las capas de una sonrisa

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No existe razón alguna por la cual Hanzo Shimada sentía que poseía una inhabilidad para sonreír. A comparación desde el punto de vista de millones de personas en la historia de la esfera global, su vida no tenia elemento negativo alguno que lo incitara a adoptar tal comportamiento. Se encontraba en una de las posiciones más poderosas en Japón, el mundo colocado netamente en su palma.

Aun así, Hanzo Shimada no sonreía.

Su cara estoica era considerada atractiva por bastantes. Otros la consideraban aburrida. Aun así, terminaban en su cama de todas maneras.

Sentado en su habitación, Hanzo contemplaba la consecuencia de su conducta, el cuerpo desnudó de un adonis respirando detrás de él.

Hanzo se consideraba un conocedor del cuerpo masculino.

Con su mirada firme, puesta en la existencia misma, Hanzo decidía si sus acciones de la velada pasada habían sido de alguna manera relevantes. No existía diferencia entre este hombre y los otros especímenes que Hanzo había tenido el placer de follar. Ni siquiera era el más atractivo que había encontrado en su búsqueda. Ese cuerpo lo tenía grabado en la memoria. Pálido, robusto, sensual. Este hombre no era así. Su piel de color caramelo, su anatomía exterior llena de pelo.

Aun así, follaba excelente.

El hombre roncaba de manera lenta. Sus facciones se doblaban suavemente para dar paso al aire atrapado en sus pulmones. Olía a hierba.

Hanzo no encontraba razón alguna por la cual su ser encontraba ese aroma tan placentero.

Su cuerpo se sentía inusual, cálido. Su corazón palpitaba de una manera lenta, relajada. Su piel desnuda se sentía acogida por el aire. Hanzo no tenía conocimiento de haberse sentido de esta manera.

Hanzo dejó escapar un poco de aire por sus pulmones. Sabía que debía pararse, sus responsabilidades ya estaban afuera de su puerta, esperándole. Aun así no encontraba las fuerzas para hacerlo. Su mente se encontraba en un tifón de memorias. Su voz, su toque, su habilidad para traerle placer. Todo era tan inusual. Repetía sus palabras como un vinilo.

"Te gusta, o no cariño?"

Si.

El olor a hierba de la nada se volvió más fuerte. Hanzo nunca había consumido ningún tipo de sustancia que le trajera algún estado de intoxicación. Hasta ayer.

Ese cigarro en su boca, con el sabor del otro hombre, lo había intoxicado de maneras que solo podrían considerarse peligrosas.

Por que es que este ser tenía tal efecto en el?

Hanzo se paró rápidamente, yendo por un vaso de agua. No sabía que hacer. Su cuerpo estaba en llamas.

Aun sentía la manera suave pero firme en que el miembro del otro hombre lo penetraba.

Aun sentía la manera en que su lengua se encorvaba alrededor de su base, para luego jugar con su punta.

Se acuerda de lo habilidosas que fueron esas manos para hacerlo venirse bajo la mesa de aquel restaurante.

"Que me está pasando"

Hanzo puso sus palmas en su cabello, enredado y desorganizado.

Como es que se sentía así?

El Shimada nunca había sentido un apego tan fuerte hacia una persona antes. Los conceptos de conexión interpersonal objetaban en contra de sus logros. La religiosidad del ser humano le parecía un absurdo, el suicido de la filosofía.

Entonces porque se sentía así?

"Señor McCree, pare"

Memorias

"Por que cariño, solo nos estamos divirtiendo"

"Usted sabe lo que pasará si esta gente me descubre en este estado"

"Ay mi vida, qué pasa si te digo que eso es lo que quiero"

Ridiculo

"No sabes lo que tus gemidos me hacen Hanzo"

Hanzo tenía ganas de golpearse en la cabeza.

Por alguna gracia divina, la humillación pública no lo alcanzó. Aun así, el sentimiento de ridiculez trepaba por su espalda.

Con un gruñido, se alejó del espejo en el cual se encontraba. Camino hacia la cama, donde se encontraba el mencionado espécimen. Sus cabellos estaban enredados, un chorro de saliva corriendo por la parte baja de su cara. Roncaba suavemente.

Hanzo lo miraba cauteloso. No podía entregarle tanta cantidad de su precioso tiempo a este hombre, pensar en el era ridículamente inútil. No era nada más que otro ser humano, solo un método para obtener placer por una sola noche. No tenían ningún tipo de hilos que los ataban. Claro que no. Hanzo se encontraba perfectamente libre.

Luego el hombre despertó.

Río un poco al ver la expresión atónita de Hanzo.

"Buenos días cariño"

Ahí, todos los pensamientos que antes plagaban su cabeza de la nada se escurrieron por el drenaje.

Hanzo sonrió.

"Buenos días

Oneshots Gay de Overwatch (SE ESPAÑOL WE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora