Tesoros ocultos.
Érase una vez un hombre llamado Jack Gilbert que no era pariente mío..., por desgracia para mí.
Jack Gilbert fue un gran poeta, pero sí nunca has oído hablar de él, no te preocupes. No es culpa tuya. Nunca le preocupó demasiado ser conocido. Pero yo si supe de su existencia y lo quise mucho desde una distancia respetuosa, así déjame que te hable de él.
Jack Gilbert nació en Pittsburgh en 1925 y creció rodeado de humo, el ruido y las fábricas de esa ciudad. De joven trabajo en fábricas y acererías, pero muy pronto sintió la llamada de la poesía. Acudió a ella sin dudarlo. Se hizo poeta de la misma manera en que otros se hacen monjes: como una práctica devota como un acto de amor y un compromiso de por vida con la búsqueda de la gracia y transcendencia.