blind ;; choi yeonjun ¹

ੈ☾₊12‧˚

⁀➷ 271016

— Arregle una cita con el señor Hwang, mañana tienes recorrido en el hospital. — Fue lo primero que dijo el padre de YeonJun al ver al menor en el comedor junto a su madre.

No tenía ni un segundo desde que había comenzado a comer el chico cuando su padre ya comenzaba a molestarlo desde temprano.

Confundido ve primero al mayor antes de girarse en dirección a su madre quien lo mira con pena pero no dice nada.

— ¿Por qué? — Preguntó confundido el menor.

— ¿Cómo que por qué? Para que te acostumbres a el hospital y vayas reconociendo las zonas. — Contesto el mayor mientras dejaba sus cubiertos de lado, recargando sus codos en la mesa.

Se venía un sermón para el chico, esa era la pose que este tomaba siempre que lo iba a regañar.

— Pero padre, te he comentado que no quiero estudiar medicina. — El menor también dejo sus cubiertos de lado, sabía que no podría comer porque el señor Choi ya había arruinado su apetito.

Miro a su madre en busca de ayuda, YeonJun siempre trato de hacer que estos no pelearan por asuntos que lo involucraban a él, pero en esta ocasión sabía que debía apoyarse de su madre, al final de cuentas, es la única persona que podría discutir con su padre y no tendría replicas. 

— Junho, nuestro Junnie no quiere estudiar medicina... Cariño, habíamos hablado de su educación, habías decidido que estaba bien lo que este fuera a escoger. — Pidió su madre.

Él no tenía idea de eso, no sabía que habían acordado respetar su decisión porque ninguno de sus padres se lo había dicho, suponía que no era nada serio para su padre, solamente para mantener en silencio a su madre por un tiempo.

Nada raro en el mayor, no era un hombre de palabra. 

— Claro, pero entre estudiar música y medicina más le vale escoger con sabiduría. — Dijo el mayor mientras se levaba antes de recargar sus manos en la mesa frente a él. — Recuerda quién paga tu educación, deberías estar agradecido de que te querramos pagar medicina... No todos tienen la oportunidad de estudiarlo, deja tu tontería de música y busca algún campo de medicina que te llame la atención.

Pareciendo querer terminar la conversación ahí, el señor Choi comenzo a salir del comedor, siendo detenido por las palabras de YeonJun.

— No es una tontería. — Dijo el menor siguiendo los pasos de su padre.

— Junnie- — Trato de intervenir su madre pero fue interrumpida por el mayor.

— ¿Cómo no va a ser una tontería? En ese mundo no tendrás éxito, no ganarás dinero, no serás alguien reconocido. — Dijo el más grande girandose para encarar al chico, soltó una risa al ver lo enojado que se veía el menor.

— Es lo que me hace feliz. — YeonJun bajo la mirada decepcionado.

Una parte de él estaba triste por no poder convencer al mayor de que era una buena idea, había pasado más de ocho meses tratando de hacer que lo dejara estudiar lo que este quería pero cada intento ha sido un rotundo fallo.

No sabía que más hacer.

Lo peor de todo es que era cansado para el chico, sobretodo porque nunca terminan bien cuando discuten acerca del futuro del menor.

— ¿Tu crees que lo que te hace feliz te va a dar éxito? Si fuera así, ¿no crees que todos los músicos serían reconocidos? Por algo no lo son. ¿Por qué serías tú una excepción? — Se cruzó de brazos el mayor, con una sonrisa burlona hacia el chico que solo lo hizo enojar.

— Junho, detente. — Se escuchó la voz de su madre intentando arreglar el ambiente.

— ¿Y para ti que es éxito? Fuera de Seúl no eres nada, ¿acaso realmente conoces el éxito? — Soltó el menor sin pensarlo demasiado.

Rápido se arrepintió al ver como la cara del mayor cambiaba de una burlona a una de enojo.

Antes de pensarlo más el mayor ya caminaba en dirección del menor con el puño en el aire, su madre corrió y se puso frente a él, lo tomó de los brazos pero aún así su padre trataba de moverla.

— Junho, piensa bien lo que haces. — Escuchó entre forcejeos a su madre intentando calmar a su esposo.

— Ese niño tiene que aprender a hablarme con respeto, muévete. — Dijo antes de tomarla de los hombros y empujarla de lado.

El chico vio como su madre caía frente a él y cuando intento acercarse a esta, su padre ya lo había tomado por el cuello de su camisa.

— Repite lo que dijiste. — Susurró frente a el chico.

Su mandíbula demostraba lo enojado que estaba, pero el menor estaba tan acostumbrado a los enojos del mayor que no dudo en contestarle.

Un golpe más no iba a doler.

— Fuera de Seúl no eres nada, no veo el éxito que tanto presumes. — Contestó sin dejar de verlo a los ojos.

Si bien no era lo mejor que podía hacer, tampoco iba a demostrar que se sentía menos frente al mayor.

No pasaron ni cinco segundos cuando sintió el puño del mayor llegar a su pómulo izquierdo.

Aún sin soltarlo lo volvió a golpear, está vez en el labio.

No valía la pena luchar.

Antes de separarlo totalmente de él se acerco para susurrar en el oído del menor y que su mujer no lograra escuchar.

— No te di mi apellido para nada, legalmente eres un Choi así que, o haces lo que yo te digo o te vas de mi casa. 

Dicho esto, el mayor salio del comedor sin ver atrás, sin importarle la mujer que iba detrás de él o el menor con sangre adornando su cara y tirado en el piso. 

— ¡Junho, basta! — Se escuchó el gritó de su madre mientras intentaba seguir los pasos de su esposo.

Antes de que salieran totalmente del comedor, se giro para verla y contestarle, no sin antes dedicarle una mirada rápida al menor tirado en el piso.

— Debiste haber escogido uno mejor. — Dijo lo suficientemente fuerte como para que el menor lo escuchara.

Dicho esto salió del comedor sin mirar atrás.

Cuando el menor vio que este se fue, fue cuando pudo soltar las lágrimas que ya amenazaban con salir desde segundos antes.

Realmente soy un inútil.

No tardo en sentir los brazos de su madre rodear su cuerpo, con esto se rompió aún más y lloro tratando de sacar todo su dolor pero era en vano.

Estaba llegando a su límite. 

Y lo peor es que estaba solo para darse cuenta de eso.