1/1. Un Instante.

395 35 26
                                    

El sol estaba en un punto alto, su habitación estaba completamente iluminada, la joven pelirroja se colocó un instante en la ventana, para ver a las personas que ya se encontraban en el jardín, tan solo cinco minutos bastó como para que su cabello comenzara a secarse, regresó hasta su inmenso armario, había fastidiado tanto a su padre hasta conseguir que usara un hechizo de expansión indetectable, sacó el atuendo que había elegido para ese día, su cumpleaños número quince, estaba tan feliz, que usó las conchas mágicas que su prima Rose le había regalado para ondular su largo cabello lacio, en diez minutos, las espesas ondas caían casi hasta sus hombros.

Observó su reflejo en el espejo, el bustier de encaje blanco dejaba al descubierto casi todo su estómago, que no era totalmente plano, y un hechizo que su prima Dominique hizo, hacía que sus pechos se vieran más grandes de lo que estaban, una minifalda de mezclilla y unos converse, usó un blazer, para evitar que a su padre le diera un infarto.

Salió corriendo a las escaleras cuando escuchó un ruido, el cabello azul cielo de Teddy le hizo sonreír, aventó el blazer a su habitación y bajó corriendo, lo había estado esperando desde hacía días.

El joven se giró al escuchar que alguien bajaba apresuradamente las escaleras, le sonrió dulce y extendió los brazos, hacía tres meses, que Ted había ido a Rumanía por trabajo, y apenas volvía, justo para el cumpleaños de la menor de los hijos de su padrino, y su favorita, era la hermana pequeña que siempre quiso tener.

Lily ocultó el rostro en el cuello del chico, una vez que sintió sus brazos estrujarla fuertemente, en un abrazo cariñoso y fraternal, que le hacía saber que no había notado el atuendo, se sintió frustrada, había estado enamorada de Teddy desde que tenía diez años, pero él, jamás le había hecho caso, pero ahora sería diferente, porque era una mujer, no una simple niñita.

—Feliz cumpleaños, Lily –murmuró, alejándose de ella un poco.

—Gracias, me alegra que vinieras –sonrió –dime ¿qué tal me veo?

Giró para él, pero ningún rastro se vio en su rostro, tal parecía que traía uno de esos vestidos pomposos y sosos que su madre solía ponerle cunado tenía cinco años.

—Encantadora y tierna –sonrió, revolviendo los rizos.

La joven volvió a acercarse a él, rodeó su cuello, haciendo que él colocara su mano en su cintura, en un gesto amable, listo para alejarse de ella, pero Lily había planeado aquello desde hacía dos años, se puso en las puntas de sus pies, y unió sus labios a los de él, en un beso, que ni siquiera fue tal, apenas si rozó los del chico, cuando la alejó por completo.

—Pero ¿te has vuelto loca? –Bramó enfurecido.

—Ted, yo...

—No, tú nada ¿qué demonios estabas pensando, Lily Luna?

La mirada clara del metamorfomago estaba furiosa, su expresión lo decía todo, su cabello seguía estancado en ese color, y su siguiente expresión fue de asco.

—Te amo –intentó acercarse a él, pero éste retrocedió rápidamente.

—Claro –se burló –dime ¿tan malditamente enfermo me crees? Para mí, sólo eres como mi hermana, Lily, nada más, jamás te vería como... lo que quieres o intentas, y por tu bien, espero que no vuelvas a siquiera pensarlo o intentarlo –negó enfadado y avanzó hasta la puerta –y de cualquier modo, pondré a tu padre al tanto de lo que acabas de hacer.

Lily se quedó callada, las lágrimas amenazaron con salir, volvió a su habitación, y a pesar de que era su cumpleaños y el jardín estaba atestado de gente, no salió, y nadie, pudo hacerla salir del inmenso armario que tenía.

Un Instante [Teddy & Lily]Where stories live. Discover now