❝Drugs❞ ❘ LuzuPlay

VI

But you came here alone
You're too drunk to drive home

La puerta del baño se cerró gracias a la mano de Samuel luego de pedirle a los dos restantes que se marcharan, dejándolo solo con Borja.

La mano del más fornido se había cerrado en un puño, trataba de tranquilizarse para no soltarle un puñetazo en el rostro a su amigo en ese instante, pero no se lo dejaba nada fácil.

—¿Por qué?—Le cuestionó con voz seca, viendo cómo este solo se volvía a recostar en la bañera.
—No pasa nada, mañana dirá que me odia, le pido perdón, follamos y listo; problema resuelto.

A Samuel le hervía la sangre cada que Luzu se comportaba como un completo imbécil.

—Creo que no estás entendiendo, Luzu. Te estás pasando tres pueblos, joder—Exclamó el fornido, quien más que molesto, estaba preocupado por su amigo.

Borja no dijo nada, tan solo se limitó a observar a Samuel con ojos ligeramente desorbitados.

—¿Cuando entenderás que no estás bien?, ya no eres un niño, ¡Compórtate como un adulto, macho!.

Repentinamente, una corriente de adrenalina se esparció por el cuerpo de Luzu, las palabras de su amigo no hacían más que abrumarlo. Ya harto de escuchar sus sermones, se impulsó para poder salir de esa bañera.

—Estoy de puta madre—Respondió tambaleándose, notando como el rostro de su amigo se distorsionaba.

Cosas de las drogas...
El dueño del lugar suspiró con pesadez, cansado de la situación, tomó a Luzu por el cuello de la camisa, obligándolo a verlo.

—Drogado y ebrio dentro de una puta bañera, a punto de liarte con un tío que no conoces de nada. ¿¡Eso es estar bien!?.

Las manos del mayor empujaron a Samuel enseguida, apartándolo de él.

—¿Y a quien coño le importa estar bien?.

Envuelto en furia, decidió irse del baño en busca de Raúl, no iba a quedarse con las ganas. Y Samuel, tenía miedo, miedo de lo que su amigo era capaz de hacer con su vida.

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Una vez más, se sumergió en el mar de gente que estaba en la primera planta, en busca del menor con piercings y tatuajes, quien parecía haberse esfumado de la faz de la tierra.

—¡Hey, Luzu!—La voz animada de Rubén lo hizo voltear, quien sin pensarlo abrazó al más bajo.
—¿Viste a Raúl?—Preguntó sin rodeos, dejando un poco confundido al más alto.
—No tío, pensé que estaba contigo—Respondió.—¿Por qué, sucedió algo?.

Borja suspiró.

—No, solo quiero irme—Dijo sincero, haciendo que el rostro de Rubén se desencajara por completo.

¿Cómo?; Se leyó en el rostro de Rubius.

—¿Perdona, y eso que tiene que ver chaval? Puedes irte si quieres, nadie te lo está impidiendo—Dijo con una risa, pensando que se trataba del sentido del humor tan amargo que tiene Luzu a veces.
  —Eso no te incumbe Rubén, ahora mejor quítate que seguiré buscando—Contestó, a punto de rodearlo.
  —Y una mierda, chaval.

Rubén se puso a defensiva, ¿Qué clase de respuesta era esa? Por mucho que quisiera a Luzu, tampoco iba a dejar que trajera como un trapo sucio a Raúl.

—¿Qué pasa Rabis, te molesta ahora?—Cuestionó Borja con una voz molesta.—Lo hubieras pensado antes de arrastrarlo conmigo.

Luzu siguió su camino, golpeando su hombro con el brazo de Rubén para molestarlo, pero este enseguida lo tomó de la muñeca.

—Viniste aquí solo Luzu, mejor vete solo...

Y mientras Borja se esforzaba por no gritarle o golpearlo en la cara, Raúl se encontraba fuera de si mismo, tratando de mantener el equilibrio con la ayuda del cuerpo de Ismael, quien no lo soltaba para nada.

Ambos iban hacia la salida.

—Isma ya te dije que puedo irme solo—Reprochó con la mirada alerta en su alrededor, algunas cosas que se movían o distorsionaban sin sentido alguno.
—Joder macho, que estás muy borracho para conducir hasta casa, deja que te lleve.

Claro, borracho.

Las intenciones de Isma eran buenas, estaba feliz de ver a Raúl una vez más después de mucho tiempo. Pero claro, esas intenciones no se veían de la misma manera a los ojos de Borja, quien acaba de encontrar a su presa.

Sus puños se cerraron y a paso firme comenzó su camino en dirección a esos dos.