omega's bite ; vegetta.

alfa male

Los macho alfa no rigen de forma forzada, dominante o agresiva. Los auténticos líderes no son así.
La principal característica de un macho alfa es una discreta confianza y seguridad en sí mismo. Sabe lo que tiene que hacer; sabe lo que más conviene a su manada y actúa a favor de esta. Da ejemplo. Se siente a gusto con su manada y su manada se siente tranquila bajo su mando. No es agresivo, porque no necesita serlo. Así era Luzu, el macho alfa de la manada.

Lolito, en contra de las ideas que muchos tenían, no había ido a ver a Luzu por el tema de Auron, ni si quiera fue ahí a hablar: fue a pelear.
Él quería arrebatarle el puesto de macho alfa de la manada, no por motivo de orgullo, solo lo hacía porque no veía bien que alguien como el moreno estuviese a cargo de ese puesto. Como dijo Auron una vez, Luzu era demasiado blando. En la manada se habían comenzado a generar conflictos que él no podría sobrellevar de la forma en la que lo hacía. No todo se arreglaba dialogando, no cuando la manada era tan terca como ellos lo son.

A prisas, Rubius corrió torpemente y se agachó hasta estar a la altura del alfa mayor, que a apenas se sostenía estando de rodillas en el suelo. Inspeccionó su cuerpo en busca de heridas. Nadie se sorprendió cuando las identificaron. Ruben puso una expresión de dolor y contuvo la respiración durante unos segundos.
Luzu se llevó la mano al cuello, a la zona que su compañero no dejaba de observar, este quiso detenerlo con un "pero ¿qué haces subnormal? ¡No la toques, que es peor!", pero fue muy tarde.

Reprimió un jadeo cuando vio su mano cubierta de sangre, por suerte la mayor parte se había secado, cerró los ojos y sintió como su pecho se comprimía. Aun así, al sentir las miradas preocupadas de los demás, los abrió y esbozó un intento de sonrisa.

-Vaya -rió sin muchas ganas-. Si que tiene fuerza el Lolito, ¿eh?

Todos se quedaron en silencio, demasiado atónitos y anonadados como para decir nada. Vegetta se acercó también a Luzu y de igual manera se arrodilló a su lado, buscando en su mochila algo con lo que poder contener el ya controlado sangrado. No había mucho más que hacer respecto a las demás heridas, que consistían en moratones en las costillas, algún golpe que recibió en su rostro -de hecho, tenía el labio roto y la nariz sangrando-, y arañazos en sus extremidades.

El entorno pronto se llenó de un asfixiante olor a barbacoa, no podía evitar caminar alrededor de manera compulsiva. Jalo de su cabello castaño y pasó sus manos por su cara con fuerza, agobiado.

-¡¿Qué cojones!? ¡Voy a matar a ese tío!

Luzu miró primero a Rubén, que continuaba moviéndose de un lado a otro, pero no dijo nada. Luego, bajó la mirada hacia Willy y le pareció escucharle murmurar una y mil barbaridades mientras apretaba su puño de forma visiblemente lastimera. Apoyó su mano en su hombro y negó con la cabeza ante la atenta mirada del ansioso albino.

-Willy, tranquilo, voy ir a hablar yo con-

-Voy yo -interrumpió Vegetta a medida que se ponía en pie.