Capítulo 21

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Me senté incómoda tomando un lugar en el que ahora me parecía un pequeño comedor, me sentía extraña y desprotegida, aquello me provocaba ansiedad de una manera extraña, al abandonar la cama por la mañana y saber que tenía que verle el rostro a Emma no sabía cómo avanzar o expresarme y sin duda todo se convirtió como algo tenso a punto de romperse, el pasado que pensé que tal vez podía evitar me estaba alcanzando. Todo, se acabaría y sabía que era cuestión de minutos o horas.

Estaba acabada.

Miguel se había ido, al parecer algo había salido mal por culpa de joker nada raro a mi parecer, Pill se había escapado.

Lo cual fue muy oportuno.

Leah entro vistiendo casi nada, como era costumbre, pero había algo en su forma de caminar como si fuera inalcanzable, tal vez ella lo creía los hermanos no tanto, solo era una puta, al igual que yo.

Se detuvo a mi lado, desprendía un olor muy dulce, demasiado para mi gusto, su cara parecía extremadamente maquillada, puede observar la satisfacción en esos ojos marrones.

—Te lo dije, no fue así idiota. Miguel, solo obtendrá una verdad y a quien crees que le creerá—susurró maliciosa—, espero que te haya agradado tu estadía aquí.

Mi estómago se revolvió como pequeños calambres, sentí la bilis subir por mi garganta no sabía si por el miedo, que tal vez tuviera verdad y lo sabía, o por el simple hecho de su olor, tal vez las dos. Me levante, y camine hasta el cuarto de Miguel al entrar me sentí como una intrusa, una forastera, mi mente al igual que mi cuerpo era un desastre, sentí una arcada corrí vomitando sobre el piso cerca del retrete, con cada arcada sentía mi garganta arder al igual que mis ojos, apoye mi frente en ella, esperando que el malestar pasará.

Todavía sentía mi estómago revuelto sin embargo me levante, me cepille mis dientes y con mis manos humedecí mi cara.

Al regresar a la habitación me encontré a Emma caminando de un lado a otro, se acercó y luego sentí un golpe en mi mejilla, acaricio la zona sintiéndola arder.

—Eres una mentirosa. Te dimos todo y tú cómo nos pagas. Tú y tu madre lo pagaran lo que nos hicieron, y por Hades espero que ardan en el infierno—su tono es bajo, pero fuerte y amenazador—. Espero que Miguel te haga pagar, como lo hace con cada traidor, espero que al menos te de una muerte lenta—sus ojos están oscuros, llenos de rabia contenida—. Y espero saberlo y disfrutarlo.

Me acercó a ella, pero retrocede de la misma forma.

—Emma, tienes que entender... Yo no lo sabía... Te lo juro por Miguel.

—No. Jures por mi hermano, jamás. No mereces ni siquiera llamarlo por su nombre, él te dio todo, aunque lo ignore. No merecer esa devoción, eres una traidora.

«Pero tú lo desperdiciaste con tus mentiras y malas intenciones, así que te doy un día porque si no se lo diré yo y te juro que será peor para ti; porque al final la sangre no se niega eres igual que tu madre una vez puta. Y pensar que estaba tan contenta, te veía como una hermana, una más de nosotras, pero al parecer no todo lo que brilla es oro—soltó una risa sarcástica—. Al parecer fuimos ingenuos, todos, porque eres una rata y morirás como una.

Emma—susurro, mi cuerpo tiembla sintiéndose impotente y cargado con pecados que no me pertenecen.

Que no son mías. Pero al parecer me definen, aunque no quiera.

—No me llames por mi nombre no lo mereces.

Sin decir más se marcha azotando la puerta tras de ella, sentí las lágrimas correr por mis mejillas, me acurre en el pise mis pies contra mi pecho, intentado callar mis sollozos, pero de qué tenía la culpa ignoraba muchas de ellas, mi padre me mintió y Susan también y todo esto conlleva a todo este desastre. Mi padre mi héroe me hizo vivir una fantasía me engaño, me hizo pensar que era contador, pero era nada menos que el presidente de las solfas Black el club que había matado a la madre de Miguel, pero mi padre había muerto ese año hace diez años atrás abandonando este mundo, dejándome sola e indefensa.

Tal vez mi padre me amo, pero no me amo lo suficiente para dejarme con una mujer como ella, para no alejarla, no me amo lo suficiente al mentir de quién era por ¿vergüenza? ¿Miedo? La verdad nunca lo Sabre, pero ahora sé que me ha arruinado la vida, a las personas que ahora dé en verdad me importan, pero también me estoy convirtiendo en una mártir justificando cada uno de mis silencios que no tienen sentido.

Traicioné y mentí a quienes me dieron abrigo, aprecio y comida.

Me comporte egoístamente.

Mi padre había tenido que ver con la muerte de Eva la madre de ellos, la vieja dama de club, y mi madre ayudo en ello, y aprovecho y mato a mi padre.

Tal vez ambas somos iguales en algún sentido.

Gateo hasta la cama, arrebatándome en ella tomó la almohada de Miguel entre mis brazos hundiendo mi nariz en ella, intentando recordar todas las cosas buenas, todas y cada uno de sus besos, sus caricias...

Solo quería descansar, quería por un momento devolver el tiempo y decir toda aquella vez cuando desperté y lo encontré recostado sobre el marco de la puerta observándome con esos hermosos ojos azules que me roban el aliento.

Desee ser más fuerte, en todos los sentidos.

Desee ser más de mí, desee sacarme todos aquellos miedos y ataduras, a veces vivir una mentira es mejor que vivir la realidad.

Y tristemente hice de ello, una mentira.

Cuidando De Ella✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora