Universidad de Asesinos II

¿Quieres vengarte?

Ángel les había dado indicaciones exactas para seguirle la pista a la chica que él admiraba por su inteligencia y su admirable habilidad para detectar los problemas, sin duda una persona que sería un reto placentero.

Megan y Joe estaban de camino a uno de los lugares que Chayrina frecuentaba solo para quedarse ahí y esperar el momento precioso para llevársela. Ángel ya les había advertido que ellos ya sabían que alguien iría por ellos lo cual dificulta todo para los acechadores.

—¿Por qué Ángel no está aquí? —Preguntó Joe.

—No comiences Joe. Enfócate en el objetivo, Ángel de seguro está acechando a otra victima. Tenemos una tarea. ¿Te cuesta tanto?

Joe se acerco al oído de Megan y le susurro:

—Esa persona que buscamos va a terminar en una foto con una cortada de profundidad ¿No?

—¿Podrías callarte? Esto es un centro comercial.

—Ganas de ir a la policía no me faltan.

—Ángel se encargaría de ti de alguna manera pero si quieres ir... ve. A una persona como él hay que saber cómo llegar.

—Mierda.

—Ya me cansé de seguir órdenes no te lo voy a negar. Te dije que teníamos un plan. Pues ya lo puse en marcha. No estamos aquí por Chayrina.

Joe se alegró un poco.

—¿Entonces?

— Estaba pensando que una persona no será suficiente para convencer a los demás que tal si ponemos a dos personas. Mira esto — Megan sacó una foto — estos dos se llaman Jeimy y Duban, creo que son pareja o eso es lo que Ángel piensa.

— ¿Están aquí?

— Por algo estamos aquí estúpido.

Megan seguía observando a la gente su alrededor sabía que llegarían ahí en cualquier momento. Luego de unos minutos de vigilia por fin se vieron salir de el lugar. Joe levanto la cabeza al ver a Megan hacer lo mismo.

— ¿Son ellos?

— Sí y no te acerques a lo estúpido que los vas a asustar.

Se les había dicho que tenían que cuidarse pero no siempre podían estar alerta al peligro así que decidieron salir a dar una vuelta. Era algo bueno para Duban que debía despejar su mente. Jeimy le parecía más hermosa conforme pasaba el tiempo y se sentía bien de estar ahí junto a su amiga o algo más. No se enteraba así que lanzo una pregunta:

— ¿Me darías un beso? De por sí nos vamos a morir algún día de estos y no hablo de es la naturaleza sino que en cualquier momento nos asesinan.

— Te doy un aplauso por la excusa que usaste.

— ¿Gracias?

En ese instante Megan se sentó junto a ellos.

— Les diré un secreto y espero no se alarmen.

— ¿Quién eres tú? — Pregunto Duban a la defensiva.

— Eso no es importante solo escuchen lo que ella tiene para decir.

El silencio reinó por unos instantes que se hicieron largos.

— No se alarmen...

— ¡Suelta la mierda ya! — Gritó Jeimy y ocasionó que personas alrededor voltearan a ver qué ocurría.

— Vamonos Joe esto no va a funcionar.

— La cagaron idiotas — Les dijo Joe.

— Les daré una segunda oportunidad, estaremos en aquel asiento.

Megan y su compañero se alejaron. La pareja se quedó pensando que era eso que querían decirle. Así que Duban se levantó y fue donde ellos, Jeimy intentó detenerlo pero no le fue posible.

— ¿Tiene que ver con Ángel? — Duban fue al grano

— Se donde esta y puedo llevarlos — Respondió Megan.

Jeimy rió.

— No nos vamos a comer ese cuento, ustedes quieren llevarnos a la cueva del lobo. Vamos Duban.

— ¿Por que quieren llevarnos? — Duban estaba interesado en la propuesta.

— No es bonito ver como atrapa y asesina gente a su antojo y somos cómplices de esta mierda. — Joe se indignó— además estamos expuestos aquí.

— Duban no te vas a creer esta mierda ¿Cierto? — Jeimy podía ver mas alla que Duban.

— Yo quiero ir.

— Mira para que veas que no bromeamos si quieren no vayan pero avisen a sus compañeros que queremos asesinar a Angel junto con ustedes — Dijo Joe.

— Hagamos una cosa — Dijo Megan — Dentro de dos días volveremos aquí. si los vemos es porque están listos. Si quieren traer a todos sus amigos, háganlo.

— ¿Quién será el siguiente en la lista? — Preguntó Jeimy.

— Puede que nosotros por estar aquí. Adiós y piénsenlo.

Megan y Joe se fueron dejando a Jeimy y Duban con mas preguntas que respuestas.

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En un carro en las afueras de la casa de Chayrina estaba Ángel acechando. Le entró una llamada a su celular, la contesto:

— Me siento bien, creo que sí haré lo que me dijiste.

— Espero que lo hagas ya sabes tu recompensa y sabes la señal. Ya que te has convencido, No volveremos a hablar ¿Nos vemos en el infierno?

— Claro. Adiós.

Chayrina pasó a su lado y la saludo con la cabeza. Ella respondió sin saber quién era ese tipo en el carro.