Inédito - Capítulo I - Día 3

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Me despierto súbitamente. Una pesadilla. La oscuridad lo consumía todo, incluyéndome. Un escalofrío recorre mi cuerpo. No estoy segura a qué se referirá: los sueños pueden tener muchos significados. Y este en particular me angustia bastante. Veo a mi alrededor, todavía es de noche. No hay ni un alma despierta. No quiero seguir estresándome, debo volver a dormir. Espero no volver a soñar con algo así, ya estoy pasando por demasiadas cosas como para ser atormentada por pesadillas.Me levanto sin mayores dificultades, mis cosas están donde las dejé y no veo a ningún ciervastor cerca de mí. Desayuno la última pera que me queda y bebo un poco de agua del río. Me alisto y ajusto bien mis cosas.Ya estoy lista para seguir mi camino. A partir de donde vine cruzo el río sin mucha dificultad, pues no es muy profundo: solo me llega hasta la cadera. Y sigo adelante.Los árboles de este lado son aún más altos y delgados que los anteriores, además están por todos lados y casi ni hay espacio para moverse entre ellos, aun así, el camino marcado, tiene espacio más que suficiente para avanzar tranquilamente.Una media hora habrá pasado hasta que salí de este grupo de árboles gigantes y llegué a un enorme claro, y esta vez sí es uno. El sitio, además, está cubierto por diversas flores y animales, los cuales pasean tranquilamente por aquí, y por lo visto hay algunos que se dirigen al centro del lugar.Así que aquí estaban todos. Estuve admirando el lugar por un buen rato. Este claro, por lo visto, es una zona circular rodeada por los demás árboles. Además... hay dos gigantescas estatuas de piedra: una en el extremo izquierdo del claro y la otra en el derecho. Ambas con su base tapada por árboles, tienen cierta forma humanoide como si fueran esculpidas del torso para arriba. Se notan bien distantes y siento cierta frialdad e incomodidad cuando las veo. Lo mejor será seguir.Camino hacia el centro del claro, donde parece que se dirige la mayoría, y siento que debo ir. La gran diversidad de animales que hay aquí es sorprendente: toda clase de combinaciones de animales voladores y terrestres como leovejas, elefáguilas, lobocelas, entre muchos otros.El más tierno de todos a mi parecer es un pequeño escarajolote. Es muy lindo y va por ahí con su carita sonriente.No pasa mucho hasta que llego al centro. La razón por la que están viniendo todos hacia aquí es muy extraña. Hay un pequeño cráter que hace la función de nido, y alberga en su interior un huevo gigantesco: será de un metro de alto y medio metro de ancho. Su capa externa está hecha como de una masa rara, gelatinosa, parecida a la piel, que además está en constante movimiento alrededor del huevo. Es parecido a las placas tectónicas solo que actúa como una sola y su velocidad es mayor.Es demasiado extraño y no me siento tranquila estando a su alrededor. De hecho hasta la sensación de seguridad está disminuyendo. Quiero irme de aquí, pero hay algo que me impide hacerlo. No sé qué hacer. Estoy cada vez más nerviosa. Tal vez mirar al resto del hermoso claro me ayude a calmarme.Pasan unos minutos hasta que un pequeño evento (desencadenante) sucede: un estremecedor sonido proveniente de las estatuas surge, parecían truenos.El ambiente se vuelve un poco más tenso. La sensación de seguridad vuelve a disminuir, hasta el mínimo. Varios animales empiezan a traer diversas frutas, para luego depositarlas en el huevo, el cual empieza a absorberlas rápidamente. Se las está comiendo.Ya mucho más incómoda, decido que lo mejor será salir de aquí lo más pronto posible. No sé si aquí podría encontrar información útil -parece que sí-, pero llegados a este punto estaré mejor lejos de aquí.Trato de alejarme pero otro estruendo me detiene. Yo misma me vi fuera de mi control. Agarro una de mis bolsitas de agua y arrojo todo su contenido al huevo, quien lo absorbe rápidamente. ¿Qué me está pasando? ¿Por qué no puedo controlar mi propio cuerpo? Noto como todo el ambiente se va poniendo más oscuro... hasta los animales están perdiendo sus colores brillantes y se están volviendo más opacos.Estuve un muy largo tiempo fuera de mi control buscando y entregando frutos al huevo, hasta hice algo que creería imposible: trepé a uno de estos altísimos árboles para sacar de su copa unas frutas color naranja con forma de estrella. Durante todo este proceso estaba aterrada y confusa. No sabía qué iba a ser de mí. Estuve así hasta que otro estruendo sonó y me vi junto a otros animales cargando a los más pequeños para dárselos al huevo. En mis estaba el pequeño escarajolote, mirándome fijamente.No quiero hacerlo, es demasiado cruel, demasiado repugnante (demasiado enfermizo). No pasó mucho hasta que -con lágrimas en los ojos- vi a la pobre criaturita siendo devorada. Solo espero que no haya sufrido mucho.Esto no paró hasta que por lo menos la mitad de los animales que habían fueron sacrificados. A partir de ahí, diversos estruendos no paraban de sonar, transformándolo todo a su paso. La armonía del bosque, la cual ya estaba quebrándose, desapareció. La luz radiante que se emitía se volvió una opaca. Los animales, antes majestuosos, empezaron a gritar de dolor mientras sus cuerpos se deformaban y desfiguraban junto a sus colores, sus ojos, antes llenos de vida, se volvieron unos de odio y sufrimiento. Varios árboles perdieron sus hojas, a otros les crecieron más pero ya no de un color agradable sino de uno instigador. Todo lo maravilloso de este sitio se había ido. Estoy aterrorizada, tengo miedo de todo lo que pueda pasar a continuación. Entonces otro estruendo sonó.Un dolor indescriptible recorrió todo mi cuerpo, sentía como mis huesos y músculos se empezaban a reubicar. Mis gritos eran enormes, mientras no se paraban de escuchar estruendos. Entonces, en medio de todo ese sufrimiento, el cual no duró mucho, pero para mí fue eterno, otro estruendo sonó, peto este era diferente y venía de la primera parte del bosque. Mis dolores se detuvieron y todo volvió a la normalidad en mi cuerpo.Al voltear a ver, un resplandor armonioso ilumina toda esa parte del bosque y me da fuerzas para seguir y huir de aquí. Allí está mi seguridad. Allí debo ir.Entonces otro estruendo, y el huevo se abre. Una horrorosa criatura emerge de él. Muchos de los animales que estaban a su alrededor mueren en una terrible agonía, mientras que en los que sobrevivieron despierta un instinto salvaje y asesino. Eso es lo que detecto en su mirada.¿Cómo ha pasado todo esto? Pienso mientras corro al río por un ya caótico bosque. Un estruendo tras otro suena, pero yo no me detengo ni por un momento. Aún falta mucho.Siento que estoy siendo vigilada. Están esperando su momento para abalanzarse sobre mí (no se los permitiré). Tengo miedo, pero no puedo detenerme y menos ahora. No hace falta decir que la sensación de seguridad se desvaneció hace mucho, ahora solo siento peligro (y muerte).La presencia de otras criaturas se vuelve más intensa. Tengo que estar atenta y preparada para sacar la lanza de mi cinturón. No lo hago ahora porque correr con arma en mano es incómodo y me puede desestabilizar.Cuando estoy a punto de llegar al río, unos tres, ahora horribles, seres me estaban esperando en la orilla del río. No puedo distinguir qué híbridos son o...eran, pues ahora solo se distingue en ellos una mezcla de partes funcionales entre sí. Es demasiado...repugnante.Me detengo frente a ellos. Solo unos pocos metros nos separan (debo matarlos). No sé qué hacer verdaderamente, no quiero herirlos, ellos no tienen la culpa de estar así. Entonces otro estruendo sonó y en sus ojos se intensificó el instinto asesino. Acaban de recibir una orden.Odio tener que hacer esto, pero no tengo elección. Solo será por defensa personal, nada más. Maldito sea quién haya arruinado todo lo bello que había aquí. Todo estaba tan bien.Las criaturas no me dan más tiempo y se empiezan a acercar amenazadoramente. Con lanza en mano me preparo para el ataque. Debo reaccionar rápido si quiero sobrevivir. Perdónenme animalitos.El primero de ellos salta hacia a mí. Con mi lanza apuntando a su corazón logro atravesarlo. La criatura grita de dolor, mientras todo su cuerpo empezaba a convulsionar para pronto volverse una masa rojiza e inerte.Antes de que siquiera pudiera asimilar lo que estaba pasando los otros dos se me acercan intimidantemente.Lo mejor será actuar defensivamente (y esperar que cometan un error para acabar con ellos). Como leyendo mis pensamientos, se lanzan a la vez sobre mí desde lados opuestos.No me esperaba esto (debo actuar rápido). Me deslizo velozmente hacia el lado derecho. Ya desde ahí, atravieso con mi lanza a uno de ellos, el cual estaba más que sorprendido por mi rápida reacción. El mismo proceso sucedió en su cuerpo, pero yo no tengo tiempo para observar, aún queda uno. Rápidamente lo atravieso.Ahora a mi alrededor ya no hay criaturas sino unas pequeñas masas rojizas (qué repugnante). Viendo lo que hice me sorprende mi capacidad de combate. Yo sola maté a los tres. Yo los asesiné. Asesiné a esos pobres animalitos que no tenían la culpa de nada. Quiero que todo esto se acabé. No sé si podré seguir soportando más. Tengo que ser fuerte. Tengo que seguir.Los estruendos siguen, pero nada me impide cruzar el río. Una vez aquí, me siento mejor. Recupero toda sensación de bienestar y seguridad. La maldad todavía no llega aquí y por lo visto no puede. De modo que sin mirar atrás sigo avanzando, por aquel camino que antes me trajo aquí.He vuelto a ver aquel glorioso árbol. Es maravilloso. Pero...observándolo bien, está ya demasiado viejo y parece que pudiera colapsar en cualquier momento. Tengo miedo. Aún no sé qué está pasando y lo que sucedió allá me angustia más. Pero aquí me siento segura. Aquí estaré a salvo, ¿no es así? Sin embargo, no puedo quedarme así para siempre, aún tengo muchas dudas. Puede que, si solo espero un poco, las cosas se calmen.Sigo avanzando por el camino hasta volver a la cabaña. No me siento muy cómoda aquí, pero es definitivamente mejor que allá.Me siento a las orillas del estanque y me quedo mirando a los ranabríes como forma de relajarme. No quiero seguir pensando sobre lo que pasó allá.Unos pocos minutos después algunos de ellos me trajeron, en conjunto, pues son bien pequeños, una pera celeste. Qué tiernos. No es hasta que empiezo a comer que me di cuenta del hambre que tenía. ¿Cuánto tiempo habrá pasado? No lo sé, pero ciertamente estaba cansada por lo sucedido.Esa pera no bastó y los pajarillos lo notaron por lo que me trajeron más. Qué atentos. ¿De dónde las estarán sacando? No he visto peras en este bosque, aunque tampoco he explorado gran parte de él. De hecho, solo he atravesado un pequeño camino marcado y esto es inmenso. Tal sea eso o puede que hayan vuelto a la pradera. No lo sé. Pensándolo bien, ¿irán hasta allá para no acercarse a la otra parte del bosque?Ya satisfecha, me dispongo a revisar mi equipo, el cual está muy dañado por todo lo ocurrido. Solo me quedan 2 bolsitas: una de agua y la otra con el frasco, ambas con ciertas rajaduras por lo que solo me queda la mitad de agua de esa bolsa. Las demás bolsas o están destrozadas o ya no están. La lanza y el mortero aún se encuentran en buenas condiciones. Tal vez dada las circunstancias sea buena idea hacerme una daga, ya que la lanza no será efectiva en todas las situaciones. Ojala no tenga que volver a usarlas no tener que ver a más criaturitas siendo deformadas y corrompidas.Me pongo a revisar a los alrededores y consigo todo lo que necesito, de modo que un rato luego ya tengo mi daga lista (para ser empuñada).Unos pocos minutos después de que acabara se escucha un fuerte ruido, como el de un derrumbe, procedente de donde estaba el árbol. Ya sabiendo lo que me esperaba me dirigí hacia allí cautelosa y ansiosamente.Antes de llegar, ya veía lo que había sucedido. Sus ramas se habían caído y su tronco estaba apagado. Su larga vida había acabado.La melancolía me invade y con ella el llanto, pues estaba segura que gracias al árbol es que estoy aquí ahora. Me había salvado de la oscuridad y ahora se ha ido.Estuve un buen rato desconsolada sin saber qué hacer o qué iba a suceder a continuación hasta que una sensación creciente de frío empezó a dominar el lugar.Miro desconcertada a mi alrededor y veo que todo se está congelando. Puede que esto sea obra de la oscuridad, al ya no estar el árbol protector, lo que indicaría que se está expandiendo.Tengo que salir de aquí. Debo escapar. Corro por estas ya frías tierras, en dirección a dónde comenzó todo: a la colina. No sé qué me podría esperar allí o si siquiera era buena idea. Lo único que sabía era que, otra vez, todo lo bello que había aquí se acabaría. El mundo se está destrozando.Al pasar por la cabaña veo como, a pesar del congelamiento de su estanque, los ranabríes siguen estando bien felices. No pude evitar sentir angustia por lo que les pasaría (no puedo ayudarlos, debo escapar).Pero no puedo simplemente dejarlos. No podría. Ellos han sido muy buenos conmigo. No puedo hacerles eso.Me acerco rápidamente a ellos, quienes se alegran al verme. Son tan tiernos e inocentes. Trato fuertemente de pensar en cómo me podré llevar a todos. Son demasiados y el frío no me ayuda. Cuando volteo a ver la cabaña ya se estaba cristalizando.Bastante ansiosa como estaba tome a unos cuantos y salgo corriendo con la esperanza de que los demás me sigan. Si antes pudieron detectar que tenía hambre tal vez ahora sientan que deben seguirme. Por fortuna sí lo hacen y empiezan a volar a mi alrededor, entonces suelto a los que tenía en la mano para que hagan lo mismo. Se salvaran. Sí. Podré salvarlos, al menos a ellos.Llegamos a la zona de las sandías, exhausta. El frío me está haciendo gastar más energía. Ya aquí no debería faltar tanto, o eso creo. Los árboles se están cristalizando rápidamente y el suelo está tan helado que es todo un reto caminar sobre él y aún más como estoy yo. Por suerte los ranabríes todavía están bien.No puedo seguir. Estoy cansada. Tengo que detenerme a reposar. Sé que no debo, pero si sigo así podría terminar colapsando. No sé qué hacer.Entonces me acuerdo del frasco que conseguí en la cabaña. Espero que sirva. Creo que se tenía que combinar con agua, así que lo hago. Ojalá no tarde mucho en surgir efecto. Hace demasiado frío y estoy tiritando.No habrá pasado ni un minuto, pero para mí fue eterno. Para sentir como recupero mis energías. Ya lista, retomo la marcha.Avanzamos lo más rápido que podíamos. Sin embargo, pronto escuché como hielo rompiéndose detrás mío. Al voltear, no me creo lo que estoy viendo. No. No. ¡No! Los ranabríes están volviéndose hielo y al caerse...se rompen. Me lanzo dispuesta a salvarlos, pero es muy tarde, la mayoría yace en el suelo destrozada. Solo logro evitar este trágico destino a uno que no se había vuelto hielo todavía. Sin embargo, eso no impidió al proceso de cristalización darse sobre él. Y así terminó, con trozos se hielo por todas partes y una figurita cristalina del único superviviente en mis manos.Ahora sí no pude evitar las lágrimas. La frustración es demasiada. ¡¿Por qué?! ¿Por qué me pasa esto a mí? (Tengo que enfocarme, debo estar alerta, ya están viniendo los demás) Tal vez si lo saco de aquí lo pueda salvar. Sí, eso es. Tenemos que salir del bosque. Sigo corriendo. Ya falta poco. Miro hacia atrás. La oscuridad está bastante cerca. Corro más rápido. He llegado a los límites del bosque.Por fin salgo de aquí. La luz de un sol atardeciente impregna mi piel y la elegancia que aún queda en este lugar me motiva a seguir. Miro al pajarillo. Sigue igual de inerte.No puedo ni avanzar unos pasos, cuando escucho varios gruñidos atrás mío, en el bosque. Ya sabiendo lo que era, volteo lentamente. Sin embargo, esto es más de lo que había imaginado: delante mío se hallan decenas de esas deformidades, antes bellas criaturas y, como antes, no hay forma de saber lo que alguna vez fueron. Como tampoco hay forma de ganar una lucha contra ellos. Tengo que correr.Me desplazo lo más rápido que puedo en dirección opuesta a ellos y haciendo zigzags para que no tengan tan fácil el abalanzarse sobre mí. Menos mal que el efecto aún sigue dándome energías, no sé qué pasaría sino.Habré estado así por unos pocos minutos antes de darme cuenta que la velocidad de muchos de ellos superaba con creces la mía (preparo la lanza) y en poco tiempo varios se hallaban delante mío. Sin más inteligentes de lo que pensé. Sin vacilar les lanzo mi arma, la cual logra atravesar a uno, acabando rápidamente con su vida y volviéndolo una masa inerte. Ya sin lanza sigo corriendo. Puedo que arrojar mi arma no haya sido la mejor idea, pero si se me acercaban iba ser mi fin igualmente, además aún tengo la daga.Todavía quedan demasiados y los que están delante mío se acercan hacia mí. Sigo corriendo. No creo que pueda esquivarlos si trato de rodearlos: son muy rápidos. Tal vez pueda atravesaros. Tengo que ser muy ágil. No debe haber ni un fallo.Con este plan, que se consideraría suicida, en mente, me dirijo hacia ellos, quienes están confusos por mi decisión. Es así como pude esquivar a uno, pero los otros no planean dejármelo fácil y se abalanzan sobre mí. Con daga en mano perforo los corazones de unos cuántos y sigo corriendo. Mi adrenalina está a cien.Entonces noto como me estoy empezando a cansar rápidamente. ¡Estoy perdiendo energía! ¡No! No ahora. Aguanta un poco más. Sigo corriendo, ya logré acabar con la cantidad suficiente para poder seguir y solo he recibido un rasguño. Duele. Pero puedo continuar.Mi cuerpo está cansado, pero aún puedo correr. Lamentablemente no pasa mucho hasta que llegan sus refuerzos. Y rápidamente me veo rodeada. Son demasiados, veloces y no paran de llegar más. Si intentara atacar a uno los demás me despedazarían...Ya sin posibilidad de huir, me quedo, ahí, esperando mi destino, abrazada fuertemente con aquel pajarillo de hielo (debo luchar). Pero no tiene sentido seguir peleando son demasiados y mis energías son pocas. No hay forma de salir de aquí. Es mi fin (no). Solo me queda esperar a que acaben conmigo. Ojalá sea rápido. (No puedo rendirme, no ahora, no puedo perder ante ellos, debo matarlos).Un golpe por la espalda me impide seguir pensando más -todo acabó-. A eso le siguen otros. Lo último que veo antes de perder la conciencia son unos trozos de hielo a mi lado.No sé cuánto tiempo habrá pasado para que finalmente me despierte. ¿Dónde estoy? Está todo muy oscuro y no puedo distinguir nada a mi alrededor. Trato de moverme. Un dolor inmenso me lo impide. ¿Qué? ¿Qué me ha pasado? ¿Qué me han hecho? Es más, ¿por qué me han dejado con vida? La nula iluminación no me deja ver el estado de mi cuerpo. Tendré que esperar, aunque no sé del todo a qué. De todas formas, no sé si realmente quisiera saber mi estado actual.No quiero seguir pensando en nada más y trato de dormirme. Pero el dolor es demasiado y en todo el cuerpo...hasta...en mi zona íntima...Me pongo a llorar desconsoladamente, mientras el dolor solo aumenta. ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué me hacen esto? ¿Es esta siquiera la primera vez que estoy consciente desde aquel suceso?Un estruendo suena en el exterior. Me pongo a temblar. Mi miedo es tal que no puedo evitar orinarme encima, causándome un gran dolor.Los estruendos no paran. Deténganse por favor -digo entre lágrimas-. No se detienen. Por favor... No sé cuánto habrá pasado, pero al final la angustia, las lágrimas, el dolor y el estrés pudieron conmigo y me quedé dormida.Los pocos rayos de luz que ingresan por un pequeño agujero, que hace de entrada y salida de donde me encuentro, me despiertan. El dolor ha disminuido lo suficiente como para poder moverme, sin embargo, aún es bastante considerable.Miro a mi alrededor, el espacio es bastante limitado y lo mínimamente alto como para que pueda estar agachada. La forma de este lugar me recuerda a la madriguera de los coneposas, por lo que también debería ser una. No hay nada ni nadie más aquí aparte de mí, salvo unos pequeños platos cerca de la entrada, llenos de lo que parecen ser comida y bebida. El hambre y sed que tengo es demasiada. ¿Cuánto tiempo habré pasado sin ingerir alimento?Para mi infortunio lo que tenía de comida no se ve nada apetitoso, es más ni siquiera sé lo que es: todo lo que alcanzo a ver es una especie de masa marrón. Espero que no sea lo que creo que es. Por suerte lo otro sí parece agua potable. Pero no estaba en posición de quejarme y el hambre que tengo hace que ignore todo lo demás y me centro en comer y beber. El dolor vuelve aumentar, pero no me importa. Yo sigo hasta terminar.Me asomo cautelosamente por la pequeña entrada. Está todo desolado. No veo ni un alma aquí. (Debo aprovechar esta oportunidad para escapar). Sí, eso haré. Escaparé. Seré libre y dejaré atrás toda esta mierda. Ya no me importa nada. Solo no quiero seguir sufriendo.Salgo lentamente de la madriguera...y efectivamente no hay nadie. Aprovecho para correr hacia cualquier dirección, pues no sé a dónde debería ir. No reconozco nada y casi ni hay árboles. Está todo desolado. Lamentablemente lo que recorro corriendo no es mucho: me duele demasiado. Tendré que ir caminando no más.Estoy muy ansiosa. Ha pasado por lo menos una hora y no encuentro nada. Está todo igual. No sé cuánto más podré aguantar si esto sigue así. Y lo peor es que por momentos, entre cadáveres de árboles, siento como si algo me siguiera y estuviera observando. No estoy completamente segura y solo he logrado "verlo" por mi vista periférica. Me recuerda a la criatura que salió del huevo, la cual, pensándolo bien, no he visto plenamente desde esa vez, ni siquiera estuvo cuando los demás me capturaron. ¿Será él el causante de todo esto? Posiblemente. Y si es así, ojalá me equivoque, y no haya nadie siguiéndome.Más horas han pasado y sin ningún cambio. Estoy muy exhausta. Me duele todo el cuerpo. Tengo hambre, tengo sed. No puedo seguir. Y aún estoy en este horrible lugar. Esto es infinito. No he encontrado nada ni a nadie, salvo esa horrenda criatura, que ya descubrí, y no para de seguirme de lejos. Estoy perdida y sola. Completamente sola. Pronto estaré a merced de ese ser. Caigo al suelo de cansancio y dolor. Mi cuerpo ya no me responde y quedo inconsciente.Al despertar vuelvo a donde empecé: a esa oscura y fría madriguera, con esos platos llenos de a saber qué.Estuve llorando por un largo tiempo. Pero no me rendiré. No me resignaré a vivir aquí, como mera mascota. Vuelvo a repetir el proceso, está vez probando con una dirección diferente. Debido a ayer mi dolor ha vuelto a aumentar, pero no me importa yo seguiré.Nada. Vuelvo a repetir. Igual. No puede acabar así. No puede. Debo seguir intentando. Y lo hice por carios días, ya perdí la cuenta. Hubo algunos en los que el dolor era tanto que tenía que quedarme en la madriguera a reposar. Esto siguió así por mucho tiempo, tal vez demasiado.

Melany, parece que tienes problemas. Déjame ayudarte...

¿Eh? Otra vez tú. ¿Quién eres? ¿Vas a ayudarme? ¿Eres quien hizo las cartas?

...Pero primero tienes que dormir.

Eso fue lo último que escuché antes de perder la conciencia.

Inédito - Capítulo I - Día 3Where stories live. Discover now