-POV Patricia-
Después de la breve visita hacia "El Club", El Carso me sugirió que era buena hora para descansar y recuperar energías después del viaje.
Por eso me llevo a conocer mi habitación en la zona hotelera
—Pasas la tarjeta por el lector y marcas la contraseña. Mil quinientos once —me indicó—. La puerta se abre inmediatamente y se cierra automáticamente.
Él entró a la habitación y me invitó a seguirlo. Me hizo un pequeño room tour del lugar. Luego le entró una llamada al celular y se despidió con un saludo cortés.
Y me quede sola por primera vez en el día.
Encendí mi celular y lo puse a cargar. Mientras tanto abrí la llave de la ducha para tomar un baño caliente
~•~
«Ya estoy en la isla»
Envié ese mensaje a la agencia. Minutos después Juan Manuel me llamó.
—¿Por qué desapareciste por tanto tiempo? ¡Te llamaba y me mandaba a la casilla de mensajes! Estábamos preocupados por vos, Patricia, estás en la boca del lobo.
—Perdón —Volteé los ojos hacia arriba—. Recién consigo quedarme sola y agarrar el celular.
—¿Como es él? ¿Ya lo conociste? ¿Como salió todo?— preguntó, impaciente.
— Es... raro, diferente. No es como me lo imaginaba...
—¿A que te referís?
—No sé. No es el típico viejo peludo y drogadicto que te pintan en las películas... es... curioso. Cada vez que lo veo no sé si es de verdad él o es joda.
— ¿Pero qué sabés de él? ¿Te sentiste en peligro?
—Te digo que acabo de conocerlo. No sé mucho de él, solo que tiene acento porteño, o a lo mejor Uruguayo. Mide alrededor de un metro ochenta, tiene ojos verdes, pelo castaño y aparenta treinta y pico años.
—Ah, pero es un modelo.
—¿Qué querés que te diga? No sé si será modelo, pero es mejor que un viejo enfermo. Es extrañamente cordial, y... No sé. Tiene algo raro.
—Obvio que tiene algo raro, el chabón es literalmente la persona más peligrosa en el mundo. Tené mucho, mucho cuidado. Seguro trata de tocarte o algo.
—No, la verdad es que no. No parece ser así. Tiene toda la plata del mundo, y podría hacer lo que quisiera sin sufrir consecuencia alguna... Pero se abstiene a ser correcto.
—Es que seguro te quiere chamuyar para cogerte.
—¡Juan Manuel, hijo de puta, ya superame, tóxico de mierda! Loco, Chernóbil es un ibuprofeno al lado tuyo. ¡Hace un año terminamos, pelotudo! ¿Qué carajo te cuesta ser profesional? No le he dicho nada a tus superiores porque me das pena, pero ya se acabó. Un solo comentario más así y te juro que le digo a tus jefes —estallé.
Me enfurecía su excesiva inmadurez. Era una persona muy posesiva. Capaz para muchas cosas, pero jamás se le daría bien una relación amorosa.
Obviamente había cortado la llamada. Y mejor así, porque lo último que necesitaba en este momento era tener que lidiar con las pelotudeces de mi ex mientras un ejército de sicarios me rodeaban.
Debía concentrarme en la misión y no pensar en otra cosa.
Narco modelo, por favor...
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Cortinas Negras
Action« Donde la desesperación, el dolor y el odio abundan, siempre habrá cortinas negras »