Overboard (MARATÓN)
Entré en la habitación precipitadamente, encendí la luz y cogí una botella de agua que había encima del escritorio. La abrí, destapé a Alison y vertí la botella encima de ella. Se incorporó a la cama en cuanto el agua la dejó totalmente empapada. Nos miró a todos sorprendida levantándose de la cama.
La verdad es que no sabía muy bien que hacer, estaba cegada por la ira y sabía que si hacía o decía algo, más tarde tal vez me arrepentiría. Alison se merecía una buena ostia, pero no sería yo quien se la diese, sino la vida. Lo que estaba sembrando ahora lo recogería más tarde.
- Quiero que recojas tus cosas y te vayas de aquí.- dije con la voz rota, no me gustaba revivir cosas del pasado. Además, aunque no soportase a Ali, era mi prima y me dolía ese comportamiento de parte de ella.
- Lo-lo siento.- miró hacia el suelo "arrepentida".
- Es un poco tarde, ¿no crees?- Justin se quitó su camiseta- ten, póntela, vas a coger frío.
- No quería que la broma llegase a tanto.- se sentó en la cama.
- Me da igual, cambiaré tu billete de avión para que te vayas mañana.- la maté con la mirada.
- Supongo que me lo merezco.- seguía sin mirarnos a la cara.
- No sé qué te he hecho Alison, ni porque me tratas así.- una lágrima recorrió mi cara por la rabia y la impotencia que sentía- no quiero que vuelvas por aquí, ¿vale?
Me abrí paso entre los chicos y bajé las escaleras, no tenía ningunas ganas de verle la cara a mi prima. Lo había pasado realmente mal ahí abajo y esperaba que no se volviese a repetir. Los chicos vinieron al cabo de unos minutos, estábamos todos en la cocina bebiendo chocolate caliente.
- Es muy fuerte lo que te ha hecho.- acarició mi peló Caitlin.
- Ya me lo hizo cuando eramos pequeñas.- me encogí de hombros- menos mal que os habéis despertado, casi me da algo.
- Te entiendo.- mi novio se sentó a mi lado.
- ¿Se lo dirás a tu padre?- me preguntó Christian.
- Que va.- no sabría cómo decirle una cosa así.
- ¿Por qué no le has metido una buena ostia?- me preguntó furiosa Cait.
- Lo he pensado.- reí- pero es de mi familia, encima, no creo que me hubiese sentido mejor.- o tal vez sí- bueno cambiemos de tema.- le di un sorbo a mi chocolate.
- En una semana es mi cumpleaños.- sonrió contento Ryan.
- ¿Ya?- dijo soprendido Chaz.
- ¿No os habréis olvidado?- nos miró a todos el cumpleañero.
- Claro que no.- intervine.
- Será genial.- sonrió Justin.
- Oye Ryan, ¿puedes traerme una manta? Tengo frío.- le pidió Caitlin.
- Ve tú.- se negó.
- Anda.- le sonrió- porfa.
- Está bien...- acabó aceptando y se fue hacia el salón.
- ¿Qué hacemos?- preguntó preocupado Chaz.
- ¿Le hacemos una fiesta sorpresa en mi casa?- propuse.