Vainilla

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La superficie de la cama nunca se había sentido tan blanda como en esa mañana, era como si estuviera tumbado en una esponjosa nube.

Desperté con la luz suave y gentil de enero dando una palmada en mi mejilla. Las sábanas no sacudidas del polvo desprendían un olor dulzón que inundó mi nariz. Incluso lo percibí en la frazada amarilla que abrazaba todas las noches.

Era extraño que el acostumbrado rugido de los vehículos y las calles siempre transitadas, se oyeran tan lejanas.

Ese conjunto de irremediables molestias empequeñecidas me daban la sensación de que sería el comienzo de un buen día, si es que así es como empieza uno...

Poco sabía que todo esto me indicaba algo inusual. No lo sabría hasta que traté de abrir mis ojos, y que la soledad en una noche de desvelo me traería un evento inesperado la mañana siguiente.

Físicamente, estaba desgastado. Mis músculos se retorcían en su propio lugar sin necesidad de estirarme, ya que desde la preparatoria dormía torcido. Y mentalmente, había pasado por demasiado estrés los últimos días. Cada que tenía oportunidad me encontraba divagando a mitad del trabajo.

La realidad era difícil de tragar y digerir lo era todavía más.

Por eso, en esa perfecta mañana, abrí los ojos, dormitando todavía.
Yo, Jeon Jungkook, un adulto acostumbrado a las desgracias, esperaba todo menos eso...

¿Que había comido antes de irme a dormir?

¿Era un sueño?

¡¿Por qué hay un tipo durmiendo en mi cama?!

.
.
.

Seguía soñando o estaba demasiado adormilado para pensar con claridad, pero no podía moverme.

No es que me importara despertarlo o no, pero consideré que tal vez me había olvidado de algo que había pasado la noche anterior.

Mientras desentrañaba los escenarios mas alocados en los que podría encontrarme en esa situación, volví a la posibilidad de que se trataba de un sueño.

Anteriormente mis sueños eran acelerados y ácidos, salidos de una película de cine negro. Me encontraba en un escenario oscuro y pantanoso, de la nada me atacaban y despertaba sudando frío. Supuse que algo así pasaría en cualquier momento.

Traté de calmarme. Ese escenario era muy distinto a mis pesadillas y seguí sin encontrar una explicación convincente. Por lo que mi última suposición era que se trataba de una alucinación que se debía a mi falta de sueño.

No sabía si alegrarme o alterarme pero eso permitió observar con detenimiento la enredada posición en la que me encontraba.

Tenía al tipo durmiendo en mi cama. Envuelto en mis sábanas, a menos de 10 centímetros de mi cara y completamente dormido.

Sus ojos eran tan pequeños que desaparecían bajo una capa de cabellos enredados en mil direcciones. No pude ver todo su rostro. En vez de eso, noté que nuestros pies se rozaban y se aferraba a mi brazo.

Debía tener seco el cerebro en ese momento, todo mi ser gritaba pero no podía reaccionar.

Este ente respiraba con una tranquilidad fuera de mi comprensión. Y yo que desesperadamente gritaba a mis adentros por una respuesta a todo esto...

Aunque para ser un producto de mi mente se veía MUY real.

La espera duró poco, pues aquellos ojos frente a mí se abrieron lentamente, como si supiera de alguien que los espiaba. Se abrieron con sigilo, dejandome verlos de cerca; pequeños y brillantes.

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⏰ Última actualización: Jul 05, 2021 ⏰

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