Odio los lunes, como toda persona racional en este maldito planeta. Y todavía los odio más cuando me espera un exámen de naturales a primera hora. Pero con lo que va a venir, creo que estas no van a ser mis peores preocupaciones dentro de poco.
Mi despertador suena exactamente a las 7:30, y bostezo, recordando las únicas 5 horas que he dormido esta noche. Voy hasta la cocina, para ver que puedo conseguir hoy de desayuno. Me siento bastante afortunado al encontrar una lata de maíz, y me la como a cucharadas. Sí, a lo mejor no soy la persona más cuidadosa del mundo. Pero eh, por lo menos sirvo de mal ejemplo.
Veo que mi madre no está sentada en el comedor como siempre, leyendo el periódico o viendo la telenovela sudamericana que hacen por las mañanas, y recuerdo que está enferma de gripe y seguramente durmiendo en su cama. Mi padre, además, está trabajando en la fábrica, así que soy la única persona despierta en la casa.
Para llenar el silencio y hacer el desayuno menos aburrido, decido encender la televisión, a ver si hacen algo interesante, y no pensar en el exámen que me ha robado varias horas de sueño.
Estoy haciendo zapping, cuando me paro en un canal de televisión española en el que hacen las noticias. No es que sean el programa más pintoresco, ya que en realidad son igual de optimistas que mis futuras notas del trimestre (y eso lo dice todo), pero puede que hagan algo interesante.
La mujer del telediario está hablando con seriedad, intentando disimular el ceño fruncido y hablando con voz clara:
"Jeanie Quiwards, la famosa cazarrecompensas, fue el día anterior a la tumba del antiguo rey Jan, un hombre de la antiguedad maya que fue famoso por empezar a estudiar las neuronas del cerebro, siendo el primero en hacer esquemas de las distintas partes del cerebro. Jeanie y el equipo enviado por los estadounidenses iban en busca de los primeros esquemas de este famoso neurólogo. A mitad del trayecto, Jeanie Quiwards, una jóven de tan solo 23 años, ha caído en una trampa, donde ahora mismo un equipo especializado está intentando abrir la entrada, tapiada por un complejo mecanismo ideado por los mayas. Se cuentan 3 horas desde que Jeanie ha estado encerrada."
No le doy mucha importancia al asunto, ya que en el telediario siempre dan noticias malas. Acabo la pequeña lata y la tiro a la basura, y de un descuido casi tiro también la cuchara. Ya va siendo hora, así que me voy preparando para irme.
Me cuelgo la mochila sólo de un brazo y salgo sin hacer ruido al cerrar la puerta. Bajo las escaleras de dos en dos, y salgo hacia la casa de Abel, mi mejor amigo. Ahora mismo me estará esperando ya en la puerta de su casa para irnos al instituto.
-Hey, Abel. -Digo dandole una palmada en el hombro.
-¡Hey, "loko"! ¿Qué tal?
Rodo los ojos cuando me lo dice, y agradezco a que no me ha visto hacerlo, ya que se pondría borde. Simplemente me exaspera el hecho de que la gente me pregunte que cómo estoy. ¿Acaso no pueden verlo? Pero me trago todas esas palabras y respondo:
-Ah, normal. Sólo me estoy cagando en el de natus. -Abel se encoge de hombros.
-Bueno. -Dice pasando a otro tema.- Tío, ¿has visto a la pava esa que se ha metido en la tumba maya esa y está absorbiendo el gas?
"Bravo, Abel" me digo en mis adentros. "Te ganarás una medalla un día de estos. De lo bien que te explicas, digo".
-Sí, lo he oído en la tele. ¿Pero qué gas?
-Sí, tío, se han enterado de que lleva 3 horas absorbiendo un gas lila. No saben si es letal o no... Pobre chavala.
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Conservando la cordura...
Science FictionEsta historia es original del usuario Microsift, pero me ha confiado su historia y estoy haciendo un re-make de los capítulos y la continuación de la historia legalmente.Jeanie Quiwarts es una cazarrecompensas que queda atrapada en una trampa en un...