Te lo prohíbo

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-Asi que... Esas fueron las reacciones de Gaara... En un principio me preocupé por la dirección de tu apartamento, pero no creí que fuera ese mismo.

-¿De que hablas?

El mayor tomó un trago amargo del café que le sirvieron pensando en que si sería correcto comentar abiertamente de la adolescencia de Gaara sin que este mismo estuviera presente.
Le dedicó una mirada incómoda al menor esperando que desistiera de su curiosidad, pero su mirada no cedía... Nunca lo hizo con el, desde que el menor tuvo sus doce años dejó de verlo como una figura de autoridad y comenzó a tratarlo con menos respeto y admiración que a Gaara, de hecho, le parecía sorprendente que hubiese acudido a el.

-Fue el departamento de tu padre.

Terminó diciendo ante la presión de la mirada de Shinki, debía de admitirlo, le aterraba la forma tan dura con la que lo observaba, era igual a su hermano cuando tenía doce años... Nadie lo valoraba según el.

-...No estoy para juegos.

-¡¿Tengo cara de estar jugando?!

-Tu maquillaje no me deja ver, ya es tiempo de que madures.

-¡¿Eh?! ¡¡¡YO SOY EL MAYOR AQUÍ Y TIENES QUE RESPETARME MOCOSO MAL AGRADECIDO!!!

-No pareces el mayor.

En eso se escuchó la puerta principal abrirse y una respiración agitada resonó por la sala... Era Gaara.

-Kankuro olvidé unos documentos, ayúdame a buscarlos por favor.

Entró al comedor notando el nerviosismo del castaño, detuvo su búsqueda para comenzar a examinar su entorno, el mayor estaba desayunando y enfrente suyo había otro plato y una taza extra de café caliente y era más que obvio que nada era para el, pues estaba a medio comer.
Frunció su ceño y miró a su hermano de forma acusadora siendo respondido con una sonrisa tambaleante.

-¿Quien más está aquí?

-Oh... Nadie, estoy desayunando solamente yo.

-¿Entonces por qué hay dos platos?

-Tenía mucha hambre.

-Todo eso cabe en tu plato y el café perfectamente pudiste haber traído la cafetera, no eres tan descuidado como para ensuciar de más, asi que por segunda vez ¿Quien más está aquí?

Hizo una mueca de desaprobación y lo miró con enojo, no le gustaba que le ocultaran cosas y menos con excusas tan tontas.
Se cruzó de brazos viendo acusadora mente al castaño quien comenzó a jugar con sus manos de manera nerviosa, si descubría a Shinki el sería tachado como su cómplice y no quería saber las consecuencias que eso le traería.

El silenció volvía cada vez más pesado el ambiente entre ambos hermanos, sin embargo este se vió cortado por el celular del pelirrojo, el cual al notarlo contestó de inmediato escuchando los reclamos de los miembros del consejo, se vió obligado a alejar el móvil de su oído por el miedo a quedar sordo, tenía que irse ya.
Cortó la llamada y fue por lo que necesitaba estrechando los documentos entre sus brazos, la discusión le quitaría tiempo que no tenía, así que suspiró cansado y volvió dónde su hermano mirándolo con algo de enojo.

-Esta bien... Sólo asegúrate de que todo esté limpió antes de que yo regresé, tal vez pase a ver a Shinki, no lo sé, hoy estaré ocupado.

Salió haciendo que Kankuro soltarse el aire que no sabía que estaba reteniendo, fue un momento de mucho estrés y ansiedad apesar de que fueron menos de cinco minutos.

-Eres bueno convenciendo a papá.

Dijo Shinki saliendo a gatas de debajo de la mesa, había sido demaciado afortunado de que a Gaara no se le ocurriera revisar ese lugar, sintió su muerte proxima al no haber respetado el trato. Tomó haciendo de nuevo frente a Kankuro retomando su desayuno bajo la mirada incrédula de su tío, se sentía molesto por la mentira que trató de decirle a su hermano y jefe por la culpa de su sobrino, siempre habían procurando ser honestos.

Lo que pasó entre nosotros (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora