P36: Sí.

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Erick abrió los ojos lentamente, la habitación estaba en penumbra y lo único que podía escuchar era la suave y acompasada respiración de Danna que dormía profundamente acurrucada contra su cuerpo.

Se removió lentamente cuidando no despertarla y una amplia sonrisa se instaló en sus labios, cerró sus ojos un segundo permitiéndose disfrutar de la sensación de tenerla tan cerca.

Todavía le seguía pareciendo un sueño pero viéndola ahí…profundamente dormida y pareciendo –y siendo realmente- la mujer más hermosa sobre la faz de la Tierra supo que no era el caso. Danna era real, completamente real y estaba entre sus brazos.

La chica se removió lentamente, abrió sus ojos medio segundo antes de volver a cerrarlos y Erick se rio en voz baja dejando un beso sobre su frente. Ella pestañeó un par de  veces y luego finalmente abrió sus ojos.

—Buenos días, señora Colón…—la saludó él.

Danna rio en voz baja y se cubrió más con el edredón de la cama de Erick embriagandose con el olor de su loción. —Extrañaba que me llamaras señora Colón…—admitió. Él le ofreció una amplia sonrisa.

—Pues entonces espero que no te hayas desacostumbrado a que te llame así porque vas a ser mi señora Colón hasta que ambos tengamos cien años y apenas y podamos hablar…—anunció.—Incluso así me las arreglaré para seguir llamándote señora Colón…

—Me encanta. —respondió.

—Escucha…voy a preparar el desayuno.—le informó Erick. Danna se apartó un poco de él y lo miró un segundo.

—¿Es en serio?—él asintió.—Dios, quiero ver eso definitivamente…

—Oye, no soy tan malo.—se defendió.—Alfie me ha estado enseñando a preparar mi propia comida para ahora que vaya a Brasil…al principio me negué pero al final de cuentas terminó convenciéndome…—Danna le sonrió.

—Eso definitivamente suena como a Alfie.—anunció dejando escapar una risita. Erick asintió divertido y Danna volvió a apoyar su cabeza en su pecho.—Cuando te vayas a Brasil en serio te voy a echar de menos…—murmuró afligida.

Erick dejó escapar el aire de sus pulmones y negó un poco.—¿Por qué no vienes conmigo?—soltó de golpe. Danna volvió a apartarse para poder mirarlo a los ojos.

—¿Qué?

—¿Qué por qué no vienes conmigo a Brasil…?—murmuró.

—Escuché lo que me dijiste, Erick.—respondió de inmediato.—Es que en realidad no puedo…¿Qué pasa con el proyecto de Canadá?—susurró.—Espera un momento…cuando Zabdiel me dijo que tenía el proyecto de Canadá con Christopher lo primero que me pregunté fue como diablos hice para que me tomasen en cuenta para semejante proyecto…no lo comprendía pero creo que lo acabo de comprender…

—Dan…

—Fuiste tú.—lo acusó.

—No quería que siguieras sufriendo por todo lo que había pasado entre nosotros…no podía irme y dejarte aquí con todo ese dolor así que…—hizo una pausa y dejó escapar un largo suspiro.—Le pedí a Christopher que te llevase a Canadá con ellos para que te mantuvieses ocupada…pero no solo fue por eso; Dan… si le dije que podías hacerlo es porque realmente sé que puedes hacerlo porque eres condenadamente inteligente…—le sonrió tomando su mano.—Yo confío en ti, Dan…con los ojos cerrados y en todos los sentidos. Y si te digo que quiero que vengas conmigo a Brasil no es como un viaje de placer, no vas a ir allá como mi esposa, sino como parte de mi equipo de trabajo…—los ojos de Danna se abrieron completamente llenos de sorpresa.

¿Sera porque te amo?||Erick B. Colón.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora