Clan Duau.

El regreso a la civilacion.

La luna iluminaba un bosque donde dos sombras corrían, detrás de un alma desafortunada, el hombre que huía a pesar de su estado de ebriedad, solo alcanzaba a ver a dos chicos con oscuras intenciones. Las sombras corrían sin descanso a pocos metros de aquel hombre

-dejémoslo en paz- dijo una sombra que bajada su velocidad

-lo necesito, maldita sea lo sabes- grito el otro que empezaba a detenerse

-solo es un pobre hombre- dijo la sombra que pasaba por un rayo de luz de la luna. Adam era un chico que parecía de algunos 17 años, de cabello negro con un fleco que cubría parte de su rostro, de ojos negros, piel blanca, de cuerpo delgado pero fibroso muy alto de 1.80 y de largas uñas, usaba una playera negra, un pantalón del mismo color y unos tenis muy rasgados.

La otra sombra se detenía en medio del bosque -hermano sabes que necesito cazar para estar bien, son mi alimento-

-podemos buscar algún animal- dijo el chico de cabello negro colocándose frente al otro

El chico alago su brazo para abrazarlo – te quiero hermano, debemos irnos el guardián y nat deben estar cerca los siento- los dos chicos saltaron cambiando su forma a la de lobos, uno negro mientras que el otro de color café oscuro, llevaban en los hocicos sus ropas.

Salieron corriendo por el bosque cuando vieron un alce, sin dudarlo se lanzaron sobre él, con una certera mordida en el cuello el alce cayó muerto. Los chicos se transformaron a su forma normal, llegaron a una cueva donde se vistieron de nuevo, entraron y se limpiaron los pies en una piel de un oso que había sido su cena de hace unos días.

-ok comamos pero cocínala esta vez, la carne de alce sabe muy bien- dijo Leo, un chico de apariencia de 17, de caballo castaño oscuro muy corto tipo militar, de ojos grises, de piel blanca, musculoso y de la misma estatura a la de su hermano, usaba una playera gris, con un pantalón negro y unas botas negras. Le quitaba la piel y viseras a su cena.

-seria divertido vivir con los humanos, vender pieles, probar su comida, no te parece interesante- dijo Adam

-vivir con los humanos interesante hermano, si quieres traicionarme y que me envíen a la cárcel humana o peor que me manden a la silla eléctrica, no quiero ser parte de eso- dijo Leo exaltado

-nunca te traicionaría, solo nos tenemos a nosotros- dijo Adam mirando las estrellas

-ellos sienten que somos diferentes, nos perseguirán y mataran como lo hicieron en el pasado, hermano- dijo Leo mientras colocaba carne del alce cerca del fuego- perdón hermano sé que no me traicionarías

-Bien déjame a mí cocinar la carne, creo que es una de las pocas cosas que tenemos en común con ellos

Terminaron de comer el alce apenas estaba cocinado, en poco tiempo solo dejaron los huesos, salieron para ver el recorrido de la luna.

-hermano cuando es tu cumpleaños- pregunto Leo

-el 17 de septiembre, falta poco, acaso me darás algún regalo- respondió Adam abriendo mas los ojos

-Se lo que quieres, a mi no me puedes engañar, joder duele decir esto, pero vamos a vivir 6 meses con ellos, con la condición de que me dejes cazar un humano por semana aceptas- dijo Leo

-eso me encantaría, pero sospecharían demasiado, no podría ser uno al mes- dijo Adam

- está bien, uno al mes y divertirnos con otros animales- dijo Leo

-gracias hermano- dijo Adam abrazando con fuerza a Leo, a penas lo soltó se arrojo al suelo levantaba el rostro para olfatear, inhalaba profundamente, un olor en particular en el aire lo exalto- joder hueles eso