebe al vidrio donde podía Edward apreciarla mejor.

-es ella...-esa simple palabra le aclaro todo el asunto al chico, el cual no podía dejar de ver a la pequeña la cual había abiertos sus ojos, eran un café profundo y achocolatado.

La sangre no une a la familiaWhere stories live. Discover now