Mi nuevo vecino

6 1 0
                                    

Hola, me llamo Alberto, tengo 16 años y soy un chico gay, y está es una historia contada por mi.
Siendo una tarde de Sábado, yo jugaba como normalmente en el parque con mis amigos, todo transcurría normal, llegó la puesta de sol y tuve que despedirme de ellos, volví rápido a mi casa en mi bicicleta y termino el día normal.
Al día siguiente alrededor de las 10 de la mañana llega un carro y un camión a la casa frente a la mía (ya que había estado sola un tiempo) me dije “wow, nuevos vecinos” y salí para darles la bienvenida Ya que era un chico de buen carácter.
Cuando salí de mi casa veo que se baja un señor y una señorita a lo que pensé, “parecen ser una linda pareja” y seguí así hasta la orilla de mi acera cuando lo vi, se bajó del carro un chico super guapo, era alto, de buen cuerpo y se veía serio, al verlo sentí como mi corazón se aceleró, mi mente se nublo, no supe que hacer, así que corrí dentro de mi casa y trate de calmarme, mi mamá se me acerca y me pregunta “¿Qué pasó?” a lo que yo le respondo que llegaron nuevos vecinos y me pide que vaya a saludarlos para empezar a tener una buena relación de vecinos.
Ya calmado salí de mi casa, crucé la calle y toque la puerta de los nuevos vecinos, para mí sorpresa me abrió aquel chico, me puse nervioso pero mantuve la compostura.
Nervioso le dije “h-hola” El respondió: “hola”
No supe que más decir en ese momento, así que le di la clásica bienvenida
“Me llamo Alberto, vivo aquí en frente y solo pase a saludarlos”
El dijo “asi que eres de los que espía para hacer amigos”
Sintiéndome más nervioso logré contestar “n-no, no es así”
A lo que el responde con una carcajada “tranquilo, se ve que solo quieres ser un buen vecino”
Después de eso el me invita a pasar a lo cual yo accedo, ya adentro nos sentamos en unas sillas que apenas habían bajado del camión
El me dice “lo siento, toda vía no bajamos las cosas del camión, pero al menos tenemos estás sillas para poder sentarnos”
Yo solo digo “no te preocupes, así está bien”
Empezamos a platicar normalmente, a lo que yo le digo, “como te dije, me llamo Alberto y tengo 16 años”
El me responde, “yo me llamo César y tengo 17 casi 18”
Mi corazón vuelve a latir rápido empezando a sentir una extraña sensación y se empieza a agitar mi respiración
César: notando la respiración agitada de Alberto le tomo del hombro y le pregunto que si está bien
Alberto: “si, todo está bien, pero creo que ya es hora de irme, te veré luego”
Cesar: “esta bien” dije para acompañarlo afuera de la casa
Después de despedirnos, vuelvo rápidamente a mi casa y me echó sobre mi cama emocionado incluso sin saber lo que sentía toda vía, o lo que quería.
Llega el día siguiente y me preparo para ir a la escuela, ya bañado y desayunado, salgo de mi casa y tomo mi bicicleta viendo que sale César al otro lado de la calle con una bicicleta, le saludo a lo cual el voltea a verme y me devuelve el saludó y voy con el
Alberto: “hola, buenos días cesar”
César: “buenos días Alberto”
Alberto: “a dónde vas tan temprano?”
César: “pues, me dieron una dirección para ir y dar mi transferencia de escuela”
Alberto: “oye, esa es mi escuela, si quieres nos vamos juntos”
César: “va, me parece bien”
Alberto: “bien, vamos”
Ambos subimos a nuestra respectiva bici y empezamos a pedalear hacia la escuela, al llegar guió a César hasta la oficina del director y me despido para ir a mi salón
Después de eso, ya no lo vi hasta el día siguiente.

Fin del CAP 1

entre el AMOR y el ODIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora