Recomiendo leer este capítulo escuchando la canción de Sam Smith, titulada: Stay With Me.
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—¡No! ¡No es eso! ¡Deja a Sophie de una puta vez, Eden! ¡Estás obsesionada! —me gritó alzando los brazos al aire.
Mis lágrimas brotaron y lloré como una auténtica cría de cinco años cuando se entera de que su peluche favorito se ha roto, pero mi berrinche era peor y me sentía avergonzada de ello, no obstante, no podía evitar que esas lágrimas salieran de manera en la que mi furia quedaba expuesta.
—¿Ahora te dedicas a defenderla? —me crucé de brazos y se lo dije asqueada y furiosa mientras mis lágrimas con paraban de salir una tras otra dejando mi rostro ligeramente irritado.
—¡No, Eden! ¡Nunca la he defendido, joder! ¿Crees que le pondría a ella por encima de tí? —me preguntó mirándome.
Su mirada resultaba muy incómoda, intimidante y me hacía sentir pequeña a su lado, por lo que me vi obligada a dirigir mi vista hacia otro lado.
—Y por si todavía lo dudabas, ¡no! ¡Date cuenta, joder! La dejé por tí. —su índice me señaló.
—¡Ese es el problema! ¡La dejaste por mí y no porque tú no quisieras seguir con ella! —sus ganas de querer justificarse le salieron fatal. Y decir lo que en ese mismo momento sentí, por muy equivocada que quería estar, me hizo darme cuenta de lo jodida que era la verdad. —Deja de justificarte porque no puedes.
Me fui, pero no del todo, ya que él consiguió detenerme.
—¡Espérate, joder! ¡Deja tu puto orgullo a un lado durante unos instantes! —no quería hacerlo, pero lo hice, me crucé de brazos expectante. — Te quiero, Eden, y es una mierda, pero ahora ya no puedo dejarte ir, joder, me vas a volver completamente loco. —sus palabras consiguieron dejarme boquiabierta, «¿lo decía realmente en serio?», lo duro era que a mí me estaba pasando exactamente lo mismo, pero no me vi capaz de confesárselo. Sentí que íbamos muy rápido y eso me llevaba a dudar sobre si sabía lo que realmente se quería en esta vida, porque no todo se quiere de verdad, a veces solo se cree que se quiere y eso desemboca en lágrimas y corazones rotos, no estaba preparada para algo así.
Su mirada. Siempre sabría leer mejor su mirada que sus palabras, porque aquellas esmeraldas decían más que mil palabras. Vi de nuevo la tristeza aque le embriagaba e inevitablemente se me humedecieron los ojos.
Quería ayudarle, pero no sabía cómo, la impotencia que sentía por ello me hacían sentir realmente mal, él necesitaba ayuda, la necesitaba de verdad y yo estaba dispuesta a darle todo lo que necesitara, pero me lo hacía completamente difícil. En cuanto me podía incluir un poco en su vida, me ponía de nuevo en el margen de una patada.
Me iba a costar más de cien millones de lágrimas descifrarlo, pero si ese era el precio que costaba averiguar cómo realmente era el interior de Justin, estaba dispuesta a pagar.
—Lo supe desde la primera vez que te vi durmiendo sobre mi cama como si fueras un angelito recién caído del cielo. Tu forma de llevarme la contraria me volvía completamente loco, no acostumbré nunca a que me dijeran que no y tú fuiste la primera en hacerlo, eso fue lo que me hizo saber que te quería. Tú eres diferente, por eso te quiero y por eso me es complicado de comprender cómo debo de actuar. Creo que después de todo, ir despacio es lo mejor para los dos. Quiero que esto funcione, Eden, de verdad y creo que la mejor manera es ir con calma. —parecía haberse tranquilizado y eso provocaba también mi tranquilidad.
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ÉL - Un Verano En California [US #1#]
Teen FictionLos polos opuestos se atraen, pero... ¿quién elimina la opción de que los polos iguales también lo hagan? Completamente diferentes, pero; jodidamente iguales. Así eran ellos. Su alma era negra y su vida demasiado atormentada como para saber a ci...