De pequeño siempre tuve unos padres muy cariñosos, atentos, orgullosos, y muy bien educados.
Ellos eran las típicas personas que todo niñ@ desearía tener como un ejemplo a seguir, básicamente una familia común como cualquier otra, ellos ya tenían su vida planeada (Casarse, Formar una familia, Llevar a su hij@ al primer día del cole, verlo graduarse) ya saben lo típico, pero yo "no" tenía los mismos planes ya que no me gustaba la idea de hacer exactamente lo que todos esperaban que hiciera, todo eso a raíz de un miedo que comenzó a los 12 años más específicamente un día que falte a clases gracias a estar "Bajo El Dolor De Una Enfermedad"
Recuerdo estar recostado en mi cama con un dolor punzante realmente fuerte sobre la parte baja de mi espalda como si en un trozo de hierro estuviese recostado, un suave cosquilleo recorría por todo mi cuerpo logrando que por alguna razón mi cuerpo se fuera debilitando muy lentamente.
Mi madre ya había tomado cartas en el asunto pero al llevarme al hospital local del pueblo, sólo logramos salir con más dudas de lo que habíamos pensado al entrar, en base a que los doctores no tenían ni las más remota idea de lo que yo estaba pasando en ese momento, el dolor continuo empeorando y al llegar a casa sólo pude dirigirme hacia mi habitación recostarme y tomar mi teléfono para disponerme a escribirle a unos amigos como de costumbre así estuve como por unos 15 minutos hasta que decidí hablar con Sara
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Ella era mi mejor amiga desde que comencé el primer año en la preparatoria yo para ese entonces era muy tímido, no solía hablar con casi nadie sino era para pedir algo prestado no era por ser antisocial o tóxico sino por el simple echo de que tenía pánico de acercarme a alguien y entablar una conversación sin que comenzará a sudar descontroladamente.
Hasta que un día común como los demás se me hacerco una chica no muy popular de echo casi siempre estaba junto con su hermana Salie, llegó caminando muy suave y delicadamente a preguntar si estaba interesado en realizar un trabajo junto a su hermana ya que le faltaba un integrante para tener un grupo de tres, a lo que asintiendo la cabeza le respondí que si ya que estaba realmente cansado de tener que hacer todo yo sólo.
Me invito a su casa dándome la dirección para llegar, no estaba muy lejos de mi casa así que no tenía problemas en llegar a una hora apuntada, ella se dio la vuelta para regresar junto a su hermana mientras me decía
~Por cierto, soy Sara mucho
Gusto en conocerte
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Abrí el cajón de aplicaciones para luego entrar a mensajes, así escribirle a Sara (hola, ¿como estas?) luego de un momento sin respuesta pensé lo idiota que estaba siendo al recordar que Sara estaba estaba en clases, no había motivo para que me respondiera, apague la pantalla de mi teléfono y me dispuse a realizar una tarea de historia que me había quedado de hace algunos dias.
Luego de terminarla al rededor de unos 20 minutos el silencio que ahogaba la habitación fue interrumpido por la suave voz de mi madre exclamando que bajará para ir a almorzar, a lo que con gusto le respondí:
~Espera un momento
mamá no tardó en bajar
Como pude me levante de la cama y me acerqué al pasillo para comenzar a bajar las escaleras, con dificultad coloque un pie frente al otro apoyándome de la pared para no caerme, cuando llegue hacia abajo me acerqué a la mesa del comedor para sentarme en una de las cuatro sillas que habían que se encontraban en dicho lugar.
Ya sentado mi madre se acerca con un plato de comida caliente y lo coloca frente a mi con un tenedor, el olor que salía de aquella comida interrumpía en mis pensamientos y sin pensarlo 2 veces comencé a comer
