Joaquín se sentía incómodo. Estaba sentado junto a su madre, su novio y dos policías que esperaban para saber su parte de la historia.
—Tiene que contarnos exactamente lo que ocurrió—pidió el mayor, un hombre robusto de piel apiñonada con un bigote algo canoso.
—Fue una broma oficiales, un chico se aburrió de su vida y simplemente me molestó un poco, tampoco es que me haya hecho daño—se encogió de hombros viendo hacia la mesa.
—¿Quién era él?
—No lo sé.
—Sospechoso—comentó el menor, este era algo flacucho, de dientes grandes y pequeñas pecas en el rostro moreno.
—¿Por qué?—inquirió Joaquín.
—¿Cómo conocía tanto de ti?, ¿pero tú nada sobre él?
—Esas cosas pasan—comentó tratando de quitarle peso al asunto.
—Tienes que decirnos la verdad, no te pasará nada malo a ti ni al chico—terminó por decir el bigotón.
—Dije la verdad.
—Bien, no podemos obligarte tampoco, pero espero que no mientas a tu familia, nos iremos de aquí, pero señora Gress, cualquier cosa solo haga una llamada—el más grande parecía algo irritado.
—Muchas gracias por todo—habló por fin la única mujer del cuarto.
—Que tengan buena noche.
—Igualmente.
Ambos hombres se fueron, mientras volvían a ponerse sus enormes chamarras azules. El sonido de la puerta cerrándose fue la que los hizo verse entre los tres, dándose cuenta que no soltaron ni una palabra en ese lapso.
—Joaquín, sabes que puedes confiar en nosotros—su madre murmuró.
—Fue una broma, lo juro, era un chico de mi ex escuela que creyó que sería divertido molestarme con ese tema—repitió con aburrimiento.
—Aún no estoy segura de eso, pero es tarde y lo mejor será que todos nos vayamos a dormir—dijo mirando hacia los chicos.
Ambos asintieron en silencio.
—Iré con Renata a la habitación de huéspedes, tú duerme con tu novio, es un buen chico.
—Gracias Eli—le sonrió ladino Emilio—, que tenga buena noche.
—Igual ustedes.
Y se fue, dejando un extraño silencio que jamás se había formando entre ellos.
—¿Estás enojado?—preguntó el menor con voz suave.
—No, pero me preocupas bebé—volteó a verlo por fin, sus cejas estaban caídas y le daban un aire triste.
—No soy un bebé, se cuidarme solo—bufó cambiando su expresión.
—Yo, agh—gruñó desordenando sus rizos—, no quería ofenderte, es que realmente sentí algo cuando te fuiste, estaba casi seguro que ese wey era real, ¿no te está haciendo mentirnos?, no pasará nada ya, estás con nosotros.
—Tranquilo, solo fue una broma—volvió a decir, sus ojos se desviaron lentamente hacia la derecha.
—Júralo.
—Lo juro—susurró en un hilo de voz.
—Te voy a creer, vámonos a dormir.
—Vamos.
Joaquín le sonrió dulcemente y dejó que Emilio caminara primero, no podía aguantar más, no era un mentiroso, tal vez debería contarle. Tragó pesado y siguió caminando sintiendo un revoltijo de emociones en su interior. Su corazón latía con fuerza.
—Te diré la verdad—se decidió un par de minutos después, saliendo del baño ya con su pijama puesto.
—Cuéntame—dio vuelta y lo miró fijo.
—Si era él—soltó—, pero te juro que no me hizo nada malo, solo arreglamos las cosas.
—¿Cómo que no te hizo nada malo?, ¡te asusto al punto de desmayarte!, ¡se creó una muerte falsa!—sus manos se movían con rapidez tratando de dar énfasis a sus palabras.
—Lo sé, pero tiene sus razones y me las dijo, aparte prometió que no volvería a internar nada ni a meterse a mi vida.
—Fingió su muerte. ¿Cómo esperas confiar en él?—no entendía, trataba pero realmente no encontraba nada, su ceño estaba fruncido.
—Sé lo que hago—espetó ofendido, adentrándose en la cama—, buenas noches.
—Joaquín...
No obtuvo respuesta alguna, se sintió mal inmediatamente.
—Bonito, no estoy diciendo que no sepas hacer lo que haces—le acarició sobre las frazadas—, más bien es que ese chico no me da buena espina.
—No pasará nada, si realmente fuera malo, no estaría aquí ahora.
—No lo sé Joaco.
—Solo deja de pensar en eso, hay que dormir.
—Bien, descansa precioso—se rindió e inmediatamente fue a acostarse junto a su novio.
—Igual tú, te amo—susurró muy bajo.
Joaquín volteó y se escondió entre el pecho del mayor al decir aquello, tratando de ocultar su reciente sonrojo.
—También te amo.
Emilio sonrió con alegría, sintiendo su pecho calentarse. Por fin volvía a sentirse completo. Abrazó al menor de la cintura y lo juntó más hacia si, al instante se quedaron dormidos. Había sido un día muy largo.
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Demasiado corto y demasiado tarde, lo sé, perdón, no sé qué me pasa, trataré de actualizar mas rápido.
Gracias por seguir aquí, en serio no saben lo que significa, cada comentario por más corto que sea me hace feliz, pero también que voten o simplemente lean, ¡lxs amo!
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•accιdenтalмenтe enaмorado• EMILIACO
Fanfiction────────── . │ │ │ . . │ │ ◦ . . │ ◦ 「❛ "Donde Ana se enamora de Joaquín y le pide ayuda a su mejor amigo Emilio. Lo que no tomó en cuenta son los sentimientos que se...