"Jeff, ambos sabemos lo que pasó. Creo que esta fiesta podría ser lo que ilumine estos últimos días. Ahora, vístete."
La madre de Jeff sale de la habitación y baja para prepararse. Jeff lucha por levantarse, realmente no tiene ánimos de hacerlo. Elige al azar una camisa y un par de pantalones vaqueros y baja por las escaleras. Su madre y padre se han vestido muy formalmente.
"Jeff, ¿es eso lo que vas a usar?"
"Mejor ve y busca otra cosa", le recomienda su madre, disimulando su fastidio con una sonrisa.
"Jeff, a esta fiesta tienes que ir bien vestido, si quieres causar una buena impresión", explica su padre.
Jeff empieza a gruñir y vuelve a subir a su habitación.
"¡No tengo nada de ropa elegante!", grita desde las escaleras.
"Solo tienes que elegir algo decente", insiste su madre.
Mira a su alrededor, pero no encuentra nada "decente". En su armario hay un par de pantalones de vestir negros que tenía para las ocasiones especiales, pero le hace falta una camisa que combine perfectamente.
Hurgando durante unos minutos todavía, lidiando con que eso sí encaja y aquello no, logra toparse con una sudadera con capucha blanca, tendida en una silla. Le convence, así que la usa.