I

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La noche comienza a esconderse en Madrid. Las estrellas son cómplices de lo que ocurre en las calles madrileñas y de la gente que pasea por ellas. Un silencio apabullante martiriza a Anaju, ya sabía ella que salir aquella noche no era buena idea, pero aun así, lo hizo. No quería que nadie se apiadara de ella, no se lo iba a permitir. La castaña camina a paso lento, su cara muestra desesperación y enfado, no es la primera vez que le ocurre esto, gira la cara para mirar a alguien y rueda los ojos al ver que la rubia anda a duras penas. Samantha llega a su lado y se apoya en su hombro, Anaju se desestabiliza por un segundo pero se recompone, si no se puede aguantar ella en pie, quién se ocupará de llevar a Sam a casa.

-Sam, déjame quitarme esta mierda-Se aparta de la rubia un momento y se agacha para quitarse su tortura personificada.

Samantha se tambalea y la observa como si estuviera haciendo la cosa más interesante del mundo. Una vez acabada la maniobra y con los tacones en mano, las amigas comienzan a avanzar por las calles de Madrid a la vez que las estrellas comienzan a desaparecer del cielo y los primeros halos de luz asoman.

El ruido de las llaves hace que la castaña articule una mueca, espera no haber despertado a nadie. Avanza a oscuras hacia su habitación y una vez allí suspira. Suspira porque la noche ha terminado, suspira porque la próxima vez que le digan de salir podrá poner alguna escusa. Siempre prefirió quedarse en casa, eso de salir nunca fue lo suyo. Pero creyó que esta vez sería diferente, las circunstancias han cambiado al fin y al cabo. Se mira al espejo y observa su demacrado maquillaje, apenas hay rastro del pintalabios rojo que llevaba al inicio de la noche y ya ni hablemos de la base. Poco a poco se desmaquilla, y a la vez que lo hace, se quita las corazas de las que se viste cada día desde hace unos meses. Se mira al espejo y ve que ella tampoco es ni la sombra de lo que era, al igual que el pintalabios rojo.

Se mete en la cama con la misma esperanza de cada noche. Que cuando se levante todo haya sido una pesadilla y él este a su lado. Que la abrace como solo él sabía. Pero sabe que las cosas no funcionan así, sabe que eso acabó y que tiene que continuar, pero nadie le ha enseñado como debe hacerlo.

La función ha terminado y las luces de neón se han apagado, los aplausos han cedido y ella ya se encuentra entre bambalinas. Sola con sus pensamientos. El silencio habla más de lo que le gustaría en estos momentos y por eso decide que la música será su única acompañante esta noche. La luz del móvil la deslumbra por un segundo, Anaju baja el brillo y abre su spotify y busca la canción que lleva tarareando toda la noche. Puede que ese rubio de ojos verdes le ponga banda sonora a su vida.

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Pues aquí empieza mi aventura en el mundo de los fanfics. Me tomo el escribir sobre ellos dos un proyecto muy bonito ya que en el último mes se han convertido en parte de mi día a día.

Esta historia es totalmente inventada, lo único que tiene que ver con ellos es su personalidad, físico y pasión por la música.

Este primer capitulo es totalmente introductorio, espero que disfrutéis la historia igual que yo lo hago escribiendo.

Nos leemos

Zulter



Luces de neón || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora