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Mientras más se acercaban, más se escuchaba el ruido de la música. Seonghwa en esos momentos se encontraba más preocupado en estar rodeado de personas desconocidas que por otra cosa.

Nunca se sintió cómodo en espacios abiertos con muchas personas a su alrededor, se sentía sofocado y a veces mareado, sentía que todo el mundo lo miraba y temía de eso, no le gustaba ser el centro de atención y cuando se veía obligado a serlo era demasiado común que se pellizcara las palmas de las manos para no desmayarse o entrar en una crisis. No podía hacer mucho al respecto, trataba de convencerse de que no pasaría nada malo, trataba de calmarse a sí mismo ante el miedo irrelevante y absurdo que tenía, sabía que era un miedo sin un punto coherente y siempre ponía de su mayor esfuerzo por sobrellevarlo y controlarse, pero muy pocas veces lo lograba.

Definitivamente había emociones diferentes en un solo lugar; Mingi bailando mientras más se acercaban mientras que Seonghwa comenzaba a sudar frío y a tener una tensión inmensa sobre sus hombros.

— ¡será genial! — suelta Mingi de la nada tomando el brazo de su amigo para arrastrarlo más rápido hasta la entrada de la casa — ¡me gusta este ambiente! — dice casi gritando. En la entrada de la casa había muchas personas hablando o con vasos rojos hasta el tope con sustancias desconocidas. Típico cliché de fiesta universitaria.

Seonghwa escanea todo el lugar con la vista, un poco ansioso por lo que sus ojos veían; vasos regados por el suelo, personas bailando en el centro de la casa amontonadas entre sí y a pesar de ser temprano algunos incluso estaban vomitando en sus propios vasos, seguramente la fiesta la habían comenzado en otro lugar.

Horrorizado se gira en su puesto buscando a su amigo pelirrojo sin rastro alguno de él, genial, por estar demasiado ocupado prestándole atención a su problema se había quedado solo, lo cual resultaba aún peor. En busca de un lugar donde pueda estar más tranquilo, llega a la cocina, la cual para su suerte estaba siendo ocupada por unas tres personas como máximo, ni siquiera se detuvo a mirar quienes eran.

Pasó de largo buscando con la mirada algún vaso que no estuviera usado, solo imaginarse bebiendo de un vaso que estuvo a la intemperie en quien sabe dónde, le provocaba ganas de vomitar. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando un pequeño chico de cabello blanco se hace presente justo a su lado.

Hongjoong estaba tendiéndole una botella de agua — pensé que buscabas esto — dice un poco alto por el ruido de la música, Seonghwa ni siquiera se molestó en ocultar su desconfianza hacia la botella que le estaba tendiendo el más bajo — está totalmente sellada — aclaró el Peliblanco, una vez más, como si pudiera leer los pensamientos ajenos.

— y-yo...uhm, gracias — responde admitiendo estar un poco apenado porque había sido muy obvio con sus pensamientos, sin embargo, se encontraba aliviado de que él estuviera ahí.

— nunca creí encontrarte aquí — Hongjoong pasó a sentarse en una de las encimeras, volviendo la vista hacia el pelinegro ya que este mostraba un gran signo de interrogación en la cara — me refiero, no eres la clase de persona que vendría a una fiesta, luces demasiado reservado —

Seonghwa abre la botella confirmando que estaba sellada; dándole un buen trago mientras escucha al chico y tenía razón, no era la clase de persona que aceptaría ir a una fiesta porque sí — no sabía que era muy obvio — dice con una leve sonrisa — en realidad, vine con mi amigo, pero él me dejó solo hace un buen rato — tapó la botella manteniéndola a un lado.

— oh... ¿el chico pelirrojo? — pregunta recibiendo una afirmación de él — lo vi bailando con mi amigo Yunho hace un rato — se encoge de hombros, bajando de la encimera para buscar entre las gavetas unos vasos sellados soltando un "bingo" cuando los encuentra.

Trastorno Obsesivo Compulsivo|| SeongJoong.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora