P35: De cero.

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El sonido del timbre de la puerta principal del departamento de Paulina s e hizo presente. La muchacha inspiró profundamente dejando su ordenador portátil encima del sofá y se puso de pie para ir a atender.

Desde el día en el que Danna se había mudado a su propio departamento luego de su accidente ella no había vuelto a  tener visitas excepto por el par de veces que Celia había intentado acercarse pero ella simplemente la había rechazado pues había tenido suficiente de ella. No es que fuese una mala persona pero todavía estaba el hecho de que su primer había sido prácticamente la responsable de todos los problemas con Zabdiel aunque tampoco la culpaba demasiado. Ella era la responsable en su totalidad.

Tiró del pomo de la puerta y cuando lo hizo su corazón se aceleró. Zabdiel estaba de pie del otro lado mirándola fijamente.

—Hola…—murmuró Paulina.

—¿Estás ocupada?—saludó él.

—No realmente, estaba enviándole un  correo a mi madre.—respondió.—¿quieres pasar…?

—Si.—asintió él. Paulina se hizo a un lado pero no se movió de su lugar ni un centímetro. Adoraba la idea de tener a Zabdiel en su departamento. Él no había vuelto desde que Danna se había mudado y lo cierto es que lo extrañaba sin embargo…ambos se habían ido alejando el uno del otro sin poder evitarlo; entre las responsabilidades de Zabdiel y las de Paulina apenas y habían hablado una vez desde el desafortunado encuentro con Xavier y aunque le doliese un poco aceptarlo; el panorama no pintaba demasiado bien.

Pintaba horrible de hecho.

—Eh…la verdad es que me sorprende un poco tenerte por aquí.—comenzó.—Es decir, me gusta…pero es un poco…extraño…—murmuró.

—Tenemos que hablar.—anunció Zabdiel tomando asiento en el sofá más grande de la sala y el corazón de Paulina dejó de latir un momento.
Había visto suficientes películas dramáticas  como para saber que siempre que algo malo pasaba comenzaba con el típico “tenemos que hablar”.

—¿Qué es lo que pasa?—cuestionó en voz baja aunque en realidad no quería escuchar la respuesta.

—Pau…

—¿Vas a terminar conmigo?—lo interrumpió sin dejar de mirarlo. Zabdiel se quedó en silencio un momento, apartó la mirada un momento y luego volvió a mirarla.

—Creo que es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos…—respondió finalmente. Paulina apartó la mirada mientras sus ojos comenzaban a nublarse.—Pau, yo te quiero muchísimo pero en algún momento el amor que sentía por ti se convirtió en cariño…de amigos…lo siento, de verdad…

—¿Es por lo que pasó con Xavier?—murmuró volviendo su atención a Zabdiel.

—No, eso no tiene nada que ver.—susurró.

—Entonces es porque Miranda llegó a tu vida.—adivinó.—Entiendo que ella es mucho mejor que yo y…

—Te valoro lo suficiente como para saber cuan valiosa eres.—la cortó.—Eso no tienes nada que ver tampoco con Miranda o si crees que es mejor o no que tú. Las dos son muy valiosas e importantes para mí pero una cosa no tiene que ver con la otra, Paulina.—le explicó dejando escapar un largo suspiro.

—¿Por qué no me dices la verdad, Zabdiel? Esto tiene todo que ver con lo que pasó con Xavier; desde entonces nuestra relación se destruyó por completo y…¿nunca vs a perdonarme, verdad?—Zabdiel suspiró.

—No tiene nada que ver eso con mi decisión.—respondió tranquilamente.—Entiendo que…

—Es que en realidad tú no entiendes nada.—murmuró ella.

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora