Capítulo 19: El que desafío lo establecido

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19-El que desafío lo establecido

**Yhwach**

Miro mi reloj por tercera vez resoplando mientras espero a que me dejen entrar de una maldita vez a visitar a Ginrei. Cuando por fin me atiende un enfermo, camino tras él a una habitación con rejas en una ventana seguida de una mesa y una silla en la cual está sentado Ginrei esperándome, vestido con una camisa y pantalón blanco y las manos esposadas y apoyadas en su regazo. En cuanto sus ojos grises me ven, veo como su mandíbula se tensa pero no dice nada. Tomo asiento frente a él y sonrío algo malicioso al saber que mi presencia le está jodiendo vivo.

-No sé por qué me miras así, has sido tú el que querías verme, cosa que me sorprende- Ginrei mantiene el silencio mientras yo miro a mi alrededor y suspiro. –Este sitio me recuerda a la cárcel a la que fui a visitarte hace años, pero por aquel entonces no querías verme así que me temo que esta vez...-

-Komamura se folla a nuestro hijo- dejo de mirar la sala cuando escucho eso quedándome petrificado y miro a Ginrei rápidamente frunciendo el ceño.

- ¿Qué? .....-

-Por eso quería que vinieras. Se me olvidó decírtelo cuando esos gorilas vinieron para encerrarme aquí-

-Mientes...eres una puta víbora venenosa...Sajin es el protector de mi hijo, nada más...-

-Y el que le mete la polla en el culo en cuanto tú no miras. Que estúpido eres Yhwach, crees que tienes todo bajo control y en realidad no sirves para nada- empiezo a hiperventilar mientras aprieto los puños y me voy inclinando de manera ofensiva hacia Ginrei mientras éste sonríe retorcido. –Pensé que te gustaría saberlo antes de que Mugetsu te sorprenda esperando un nieto. Nuestro hijo ha sacado mis genes, deberías estar contento-

-¡¡Te voy a matar!!!- intento agarrarle del cuello, pero un par de enfermeros se echan a mi espalda para inmovilizarme mientras Ginrei sigue sentado en la silla mirándome desafiante y con esa sonrisa tan escalofriantemente hermosa que me dan ganas de matarlo para no seguir mirándole. - ¡Ojalá te pudras aquí Ginrei!!! ¡¡maldigo el momento en que me enamoré de ti!!! ¡¡eres escoria!!! ¡¡haznos un favor a todos y muérete!!!-

**Ginrei**

Aún puedo oír los gritos de Yhwach retumbando en mis oídos una vez me han devuelto a mi maldita celda permitiéndome tumbarme en la cama sin llevar las esposas puestas. Observo el techo acolchado blanco mientras un recuerdo viene a mi mente. Recuerdo estar en esta misma posición mientras mi padre me violaba por las noches y yo miraba el techo blanco con los ojos sin vida por tanto abuso. Desde los ocho años no había noche en la que me librara de ese abuso mientras mi madre veía tranquilamente la televisión en el salón ignorando nuestro acto. Aunque en el fondo ella lo sabía, porque fue la que empezó después a venderme como vientre de alquiler para "compensar su dolor" como ella decía. Recuerdo que muchas veces iba al colegio con sangre seca pegada a mis piernas bajo los pantalones, incluso cuando conocí a Souken y él siempre me acariciaba el rostro sonriente, no podía ni imaginar que yo iba con el ano desgarrado a diario. Tuve...cuatro abortos producto de las violaciones de mi padre. Los dos primeros fueron abortos naturales, con doce años, el segundo con trece lo perdí a consecuencia de una de las muchas palizas que me daba mi madre y el cuarto con catorce, este último yo mismo me lo provoqué con pastillas. No quería nada...con el estigma de mi familia. Por desgracia a la quinta vez de quedarme embarazado a los dieciséis, mi padre me obligó a recluirme para tenerlo y no perderlo, pero en cuanto di a luz, encerrado en una habitación que parecía un mísero armario, me lo quitó y se lo llevó para siempre. Volví al instituto un tiempo después y mi único corto momento de felicidad fue cuando establecí una relación con Souken, al menos algo corto, pero tan intenso que ambos nos consumíamos el uno por el otro. Me quedé... embarazado de él, pero esta vez era totalmente distinto. Era un producto de nuestro amor. O al menos es lo que yo inocentemente creía....

"El síndrome de la testosterona"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora