Ya se me hacia costumbre que cada vez que entraba a un lugar sentía las miradas de todos puestas en mí. Habían de todo tipo; Soñadoras, esas que deseaban tener una relación de cualquier tipo conmigo. Admiración, esas que deseaban ser como yo. Y lujuria, aunque antes estas me encantaban, porque sabía que me deseaban, ahora me incomodaba.
Me veían como si fuera su ídolo, exclamaban mi nombre como si fuera su rey. Era el chico, guapo y popular, el amable y sexy del instituto. Todo el mundo me conocía por la increíble apariencia que poseía, no me consideraba una persona tan inteligente pero diría que seria promedio.
Era interesante para cualquier chica y chico.
Un buen partido para presentarselo a sus padres, me gustaban los niños, admito que no sé cocinar pero siempre diría que la comida que realizarán sería la mejor que haya probado jamás.
Era un sueño hecho realidad pero que sólo una persona podía tener.
Y ella no lo aprovecho desde el primer momento en que se lo hice saber.
Había oído de la chica nueva, una extranjera. Quería saber que era lo que causaba tanta intriga en los estudiantes.
Pero bien me habían dicho que la curiosidad mató al gato, pero lo que no sabían era que el gato murió sabiendo.
Recuerdo el día en que la vi. No creí y ni creo en el amor a primera vista. Lo seguía diciendo y me lo sigo diciendo. Era una estupidez que mi corazón se haya emocionado por una simple mirada que carecía de emociones.
Me enoje cuando rechazo la funda de gomitas que le di amablemente. Me dije que la tenía que odiar pero en secreto lo ame tanto.
Ella no me habla como los otros estudiantes, no me hablaba como si fuera el centro de su universo. En realidad no sé si maldecir o gruñir se consideraba hablar. Me hacia sentir extraño y la odiaba aún más por eso. Lo hacía, bueno, al menos el uno del cien porciento, el noventa y nueve porciento que quedaba estaba terriblemente encantado con ella. Mierda.
Me irritaba la frialdad con la que me llamaba por no decir que calentaba de forma rara mi corazón, era algo extraño que todavía no logro entender a la perfección.
En un mes ella ya era conocida.
Y tres semanas después se enteraron de mi gran flechazo por ella.
Las miradas que antes me daban se habían reducido a la de compasión y burla cuando veían su rechazo hacia mí.
Dolía como nunca antes lo había hecho. Era como si le hubieran dado una patada a mi corazón.
Estaba por rendirme y mi buen amigo, JiMin, que siempre estuvo a mi lado, me alentó por dos semanas más.
»Me rindo» le había dicho cuando ya no pude resistir más de su indiferencia hacia mi. Y me encantó la sorpresa que tenía su bonito rostro, jamás había visto otra emoción en su cara, aparte del fastidió y el desprecio con el que veía a todo el mundo.
Su voz fue temblorosa cuando me exigió el porqué.
Y entre gritos de molestia le dije lo que sentía. Ella fue tan cruel en decir que ya lo sabía, que yo era muy obvio.
Nuevamente dolió, nuevamente la odie, nuevamente lo ame en secreto.
Así de dramático me sentí hasta que ella me tomo del mentón con fuerza murmuró con una encantadora furia que también le gustaba y que ya no fuera un patético perdedor si quería llamar su atención.
Me beso antes de que me quejara diciéndole si no podía ser un poco más suave en su confesión.
»Se lo diría después» me dije a mi mismo cuando la abrace con fuerza de la cintura y la apegue a mi. Se me olvido decírselo después del quinto beso o tal vez ¿el segundo?
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KTH ¦ COLD GIRL
FanfictionElla me tenía comiendo de su mano y no me importaba saberlo. Serie Crónicas de chicos enamorados. -; no copias ni adaptaciones. © txemxnv