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Por primera vez en mi larga vida, y no exagero, pude levantarme exactamente a las ocho en punto, ¡Y no fue por trabajo!

Estoy muy decidido en ir a la casa de mi mejor amiga. Allí vive con su reciente esposa, Wanda Maximoff. Que, por suerte del destino... Melliza de mi amado niño.

-¡No lo sé, brujita!- pasó sus manos por la cabellera rubia, en señal de desesperación al no poder decir con exactitud que sucedió

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-¡No lo sé, brujita!- pasó sus manos por la cabellera rubia, en señal de desesperación al no poder decir con exactitud que sucedió. -Simplemente...¡Desapareció!-

-Seguro tiene un amante por ahí, ¿Quien sabe? Tal vez no le dabas los gustos por viejo. - la pelirroja hizo acto de presencia en la sala, con unas ansiadas ganas de molestar al arquero, arrepintiendose, pero solo un poco, cuando la reprochante mirada de la mutante en su cuerpo apareció.

-Natasha...- la menor de la tercia posó unos dedos en el puente de su nariz, suspirando por la actitud que la nombrada llegaba a tener en algunas ocasiones. -Clint, no le hagas caso, ese cabello de trapeador no es capaz de eso. Creeme, te es fiel desde que nació. ¡No tengo pruebas pero tampoco dudas!-

-Barton, no estás descansando bien, lo noto en tu rostro. - se acercó al agente, sosteniendolo por las mejillas con una delicadeza sorprendente de la rusa. -Ve a tu casa, duchate, hueles horrendo, y duerme. Después de eso, podremos hablar. - ordenó, aflojando el agarre en el rostro del protagonista y le dedicaba una sutil sonrisa. La bruja miraba la escena enternecida, pero mucho más a la mujer con una gran ternura. Sin duda, su bella esposa podía tener un lado dulce.

Camino a mi casa, seguía sacando variadas teorías sobre lo ocurrido con el mutador. La más razonable es que fue secuestro, ¡Pero no encajaba nada!

Lo que Natasha comentó en broma, me dejó realmente con duda. ¿Y si tenía razón? ¿Si Pietro en verdad tenía un amante más guapo y joven que yo?

SESENTA DÍAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora