Parte 11

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Narra Pablo

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Narra Pablo

Despierto con la sensación de que estuvieran dándome molestas punzadas en la cabeza, poco a poco me acoplo a la situación y comienzo a recordar en dónde me encuentro, los recuerdos del como llegué a mi habitación son bastante borrosos, lo último que recuerdo es estar con Camila a las afueras de la casa grande

Espero no haber cometido ninguna locura

—Señor Pablo, ¿Ya está despierto?—Escucho del otro lado de la puerta

—Si—Contesto entre gruñidos

—¿Va a salir a desayunar?—Vuelve a preguntar

—En un rato salgo

Me levanto de la cama y en el baño me doy una ducha bastante larga, el calor que hace aquí es bastante elevado, más de a lo que estoy acostumbrado pero considerando que estamos en el desierto está bastante bien

Salgo de la ducha y camino a paso acelerado hasta el comedor donde Camila me espera mientras toma una copa de vino

—Buenos días—Le saludo llamando su atención

—Buenos días Pablo, ¿Descansaste?—Me pregunta con una sonrisa dibujada en el rostro

—Si, pero no recuerdo nada de lo que sucedió anoche—Confieso apenado

—No te preocupes, eso es porque eres principiante, en algún punto te acostumbrarás

Tomo asiento a su lado y la misma mujer que me fue a despertar nos trae el desayuno directo a la mesa

—Espero que le guste joven, todos son platos típicos de la región—Me explica la chica

—Si son tan deliciosos como los que me preparaste ayer te aseguro que me encantarán

Y no digo nada más alejado de la realidad, realmente me convertí en un súper fan de la comida de este lugar desde ayer que la probé

—Muchas gracias joven—Agradece antes de irse

—Ese es arroz rojo con  frijoles y tacos de langosta, debes probar los de puerto nuevo antes de irte, son geniales—Me comenta emocionada

Por primera vez desde que me senté la miro con detenimiento, tiene los labios teñidos de un rojo intenso que me invita a besarlos, no lleva puesto sus lentes, y en lugar de los pantalones que tenía puestos ayer hoy lleva un vestido blanco bastante fresco y bonito, su cabello va recogido en una coleta y es adornado por una pequeña flor blanca

¡El collar!

—¿Me esperas un momento?—Le pido antes de levantarme

—¿Te sientes bien?—Pregunta alarmada

—Si, solo olvidé algo

Regreso a mi habitación y entre mis cosas busco la pequeña caja de terciopelo azul, al encontrarla la guardo en mi bolsillo y regreso al comedor

Del Otro LadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora